El Índice de Costos del Transporte (ICT) se disparó un 4,03% en el mes, cortando la tendencia moderada del primer semestre. El combustible, los salarios y el costo financiero lideran las subas, en un escenario que vuelve a tensar al sector.
El transporte en camión vuelve a encender luces de alerta. Según el último informe de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), los costos operativos del sector registraron en julio una suba del 4,03%, el incremento mensual más alto no solo en lo que va de 2025, sino también en los últimos doce meses.
El dato revierte la desaceleración que había marcado el primer semestre y confirma que los factores de presión siguen vigentes. Con esta variación, el ICT acumula un alza del 18,6% entre enero y julio, y una suba interanual del 32,6%.
Desde FADEEAC advierten que el impacto se extiende a toda la cadena: “Esta combinación de factores afecta tanto a los grandes operadores como a las pequeñas y medianas empresas de transporte».
El índice, auditado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, analiza once componentes clave que inciden directamente sobre la estructura de costos del transporte de cargas a nivel nacional. Y este último relevamiento muestra que varios de esos rubros empezaron a recalentar la ecuación.
El combustible volvió a ocupar un lugar central en la dinámica inflacionaria del transporte. En julio, el gasoil tuvo dos ajustes que derivaron en una suba mensual del 4,51%, acumulando un 8,3% en el bimestre junio-julio.
Este incremento se dio, además, en un marco de “diferimiento en la actualización de impuestos específicos a los combustibles, prorrogado por el Decreto 522/25 hasta fines de agosto”.
A la presión del gasoil se sumó un nuevo incremento salarial. El rubro Personal-Conducción se ajustó un 4,18%, correspondiente a la segunda cuota del acuerdo paritario vigente para el trimestre junio-agosto.
Ese aumento impactó de manera indirecta en otros ítems como Reparaciones, que trepó un 5,54%, y Gastos Generales, con una suba del 2,52%.
En paralelo, el deterioro estructural de las rutas obliga a un mantenimiento más frecuente de los vehículos, sumando tensión a un escenario ya complejo.
Financiamiento y vehículos más caros
Otro factor que empujó fuerte en julio fue el Costo Financiero, con un salto del 8,82%. FADEEAC lo atribuye al “endurecimiento de las condiciones crediticias, la suba de tasas de interés y la volatilidad del tipo de cambio, especialmente durante la última semana del mes”.
Por su parte, el rubro Material Rodante, que contempla la compra de camiones y equipos, registró su mayor incremento en lo que va del año: 6,22%.

En contraste, algunos ítems permanecieron sin cambios, como Neumáticos, Seguros, Lubricantes y Patentes. Los Peajes, por su parte, solo mostraron una leve variación del 0,19%.
Momento delicado para el transporte en camión
La nueva aceleración en los costos llega en un momento de alta sensibilidad para el transporte terrestre de cargas. Durante el primer semestre del año, el sector ya había acumulado una suba del 25,6%, en un contexto de macroeconomía inestable.
El tipo de cambio sigue jugando un rol central, encareciendo los insumos dolarizados. A eso se suma el mal estado de la infraestructura vial, que obliga a las empresas a destinar más recursos al mantenimiento.
Y como si fuera poco, el acceso al financiamiento continúa restringido, lo que frena la renovación de flotas y encarece los pasivos existentes.
Desde FADEEAC advierten que el impacto se extiende a toda la cadena: “Esta combinación de factores afecta tanto a los grandes operadores como a las pequeñas y medianas empresas de transporte, que tienen menor capacidad de absorción ante incrementos sucesivos y dependen en gran medida de la estabilidad tarifaria y del cumplimiento en los pagos por parte de sus clientes”.
La presión tributaria también sigue siendo un dolor de cabeza. Si bien el congelamiento parcial de los impuestos a los combustibles trae algo de alivio momentáneo, se estima que su actualización podría generar un efecto cascada si no hay mejoras paralelas en otras áreas clave.