Periodista especializado en Energía.
Con 573 kilómetros de extensión, y un costo que roza los 1.500 millones de dólares, en el
gasoducto de Vaca Muerta intervinieron más de 1.500 máquinas pesadas, y cerca de 10 mil trabajadores. Se inaugura el 20 de junio y abastecerá la demanda del AMBA.
Tras cumplir con la última soldadura de caños a mediados de mayo y actualmente en pleno desarrollo de las pruebas hidráulicas, los tiempos se aceleran para que el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), de 573 kilómetros de extensión, logre el 20 de junio la habilitación para comenzar a operar en condiciones técnicas y de seguridad.
Es decir, con un avance de obra de casi el 80 por ciento, luego quedarán pendientes para los meses siguientes la instalación de las plantas compresoras que permitirán casi duplicar su capacidad. Como ocurrió hace medio siglo cuando el gas natural del emblemático yacimiento Loma de la Lata comenzó a surgir para transformar la matriz energética y productiva de la Argentina, Vaca Muerta se dispone a inaugurar una nueva era con la puesta en marcha del primer tramo del gasoducto.
Para el tendido de la Etapa 1 del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, se utilizaron aproximadamente 300.000 toneladas de cañerías, el equivalente a 4.285 Obeliscos porteños.
Este primer tramo del proyecto cuyo costo alcanzará casi los US$ 1.500 millones, si se contemplan sus obras complementarias, es considerado el punto de partida que asegurará el autoabastecimiento del
mercado local, la reducción de las importaciones de GNL y de combustibles líquidos, y el desandar de un camino un poco más largo de convertir al país en exportador regional de energía.
Se estima que, para el cierre de este año, permitirá ahorrar unos US$ 1.900 millones. en importaciones, cifras que alcanzarían entre los US$ 2.900 y US$ 3.500 millones al año a partir de 2024, de acuerdo a la evolución de los costos internacionales.
El primer paso de esa puesta en marcha deberá atender el llenado de todo el ducto, lo cual se alcanzará con la inyección desde Vaca Muerta del volumen de 45 MMm3 en un proceso que demandará entre 7 y 10 días hasta darle la presión necesaria antes de incorporarse al sistema. El gas adicional que aportará el GPNK estará inicialmente orientado a la seguridad del abastecimiento de la demanda prioritaria.
Todas las obras son parte del proceso de licitación que llevó adelante, desde mediados de 2022, la empresa estatal Energía Argentina, que adjudicó la obra que se extiende desde la localidad neuquina
de Tratayen hasta Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, mediante tres frentes de obra simultáneos a cargo de dos consorcios.
El desafío logístico
Para todo el ducto se requirió la instalación de unos 56.700 caños de 12 metros de largo –el 89% de 36 pulgadas y el restante 11% de 30 pulgadas–, los cuales se produjeron desde comienzos de octubre de la planta de Tenaris-Siat, en la localidad bonaerense de Valentín Alsina, aunque la chapa debió ser importada desde la planta de Usiminas en el sur de Brasil por ser la única con capacidad suficiente en la región en volumen y plazos.
Para el tendido de la Etapa 1 del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, se utilizaron aproximadamente 300.000 toneladas de cañerías, el equivalente a 4.285 Obeliscos porteños. Los trabajos demandaron la puesta en marcha de más de 1.500 maquinarias pesadas, varias de las cuales se trajeron especialmente para la obra.
Las herramientas que permitieron la celeridad de las tareas fueron los equipos especiales como las soldadoras automáticas y las plantas de doble junta que ya eran habituales en otras partes del mundo, pero no en la Argentina, por lo cual también llegaron dotaciones de operarios de distintas nacionalidades.
Esos trabajadores se sumaron a los 10 mil puestos de empleo directos y otros 40 mil indirectos generados desde el pico de obra, lo que movilizó las economías de las decenas de localidades y ciudades próximas a la traza a lo largo de las cuatro provincias que atraviesa, y atrajo a personas prácticamente de todas las provincias del país.
El nuevo panorama
A partir de su habilitación operativa podrán inyectarse desde Vaca Muerta unos 11 MMm3 diarios, pero para los siguientes meses de julio y agosto el proyecto también prevé la entrada en funciones de las plantas compresoras ya licitadas e ingresadas en el país que permitirán incrementar los volúmenes diarios hasta los 21MM m3/d.
Ese aporte requiere también para su mejor distribución del avance de obras complementarias como el gasoducto Mercedes-Cardales de 73 kilómetros (de 30 pulgadas), la ampliación de un tramo del Neuba II en la provincia de Buenos Aires de 29 kilómetros (de 30 pulgadas) y una planta compresora en la planta de Cardales de 15.000 hp, también en ejecución.
Ya la segunda etapa del gasoducto troncal se extenderá desde Salliqueló hasta la localidad de San Jerónimo, al sur de la provincia de Santa Fe, con una traza de 470 kilómetros. Con el tramo II, cuya ingeniería básica se está licitando a cargo de Energía Argentina, se podrá ampliar en un 25% la capacidad del sistema nacional de transporte de gasoductos troncales, poniendo definitivamente en valor las reservas de Vaca Muerta.
De esta manera, la capacidad de transporte aumentará progresivamente hasta llegar a los 44 millones con la primera y la segunda etapa concluidas. Para esta instancia, la intención es que el financiamiento cuente con la participación de las empresas privadas que se beneficiarán con la ampliación de transporte, y no quede sólo a cargo de las debilitadas arcas del Estado nacional, como ocurrió en la etapa actual.
Es que para las empresas y el país se abre un escenario promisorio apenas logrado el autoabastecimiento del mercado local, que permitirá dejar de depender en el próximo bienio del gas natural que envía Bolivia en volúmenes cada año inferiores a los comprometidos en el acuerdo original de 2006, suplantar totalmente las compras de gasoil y fuel oil para las centrales y energía eléctrica de Brasil, y reducir al mínimo los cargamentos de GNL para atender solamente los picos de los días más fríos del invierno.
El mercado regional es el siguiente objetivo también de la Etapa I del GPNK. Una obra que comenzará en breve y que resultará clave es la reversión del Gasoducto del Norte, el que trae el gas de Bolivia hasta el centro del país. El proyecto que incluye la obra La Carlota-Tío Pujio, con fecha de entrega para el otoño de 2024, ya tiene financiamiento recientemente asegurado por el banco de Desarrollo de América Latina CAF por US$540 millones.
Por ese mismo camino, pero en dirección inversa, el shale de Vaca Muerta podrá abastecer a las provincias del noroeste y utilizar el gasoducto NorAndes para retomar las ventas a Chile suspendidas desde poco antes de 2010. Y de la misma manera se anticipa que podrá ingresar al sistema de ductos de Bolivia y llegar a Brasil, para abastecer los atractivos y demandantes centros industriales de las ciudades de San Pablo y Porto Alegre.
Ya para la segunda etapa del gasoducto el proyecto de poder ingresar a Brasil a través de la infraestructura existente a la altura de la ciudad correntina de Paso de los Libres y la vecina Uruguayana, a partir de lo cual se deberá encarar una obra de 600 kilómetros de extensión de nuevos ductos para consolidar el sueño exportador.
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