La parada de la central nuclear arrancó en septiembre, en la previa de un verano con alto riesgo de cortes de luz. El titular de Nucleoléctrica dijo que hay conversaciones por un crédito adicional de U$S120 millones y que los aportes del Tesoro Nacional están garantizados.
Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) negocia con la Corporación Andina de Fomento (CAF) un financiamiento de 210 millones de dólares para la extensión de vida de la central nuclear Atucha I.
Así lo informó durante la reunión anual de la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear (AATN) su presidente, su presidente, Alberto Lamagna, quien en esa ocasión también se refirió al proyecto de que la empresa estatal forme una joint venture con la francesa Framatome para la producción de radioisótopos médicos.
El cierre temporal de Atucha I tiene impacto en la oferta de electricidad del país, justo cuando se anticipa un nuevo récord de consumo energético y posibles tensiones en el suministro para el próximo verano.
NA-SA comenzó en septiembre el proyecto de parada prolongada de Atucha I, que, junto con la construcción del Almacenamiento en Seco de Combustibles Gastados de Atucha II, requerirá una inversión total de 700 millones de dólares.
Lamagna aseguró que los fondos de la CAF podrían estar disponibles para 2025: «Con el apoyo y el seguimiento técnico del Organismo Internacional de Energía Atómica y de su director general Rafael Grossi, iniciamos un posible financiamiento con la CAF».
Además, la empresa mantiene conversaciones con el banco BPI para un crédito adicional de 120 millones de dólares, mientras que los aportes del Tesoro Nacional están garantizados para este año y 2025.
También recordó el éxito del fideicomiso NASA IV, lanzado en 2022, que aportó 180 millones de dólares al proyecto.
En términos de fondos nacionales, el gobierno liberó este mes una partida de 104.659 millones de pesos para gastos de capital, con un segundo desembolso previsto para principios de 2025, fortaleciendo el plan de inversiones nucleares en el país.
Atucha I y una parada poco oportuna
El cierre temporal de Atucha I, que estaba previsto desde mucho antes de la emergencia que se anticipa para este verano, tendrá un impacto en la oferta de electricidad del país. Si bien su aporte a la red no es de los más altos, resulta muy significativo en el cotexto de un probalbe nuevo récord de consumo energético esperado para febrero, y posibles tensiones en el suministro durante los meses de calor.
“El proyecto tiene un plazo de 30 meses. En un momento se consideró la opción de detenerla antes para que pudiera estar operativa durante el verano y luego retomar las obras, pero finalmente se decidió no hacerlo”, explicó a fines de septiembre el secretario de Coordinación de Energía y Minería, Daniel González, cuando se inició con el mantenimiento largamente planificado por Nucleoléctrica, en pos de alargtar la vida útil de la priomera central nuclear del país, que cumplió 50 años.
Aunque la central nuclear Atucha I representa apenas poco más del 1% de la demanda nacional en momentos de mayor consumo, cada megavatio (MW) cuenta en un contexto de restricciones de oferta energética.
A eso se le suma un cuadro muy adverso en materia meteorológica por la llegada del fenómeno La Niña, que está generando una importante sequía en Brasil y que amenaza con trasladarse a la Argentina.
La baja del cauce de los ríos, que tiene un impacto directo en la generación hidroeléctrica, ya se puede palpar en muchos lugares del río Paraná.
Además, el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó un trimestre con temperaturas “superiores a lo normal” y precipitaciones “por debajo de lo normal”.
Producción de radioisótopos medicinales
Por otra parte, Lamagna detalló avances significativos en el acuerdo alcanzado con la francesa Framatome para explorar la producción de radioisótopos medicinales. Este convenio podría evolucionar hacia la creación de una joint venture entre ambas empresas.
Nucleoeléctrica anunció la firma de un acuerdo con Framatome para realizar un estudio de prefactibilidad que evalúe la instalación de sistemas para producir radioisótopos de vida corta, como el Lutecio-177, en las centrales nucleares de Atucha I, Atucha II y Embalse.
Esta tecnología, ya en uso en una central CANDU en Canadá, cuenta con el respaldo técnico y operativo de Framatome.
Lamagna señaló que NA-SA está explorando la posibilidad de establecer joint ventures con otras compañías en diversos sectores. En relación al proyecto con Framatome, explicó: «Podría derivar en una empresa spin-off de NA-SA o integrarse como parte de nuestra organización».
El presidente de NA-SA destacó que existe un contexto global favorable para la energía nuclear: «Hay una primavera nuclear en el mundo y oportunidades para formar alianzas con más empresas», concluyó.