Las primeras medidas económicas del nuevo gobierno dejaron algunos indicios auspiciosos y otras tantas incertidumbres en la industria del petróleo. La letra chica definirá con más precisión el alcance y efecto que tendrá el incremento de las retenciones en un sector beneficiado por la devaluación que se pretende netamente exportador y generador de divisas en los próximos años.

Por otro lado, se esperan más novedades sobre nuevas reglas de juego que ratifiquen una desregulación del sector que le permita concretar buena parte de su potencial.

La celebración del Día del Petróleo que se realiza el 13 de diciembre de cada año, reunió a los directivos de las principales compañías petroleras y del ecosistema de servicios, aunque curiosamente a ninguno de los nuevos gobernadores de las provincias productoras.

El encuentro permitió convocar al designado presidente de YPF Horacio Marin, al titular de Pan American Energy Group, Alejandro Bulgheroni; el presidente de Shell Argentina, Ricardo Rodríguez; la directora general de Total Austral, Catherine Remy; y el gerente general de ExxonMobil Argentina, Daniel De Nigris, entre muchos otros.

En tiempos de discusiones sobre el futuro de la industria ante las urgencias que impone el cambio climático, el sector en la Argentina busca cómo acelerar el aprovechamiento de los grandes recursos de gas y de petróleo y de minerales críticos.

Neuquén, No convencional, Perforación
La productividad de los pozos de Vaca Muerta son ya superiores al no convencional de Estados Unidos.

Vaca Muerta es el corazón de la estrategia que en este 2023 llevó a Neuquén a su mayor marca histórica en petróleo con casi 355.000 barriles diarios, y algo similar ocurrió en gas en agosto como respuesta a la mayor demanda invernal del país, con un pico de casi 98 millones de m3 diarios.

Las condiciones básicas están dadas para un gran desarrollo: La formación ubica a la Argentina entre el club de unos pocos países con recursos abundantes, con operadores internacionales y nacionales, compañías de ingeniería y de servicio, perforadoras, fabricantes especializados, midstream y downstream de gas y de petróleo y profesionales, técnicos y operarios calificados.

Todas ellas hacen una industria sustentable, tecnológica, con diversidad e inclusión, con más de 100 años de experiencia. Pero el potencial aún está muy lejos de alcanzarse.

Las primeras medidas en líneas generales fueron bien recibidas por los principales líderes de la industria, aún conscientes que será un largo y duro camino, pero que entienden que es urgente comenzar a acordar las condiciones bajo las cuales se desarrollará la actividad en el futuro, las que necesariamente deben generar confianza en el largo plazo.

De esta manera se deberá permitir que fluyan las inversiones para un desarrollo intensivo de los recursos, respetando el concepto de rentabilidad de estas inversiones en toda la cadena de valor.

En tiempos de discusiones sobre el futuro de la industria ante las urgencias que impone el cambio climático, el sector en la Argentina busca cómo acelerar el aprovechamiento de los grandes recursos de gas y de petróleo y de minerales críticos.

No solo habrá que perforar pozos, sino que habrá que atraer fabricantes y compañías de servicios y realizar importantes obras de infraestructura de tratamiento, transporte y exportación de gas y de petróleo. Y esto compite con muchas oportunidades de inversión, actuales y futuras, en activos similares a los propios en otras partes del mundo.

Así el punto de partida es generar las condiciones de mercado adecuadas. Un dólar competitivo -devaluación mediante que llevó el tipo de cambio a un piso de $800- crea un fuerte incentivo exportador, en tiempos en que aún el mundo navega con precios altos en torno a los 75 dólares el barril del Brent.

Cómo impacta la devaluación en la industria del petróleo

La devaluación genera sin dudas una mejor gestión de los costos en pesos, sobre todo para aquellas que destinan buena parte de su producción al mercado externo, algo que también celebran las provincias dueñas de los recursos que verán casi duplicar los ingresos por regalías, según las primeras proyecciones.

Pero a la vez, varios industriales dejaron abierto el interrogante sobre la eventual implementación de las retenciones que hoy se encuentran en el 8% para el crudo y que de acuerdo al anuncio del gobierno podrían duplicarse hasta alcanzar el 16%.

En principio, esa medida se presentaba como una contradicción con la premisa de promover aquellos sectores generadores de divisas, más el energético que en poco tiempo podría tener una balanza fuertemente superavitaria. Pero el marco de emergencia, de medidas excepcionales y de la falta de una letra chica imprescindible explican la oportunidad de ofrecer un tiempo de espera.

El contexto seguramente recesivo que se avizora en el corto y mediano palzo, es acompañado por un fuerte incremento del precio de los combustibles, que buscan recuperar casi un año de incrementos muy por debajo de la inflación, de la evolución del tipo de cambio, del valor internacional del crudo e incluso de la actualización de los biocombustibles obligatorios del corte.

En el camino de volver el precio en surtidor al valor histórico de un dólar por litro para la nafta súper, se anticipa en el sector que en un primer momento habrá una importante caída de demanda, lo que generará menor presión para las refinerías y una menor demanda interna de crudo, es decir mayores saldos exportables.

CAF, YPF, Transición energética
YPF inicia una nueva etapa con el presidente Horacio Marin, ante la mirada de toda la industria.

Semejante movimiento dejó una certeza clave para la industria: el final del barril criollo ya es un hecho en la práctica. Lejos de los 56 dólares impuestos en el acuerdo de congelamiento con el gobierno las transacciones entre productoras y refinadoras ya se realizan en torno a los 70 dólares en acuerdo reservadamente entre privados, lo que despeja el camino hacia el fuerte anhelo petrolero de una convergencia a la paridad de exportación.

Lo que reclama el sector del petróleo

Pero la industria también requerirá, entre tantas restricciones, que se atienda el viejo reclamo de acceso al mercado de cambios, de contar con las divisas necesarias para las importaciones de equipos e insumos que permitan acelerar obras y procesos de producción, pero también la garantía de que las inversiones que deberán darse a razón de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares al año podrán ser recuperadas.

Un párrafo aparte merece el futuro de YPF que cada vez se advierte más lejos de la idea de privatización, algo que alivia a toda la industria que reconoce en la petrolera de bandera al guía que condujo en la última década al exitoso abordaje de Vaca Muerta y que hoy impulsa los principales proyectos de infraestructura de exportación, como el oleoducto a Chile, el futuro oleoducto Vaca Muerta Sur o la planta de Gas Natural Licuado.

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