La medida abrió una negociación que excede lo fiscal. Ante la necesidad de la Casa Rosada de sumar adhesiones al presupuesto 2026, gobernadores, gremios y empresas buscan redefinir el rol del segmento frente al protagonismo de Vaca Muerta.

La decisión del Gobierno nacional de poner fin a las retenciones para el petróleo convencional comenzó a mover piezas en todo el arco energético.

La medida no se entiende aislada: llega en plena discusión por el Presupuesto 2026, y la Casa Rosada necesita sumar apoyos provinciales para aprobarlo. En ese tablero, Chubut fue la primera en cerrar trato; detrás avanzan Santa Cruz, Neuquén y Mendoza, mientras Río Negro y Tierra del Fuego mantienen conversaciones abiertas pero con otro ritmo y demandas propias.

El mecanismo se apoya en un esquema tripartito: la Nación, aligerando o directamente quitando las retenciones; las provincias, ajustando regalías y cánones; y los gremios, acompañando con una agenda de competitividad.

A diferencia de sus vecinas, Río Negro mantiene una postura más cautelosa. La provincia, que aporta alrededor de 21.000 barriles diarios —el 2,8% del total nacional—, evalúa el impacto fiscal y el margen político antes de definir su adhesión.

El corazón del acuerdo es simple: devolver competitividad a un segmento que perdió terreno frente al shale de Vaca Muerta y que hoy necesita oxígeno fiscal para sostener actividad, empleo y nuevas perforaciones.

El esquema impositivo fija retenciones nulas con un barril debajo de los u$s65, una escala del 0 al 8% entre u$s65 y u$s80, y una alícuota del 8% por encima de ese rango.

El Gobierno ya formalizó el entendimiento con Chubut para sostener las cuencas maduras, frenar el sostenido declino en la producción y la salida de grandes operadoras -incluida YPF- que priorizan la roca madre neuquna. También, para dar previsibilidad a las inversiones y retener mano de obra que -en medio de una crisis de empleo en el segmento convencional- migra al shale en busca de mejores oportunidades.

Santa Cruz: una firma inminente en un contexto complejo

El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, ultima detalles para estampar la firma el 26 de noviembre en Buenos Aires. Para la provincia, el alivio fiscal es clave en la Cuenca del Golfo San Jorge, donde la producción convencional retrocedió fuerte en los últimos años.

“El tributo fue uno de los más distorsivos para la competitividad”, remarcaron desde el Ejecutivo provincial, donde esperan que la quita de retenciones reactive inversiones, dé respiración a los proveedores locales y estabilice el empleo en campo.

Mendoza respalda, con una salvedad

La ministra de Ambiente de Mendoza, Jimena Latorre, celebró el anuncio del fin de las retenciones en Chubut y lo definió como “un incentivo directo para las provincias productoras”.

Aun así, marcó su propio matiz: su provincia hace tiempo aplica reducciones de regalías para sostener al convencional, una estrategia que —según señaló— permitió aumentar la producción en áreas como Chachahuen Sur, Barrancas, Llancanelo, Lindero de Piedra, La Ventana, Río Tunuyán y Vizcacheras. Entre todas, concentran prácticamente la mitad del petróleo mendocino.

El ejemplo más citado es el de Chachahuen Sur, donde la producción saltó de 1.100 m³/día a 1.900 m³/día tras los incentivos. “Mendoza viene marcando el rumbo económico al que apunta el país”, afirmó. Con Cornejo alineado con la Casa Rosada, la firma del acuerdo parece cuestión de días.

Neuquén: con la mira puesta en sostener al convencional

Aunque el centro de gravedad de Neuquén es Vaca Muerta, la provincia acompañó sin reservas el alivio para el convencional. El gobernador Rolando Figueroa destacó que la medida se acopla a lo que ya venía haciendo su gestión desde septiembre con la creación de la Mesa para la Reactivación de la Producción Convencional.

Allí la provincia ya había recortado regalías e Ingresos Brutos para sostener proyectos afectados por el declino natural. “Con esta medida tendremos más herramientas para sostener puestos de trabajo y mantener la inversión”, apuntó.

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Aunque el centro de gravedad de Neuquén es Vaca Muerta, la provincia acompañó sin reservas el alivio para el convencional.

La Mesa también se planteó metas más amplias y estructurales: reducir la tasa de accidentes laborales, operativos y ambientales, proyectar desarrollos de infraestructura para optimizar recursos y mejorar la competitividad de los desarrollos de Gas y Petróleo convencional.

Gustavo Medele, ministro de Energía y Recursos Naturales, sintetizó el desafío: “Generar las condiciones adecuadas: desde incentivos provinciales hasta la optimización de procesos en la industria. El objetivo es claro: reactivar pozos, sostener la producción y cuidar el empleo”.

Río Negro: la decisión, todavía en pausa

A diferencia de sus vecinas, Río Negro mantiene una postura más cautelosa. La provincia, que aporta alrededor de 21.000 barriles diarios —el 2,8% del total nacional—, evalúa el impacto fiscal y el margen político antes de definir su adhesión.

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El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y el Ministro de Economía, Luis Caputo, durante la firma del acta de entendimiento para eliminar las retenciones al petróleo convencional de la Cuenca San Jorge.

El gobernador Alberto Weretilneck mantuvo reuniones en Buenos Aires con Diego Santilli y Manuel Adorni, donde además de las retenciones se discutieron temas sensibles: rutas nacionales, el Tren del Valle, financiamiento para INVAP y reformas laborales y tributarias.

Aunque el convencional no domina en su porción de la Cuenca Neuquina, un alivio fiscal ayudaría a sostener áreas maduras y prepararse para el impulso del proyecto Vaca Muerta Oil Sur.

Tierra del Fuego: libreto propio sobre las retenciones

En el extremo sur, la cuestión tiene un tono más político. El gobernador Gustavo Melella evita dar señales de una adhesión inmediata.

La producción convencional cayó a unos 10.400 barriles diarios, muy lejos de los 22.000 barriles de 2018, pero la situación cambió con el anuncio del traspaso de áreas de YPF a la petrolera provincial Terra Ignis a partir del 1º de enero de 2026.

Melella consideró el traspaso “un antes y un después para la soberanía energética fueguina” y celebró la continuidad operativa y laboral que garantiza.

Con ese nuevo escenario, la provincia negocia a otro ritmo: la baja de retenciones puede ser un atractivo más, pero el gobernador busca asegurarse recursos y respaldos políticos antes de comprometerse.

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