Es para la fabricación y provisión de los 38.900 tubos que se usarán en el segundo tramo del conducto, clave para seguir ampliando la capacidad de transporte del gas de Vaca Muerta.
La estatal Energía Argentina (Enarsa) tiene previsto lanzar esta semana la primera de las licitaciones para la construcción de la Etapa II del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK), una obra que complementará el abastecimiento interno y fundamentalmente permitirá proyectar la exportación del gas de Vaca Muerta a los cordones industriales del sur de Brasil.
La etapa de licitación internacional que confirmaron en los últimos días el ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente de Enarsa, Agustín Gerez, se dará inicio con la convocatoria a las empresas para el suministro de la chapa y los caños del ducto, para una segunda instancia llamar para la construcción, tal como se realizó en la Etapa I, que se concretó en tiempo récord.
Esta nueva etapa que comenzará en los próximos días tendrá continuidad en octubre con la licitación de las obras civiles, lo que abundará en un costo total del proyecto de u$s3.200 millones de acuerdo a estimaciones oficiales y la entrada en operación prevista para fines de 2024.
La primera licitación a conocerse en los próximos días será por las chapas para la producción de los tubos de acero con costura de 36 pulgadas de espesor, 12 metros de largo y unos 5.000 kilos de peso cada uno.
El financiamiento será uno de los temas clave de la licitación, y para eso la semana pasada el ministro Massa y la secretaria de Energía, Flavia Royon, terminaron de confirmar en Brasil que el Banco Nacional de Desarrollo (Bndes) asegurará el financiamiento por unos u$s400 millones para la empresa Techint-Usiminas en caso de ganar la licitación de los tubos.
El eventual aporte brasileño para que se complete la obra se explica por el interés de poder contar a futuro con el gas de Vaca Muerta, para los cordones industriales de las ciudades del sur brasileño, lo que se podrá alcanzar con nuevos ductos a desarrollar en territorio brasileño entre las ciudades de Uruguayana y Porto Alegre, o entre Montevideo y Porto Alegre.
Esta posibilidad se hace cada vez más urgente ante la caída en la producción de gas de Bolivia, principal proveedor de la región, que ya en el póximo invierno tendrá problemas para abastecer a los países a los que hace años vende el recurso.
Incluso, ya se habla de la posibilidad de utilizar los ductos ociosos de ese país para, en un mediano plazo, llevar el gas de Vaca Muerta hacia Brasil.
Precisamente, en mayo, también había manifestado su interés en la obra la empresa Power China, el gigante energético y de infraestructura que buscará sumarse a la segunda etapa del gasoducto, mientras que la Secretaría de Energía también recibió el interés de una empresa saudi que con financiamiento del Eximbank también sumarse a la compulsa.
Esa obra llevará los caños desde la planta Saturno en la localidad del oeste bonaerense de Salliqueló -punto en donde hace dos meses se conectó la Etapa I con el Neuba II-, hasta el pueblo de San Jerónimo, entre las ciudades de Rosario y Santa Fe, con una longitud de 467 kilómetros.
La primera licitación a conocerse en los próximos días será por las chapas para la producción de los tubos de acero con costura de 36 pulgadas de espesor, 12 metros de largo y unos 5.000 kilos de peso cada uno, en especificaciones similares a los que se utilizaron en la Etapa que se adjudicó el consorcio Techint-Tenaris.
En esta oportunidad, se estima que para cubrir los 467 kilómetros de ducto se requerirán poco más de 38.900 tubos, y demandará casi 7.800 viajes en camión a los frentes de obra a desplegarse por el centro y norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe.
Obras complementarias del Gasoducto Néstor Kirchner
La obra está llamada a completar el proyecto del gasoducto que parte desde la Cuenca Neuquina para incrementar la evacuación del gas no convencional que puede producir Vaca Muerta, con una capacidad total de 39 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) lo que significa un 25% adicional del total del sistema.
Tan sólo la etapa I ya en marcha permite hoy una capacidad extra de 11 MMm3/d, lo que en pocas semanas permitió que la producción de Vaca Muerta alcanzara por primera vez su récord por encima de los 100 MMm3/d. Pero incluso ese tramo en pocos meses podrá casi duplicarse este año con las plantas de compresión en construcción en Tratayen y Salliqueló.
Aquella primera obra de 573 kilómetros se está complementando con otras como la ampliación del tramo final Neuba II y la construcción del Gasoducto Mercedes-Cardales más plantas compresoras.
La obra traerá distintos beneficios fiscales y productivos. El ahorro de divisas por disminución de importaciones será, de acuerdo a lo estimado, superior a los u$s8 mil millones.
Pero fundamentalmente permitirá poner en valor la producción nacional de los recursos no convencionales al reemplazar y promover el trabajo argentino, en sustitución del gas y combustibles líquidos importados, por al menos 4400 MM m3 anuales equivalentes.
Esta obra avanzará en paralelo a otro objetivo prioritario para el gobierno que es la Reversión del Gasoducto Norte, que licitación en marcha mediante permitirá en mayo de 2024 llegar con el gas de Vaca Muerta a siete provincias que hoy son abastecidas con importaciones desde Bolivia.
La semana pasada también se anunció que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) financiará con u$s185 millones la construcción y provisión de 4 turbocompresores en la traza I del gasoducto: dos adicionales a las de Tratayen y Salliqueló y dos nuevas a la altura de Chacharramendi en La Pampa.
Esto permitirá incrementar la capacidad de transporte del tramo I en 9,5 millones de metros cúbicos por día hasta 30 MMm3/d en los próximos dos años. La planta compresora prevista en el diseño original de Tratayen estará en condiciones de operar a fines de octubre comienzos de noviembre, en tanto que a fines de año o comienzos de 2024 podrá hacer lo mismo la de Salliqueló, ambas a cargo de distintos adjudicatarios de las licitaciones para sumar 10 Mmm3/d al tramo I.