La low cost dio de baja 384 vuelos de los 1.991 que tenía programados en noviembre. Ante este escenario, el Gobierno le dio un ultimátum, con un plazo de 48 horas para que presente un plan correctivo.

Los problemas en los vuelos de Flybondi se profundizaron a lo largo del último mes, y el gobierno nacional intimó a la compañía para que presente un plan correctivo. La firma ya había sido advertida por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), y viene de sumar nuevos aviones a su flota.

Ahora, el ultimátum del Ejecutivo le da un plazo máximo de 48 horas a la compañía para reducir drásticamente la cantidad de cancelaciones. Así lo informó la Secretaría de Transporte a través de un comunicado, luego de remarcar el elevado número de viajes suspendidos o reprogramados reportados en los últimos meses, que han afectado a miles de pasajeros.

El plan debe incluir medidas concretas para ajustar las solicitudes de vuelos a su capacidad operativa real.

De no cumplir con este requerimiento, la compañía podría enfrentar un sumario administrativo con sanciones económicas e incluso la pérdida de autorización para operar sus rutas.

“A su vez, si el elevado número de cancelaciones persiste, se tomarán mayores medidas para la prestación de un servicio de calidad y la protección de los derechos de los usuarios”, advirtió la cartera nacional.

El informe oficial detalla que en noviembre Flybondi canceló 384 vuelos de los 1.991 programados, lo que representa un 20% de sus operaciones mensuales. A esto se suma la reprogramación de más de 700 viajes, afectando a casi la mitad de los servicios ofrecidos por la empresa.

Según datos recopilados por la ANAC, estas cifras posicionan a la low cost como la aerolínea con mayor cantidad de cancelaciones en el mercado local.

Además, su índice de puntualidad descendió a apenas 49,05% en noviembre, un porcentaje considerablemente inferior al de otras compañías, como Aerolíneas Argentinas y JetSmart, que superaron el 80% en ese mismo período.

¿Qué se le exige a Flybondi?

Ante el incumplimiento por parte de la aerolínea, el gobierno solicitó la conformación de un plan que normalice la situación. Este debe incluir medidas concretas para ajustar las solicitudes de vuelos a su capacidad operativa real, evitando así ofrecer servicios que no puedan garantizar.

También se exigió la implementación de estrategias de contingencia para garantizar la protección de los derechos de los pasajeros. Desde la Secretaría de Transporte indicaron que el objetivo de estas sanciones no es solo penalizar, sino lograr que las empresas cumplan con sus compromisos en tiempo y forma, reduciendo la cantidad de infracciones mensuales.

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Los rojos de Flybondi se repiten en las pantallas de los aeropuertos. Si siguen los incumplimentos, la lowcost será sumariada y podría recibir sanciones económicas.

El problema operativo de Flybondi, según fuentes del sector, radica en la falta de planes de respaldo y una flota insuficiente para responder ante contingencias, como el mantenimiento no programado de aeronaves. Además, la compañía enfrenta restricciones en el acceso a divisas para pagar alquileres de aviones y adquirir repuestos, lo que agrava su capacidad operativa.

En palabras de su CEO, Mauricio Sana, este escenario ha generado un «efecto dominó» que afecta directamente la experiencia de los pasajeros.

Flybondi, con problemas desde el comienzo

Flybondi ha atravesado desafíos significativos desde su fundación en 2016 como la primera aerolínea low cost del país. A pesar de su crecimiento inicial, las crisis económicas y la pandemia golpearon duramente su operación.

Si bien logró recuperarse parcialmente en 2023, hubo varias ocasiones donde sus limitaciones quedaron expuestas debido a la escasez de dólares para mantener su flota activa. A esto se sumaron incidentes recientes, como el ocurrido en octubre en el aeropuerto de Puerto Madryn, cuando un avión estuvo paralizado durante más de 36 horas debido a fallas mecánicas, obligando a desviar vuelos de otras compañías.

En ese destino, incluso, la low cost tuvo un fuerte cruce con los operadores turísticos, quienes una vez más se declararon afectados por los «constantes incumplimientos y cancelaciones». La compañía responsabilizó a ciertas características del aerpuerto, que había sido reinaugurado recientemente tras una remodelación que lo mantuvo cerrado varios meses, y amenazó con dejar de volar a la ciudad chubutense.

Por otro lado, la tensión de la aerolínea con los pasajeros escaló recientemente, cada vez con más reclamos recientemente, y el gobierno decidió interceder con el ultimátum.

Además de las sanciones inmediatas, la ANAC está retomando el mecanismo de labrado de actas de infracción que había quedado suspendido en 2020. En octubre, Flybondi ya había recibido tres actas por 23 cancelaciones, lo que evidencia que lo de noviembre, lejos de una mejora, marcó la continuidad e incluso la profundización de los problemas en su servicio.

Si la firma ahora no cumple con la elaboración del plan correctivo, podrían dictaminarse medidas más severas, como la quita de autorizaciones para operar ciertas rutas.

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