La entrada en operacdión del ducto Mercedes-Cardales habilita la sustitución de combustibles líquidos para la generación de energía eléctrica en Santa Fe y Buenos Aires.
El gasoducto Mercedes-Cardales, obra complementaria del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK), comenzó la fase de transporte de gas. En ese marco, se estima un ahorro que rondará los cuatro millones de dólares diarios en sustitución de combustibles importados durante este verano.
El proyecto consistió en la construcción e instalación de un ducto de alta presión de 30 pulgadas de diámetro y 80 kilómetros de largo, para transferir gas de Vaca Muerta hacia el sistema troncal del norte. Su concreción se hizo posible gracias a la inyección adicional de 11 millones de m3/día que aporta el GPNK desde Vaca Muerta, a través del tramo Tratayén-Salliqueló.
La obra es fundamental para completar el proyecto del gasoducto que parte desde la Cuenca Neuquina y que busca incrementar la evacuación del gas no convencional.
Otro factor clave para alcanzar este hito fue la ampliación del Loop de Ordoqui en el sistema de TGS. En paralelo, se avanza con la puesta a punto de la Planta Compresora de Mercedes que, cuando esté funcionando, le permitirá al gasoducto transferir hasta 15 millones de metros cúbicos diarios desde TGS a TGN.
Además, se podrán sustituir hasta seis millones de dólares diarios en promedio de combustibles líquidos para la generación termoeléctrica en Santa Fe y el norte de Buenos Aires. A través de esta obra, planificada por ENARSA, se brinda mayor flexibilidad a la transferencia entre los sistemas de transporte de alta presión operados por TGS y TGN en la zona de GBA.
Distribución del gas que traslada el Gasoducto Néstor Kirchner
La habilitación del gasoducto Mercedes-Cardales forma parte de un plan relacionado a la producción de Vaca Muerta. La obra es fundamental para completar el proyecto del gasoducto que parte desde la Cuenca Neuquina y que busca incrementar la evacuación del gas no convencional para llegar a una capacidad total de 39 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d).
Esta cifra significará un aumento del 25% en la inyección de gas al sistema, pero aún deben completarse otras iniciativas como la ampliación del tramo final Neuba II. Según Enarsa, una vez se habiliten todas las obras que están en desarrollo, se podrán ahorrar hasta u$s 8.000 millones anuales en todo concepto.
Fundamentalmente, definió la empresa, las obras de gasoductos permitirán poner en valor la producción nacional de los recursos no convencionales al reemplazar y promover el trabajo argentino, en sustitución del gas y combustibles líquidos importados, por al menos 4.400 MM m3 anuales equivalentes.
En tanto, se espera por definiciones respecto al proyecto de Reversión del Gasoducto Norte, cuya licitación en marcha apuntaba a llegar en mayo de 2024 con el gas de Vaca Muerta a siete provincias que hoy son abastecidas con importaciones desde Bolivia. Sin embargo, la obra se encuentra en stand by debido al recambio de gobierno y habrá que esperar la determinación de la nueva gestión para saber si la obra avanza.
Ya electo como presidente, Javier Milei destacó el equilibrio fiscal como su objetivo prioritario, lo cual implica el fin del financiamiento estatal para la obra pública.
De todas maneras, la Reversión del Gasoducto permitiría asegurar el abastecimiento de la demanda del Norte Argentino a un costo en pesos que resulta hasta cuatro veces menor que el que se importa actualmente desde Bolivia, cuya producción viene en fuerte declive en los últimos años y que en junio de 2024 dejará de venderle el recdurso a la Argentina.
Además, en una segunda instancia permitiría avanzar en la exportación de gas hacia el norte de Chile y a Brasil.