La reversión del Gasoducto del Norte y el segundo tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner son el eje troncal para llevar la energía de Vaca Muerta al resto del país y poder exportar a Bolivia y Brasil.
El avance de las obras de infraestructura para el transporte de gas natural que permita acrecentar los volúmenes de suministro de la producción de Vaca Muerta a todo el país y comenzar una nueva era de exportación regional, atraviesa dos procesos licitatorios casi simultáneos cuyos resultados en el terreno recién se verán en el próximo gobierno, sea cual fuere su signo político.
El más urgente de los proyectos es la reversión del Gasoducto del Norte, cuya concreción prevista para mayo de 2024 permitirá sortear el quiebre de suministro desde los yacimientos bolivianos, que a partir de junio comenzará a enviar volúmenes interrumpibles, es decir sin garantía de previsibilidad previa, poniendo en riesgo el abastecimiento de siete provincias argentinas.
Para ello, la empresa Energía Argentina (ENSARSA) abrió el Sobre 2 con las propuestas económicas para el renglón 1 de la reversión entregadas por las empresas BTU y la unión transitoria entre Techint-Sacde, las mismas que tuvieron a su cargo la construcción de los tres tramos de la Etapa 1 del Gasoducto Presidente Néstor Kirhner (GPNK).
La adjudicación de esta etapa y la firma de contratos se dará en las próximas semanas, por lo cual las obras en sí podrán verse ya a partir del 10 de diciembre.
La reversión del Gasoducto Norte permitirá llevar el shale gas de Vaca Muerta a las industrias de las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy.
El renglón 1 abarca la reversión de cuatro plantas compresoras existentes en Córdoba, Santiago del Estero y Salta, un loop (ampliación) de 62 kilómetros junto a la traza del Gasoducto Norte y la construcción de los 22 kilómetros finales del gasoducto Tío Pujio-La Carlota-.
En tanto, de acuerdo a la conformación de la licitación, el renglón 2 abarcará del kilómetro 0 al 50 y el renglón 3 del kilómetro 50 al 100 del gasoducto a construir entre Río Pujio y La Carlota, en Córdoba.
La reversión del Gasoducto Norte permitirá llevar el shale gas de Vaca Muerta a las industrias de las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy. Como también la conexión de hogares de esas siete provincias a las redes de gas natural y el desarrollo a escala de nuevas actividades industriales, especialmente la minería de litio.
Toda la obra tiene un financiamiento asegurado a través de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina – CAF, por unos US$ 710 millones.
Gasoducto Néstor Kirchner, capítulo II
Casi en simultáneo, la estatal Energía Argentina comenzó el proceso de licitación internacional por la Etapa II del GPNK, que se extenderá por más de 520 kilómetros, entre el Oeste de la provincia de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, con el llamado a licitación para el suministro de caños.
En esta oportunidad, las empresas interesadas en participar de la licitación deberán incluir una propuesta de financiamiento, a diferencia de lo que ocurrió en el denominado Tramo I que contó con fondos exclusivamente del Estado nacional.
La licitación buscará asegurar el aprovisionamiento de los tubos de acero con costura de 36 pulgadas de espesor, 12 metros de largo y unos 5.000 kilos de peso cada uno, en especificaciones similares a los que se utilizaron en la Etapa I y que se adjudicó el consorcio Techint-Tenaris.
Para esta nueva etapa se estima que serán necesarios más de 43.000 tubos, lo que demandará unos 8.600 viajes en camión hasta los distintos puntos de acopio y los frentes de obra que se divida la construcción, la cual deberá estar operativa hacia finales del año próximo.
Así, con la segunda etapa del GPNK y con la Reversión del Gasoducto Norte, se prevé que la Argentina podrá ahorrar más de US$7.500 millones de importaciones de energía e incluso tener saldos exportables de gas por más de US$1.000 millones.
La obra está llamada a completar el proyecto del gasoducto que parte desde la Cuenca Neuquina para incrementar la evacuación del gas no convencional que puede producir Vaca Muerta, con una capacidad total de 39 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) lo que significa un 25% adicional del total del sistema.
La concreción de la obra permitirá abastecer con gas natural a todas las localidades productivas que
se encuentran en cercanías de la traza y que hoy lo hacen con gas licuado de petróleo, encareciendo
sus procesos y los bienes finales que comercializan.