Periodista especializado en Energía.
Con un inmenso despliegue logístico, se realiza un relevamiento sísmico del lecho marino para determinar la presencia de combustibles. Apuestan por otro Vaca Muerta.
La puesta en marcha de las tareas de exploración en el Mar Argentino, a 300 kilómetros de las costas del sur bonaerense, generará un movimiento logístico casi inédito en el país que permitirá confirmar o no el potencial de los recursos hidrocarburíferos offshore a los que se les reconoce potencial similar al no convencional neuquino de Vaca Muerta.
Pero el camino de comprobación es muy largo y se espera que en el segundo semestre del año, las empresas involucradas en las áreas de la zona norte del Mar Argentino comiencen la operatoria de no mediar impedimento judicial como viene ocurriendo hace año y medio.
La sucesión de instancias judiciales iniciadas en diciembre de 2021 encontró en los activistas ambientales y en la industria pesquera los dos más grandes detractores del proyecto
Es que la ciudad de Mar del Plata, reconocida como uno de los mayores polos turísticos de la Argentina, será el epicentro de la actividad costa afuera dado que cuenta con la infraestructura necesaria para este proyecto. Se abre así a un nuevo escenario productivo ya que cuenta con puerto, hotelería, hospitales, universidades, empresas de servicios y astilleros, entre otros recursos que requiere un hub logístico competitivo que -según las estimaciones más optimistas- podría generar unos 200 mil puestos de trabajo directos e indirectos.
Ondas de sonido
Equinor, el operador de las áreas CAN100, CAN108 y CAN114, es una empresa noruega de energía que, como etapa inicial de la exploración de petróleo y gas, se propone llevar a cabo un relevamiento de datos sísmicos 3D para las zonas de interés. Ese relevamiento sísmico se realiza con un buque que remolca tres fuentes de energía y diez cables submarinos (streamers) con una longitud de 8.000 metros y en los cuales se encuentran situados receptores de ondas (hidrófonos).
Las fuentes de energía utilizan aire comprimido, que al ser liberado rápidamente genera ondas de sonido. Dichas ondas son reflejadas en las distintas capas del subsuelo y vuelven a la superficie, donde son registradas por los hidrófonos. Este proceso se repite a lo largo de líneas de navegación que acaban cubriendo la totalidad del área de adquisición de datos sísmicos.
Para la adquisición se prevé la utilización de un buque sísmico, el cual irá acompañado por dos embarcaciones de apoyo, cuyas misiones son garantizar al buque sísmico (y su arreglo), una navegación segura sin interferencias con otras embarcaciones, abastecerlo de combustible e insumos y remolcar el buque sísmico ante cualquier emergencia en su sistema de propulsión.
Se prevé que esa unidad equipada con la última tecnología conocida en el mundo petrolero se movilice al área de adquisición sísmica desde el Puerto de Buenos Aires, donde será abordado por la tripulación. Durante la ejecución del proyecto, cuando se requiera combustible, alimentos frescos y suministros, el puerto que se utilice para servicios logísticos será el de Mar del Plata.
En este puerto se realizará la descarga de los residuos generados a bordo y también se utilizará para los cambios de tripulación. La exploración se hará en tres de los 18 bloques adjudicados en 2019 por los que las adjudicatarias (Equinor, YPF y Shell) comprometieron inversiones por casi US$ 800 millones.
Las actividades de movilización, ejecución (sísmica) y desmovilización tendrán una duración de hasta 6 meses. El cronograma de adquisición se ajustará a las condiciones oceanográficas para asegurar la seguridad de las operaciones, por lo que está previsto que la adquisición se desarrolle desde octubre de 2023 de acuerdo a la reprogramación inicial, y debería completarse en marzo de 2024 y a partir de ahí el procesamiento de los datos sísmicos demandará más de un año. Las operaciones se desarrollarán ininterrumpidamente las 24 horas, todos los días de operación.
Impacto en la industria naval
En este nuevo escenario productivo, además de las actividades directamente vinculadas a la explotación de hidrocarburos, se augura un beneficio en otras áreas, de manera indirecta, como la metalurgia, metalmecánica, electromecánica, caldereria, industria eléctrica, química, electrónica, construcción civiles, comercio, transporte y comunicaciones, entre las principales demandas que promoverán el desarrollo de nuevos proveedores locales competitivos.
La industria naval, tendrá la oportunidad de contar con un beneficio particular dado que la cadena de valor de Mar del Plata se verá significativamente beneficiada no solamente por actividades de reparaciones de las embarcaciones, sino que, como hipótesis de mínima, cada buque de operaciones -se calculan unos 24 para todas las áreas a explorar- deberá ser acompañado por dos buques menores, uno de soporte y otro de seguridad, que podrían ser producidos localmente.
La sucesión de instancias judiciales iniciadas en diciembre de 2021 encontró en los activistas ambientales y en la industria pesquera los dos más grandes detractores del proyecto por el temor al impacto de las operaciones, que en esta instancia llevará adelante sólo tareas sísmicas para la recolección de datos. Ese accionar tuvo eco en la justicia federal marplatense que haciendo lugar a amparos sucesivos fue sumando requerimientos a las operadoras y al estado nacional con una serie de requerimientos que permitieron la habilitación del proyecto a comienzos de este año, aunque el tema de fondo aún sigue judicializado.
