El gas natural es el combustible fósil menos contaminante y más económico, y la Argentina es uno de los países con mayor participación de este recurso energético en su matriz. El país cierra una etapa histórica y su próximos pasos dejarán definiciones estratégicas para el futuro.

El segmento de la distribución del gas natural por redes en la Argentina transita la etapa final de las concesiones otorgadas a comienzos de los ’90, en la que las empresas atraviesan un proceso de audiencias públicas en procura de extender esas licencias por otros 20 años hasta 2047.

Esa posibilidad permite realizar un balance de gestión durante poco más de tres décadas que refleja una complejidad que impuso la realidad económica desde entonces.

En un momento crucial para el sector energético de la Argentina, el desarrollo de Vaca Muerta y las obras de infraestructura proyectadas promete nuevas posibilidades para expandir un servicio que identifica a la matriz energética argentina, fuertemente basada en el gas y que podría profundizarse ya sea por el servicio de redes, o las alternativas de GNC, GNL o GLP, según sea el segmento de usuarios a alcanzar.

La posible extensión por 20 años de las licencias de las distribuidoras de gas, a partir de diciembre de 2027, es un hito que marca el final de un ciclo de 35 años de gestión privada. El balance que se presenta desde la industria es, sin duda, importante.

Las cifras hablan de una expansión masiva que duplicó la cantidad de usuarios, pasando de 4,7 a 9,3 millones, un crecimiento del 106% desde 1993 hasta la fecha. Este crecimiento se vio acompañado por la llegada del servicio a 1.230 localidades, un alza del 100%, y un aumento del 75% en el volumen de gas distribuido anualmente.

Detrás de estos números hay una historia de infraestructura que se expandió de manera también exponencial. La red de gasoductos, ramales y redes creció un 134%, pasando de poco más de 101.000 kilómetros originales a los actuales 168.197.

Esta expansión, según las empresas del sector, superó los compromisos iniciales de las licencias y fue posible gracias a una inversión total de 3.813 millones de dólares en los últimos 30 años.

GNL, Gasoductos, hidrocarburos
El gas argentino ocupará un lugar cada vez más central en la matriz energética.

Sin embargo, el relato de éxito coexiste con una crítica profunda al marco en el que operaron las distribuidoras. Las empresas señalan que el crecimiento se dio en un contexto de más de 20 años de inestabilidad institucional y tarifaria.

El reclamo por tarifas, atado a nuevas inversiones en la red de gas natural

Tarifas congeladas e intervenidas de manera irregular, afirman, impidieron obtener los ingresos necesarios para cubrir costos operativos, impuestos, amortizaciones y, crucialmente, para generar una rentabilidad razonable que permitiera un mayor desarrollo.

Esta insuficiencia de ingresos, según la industria, afectó la ecuación económico-financiera de los contratos y obligó a las empresas a priorizar gastos de mantenimiento y seguridad, limitando las inversiones en expansión.

A pesar de estas dificultades, la capacidad de expansión de la red es vista como un logro, que permitió que el 66% de la población de la Argentina tenga hoy acceso al gas natural por redes, una incidencia que creció un 50% respecto a 1992.

Este alcance, que las empresas califican como uno de los más importantes del mundo, superando a países de la región e incluso a Estados Unidos y Europa, sirve como argumento central para la extensión de las licencias.

La industria sostiene que los períodos de tarifas «normalizadas» fueron los más propicios para las inversiones, pero el próximo ciclo, si se aprueban las extensiones y se garantiza un marco tarifario estable, podría ser el más importante de las concesiones.

Se estima que las inversiones anuales podrían acercarse a los 200 millones de dólares, superando lo registrado en la década de los ’90. De esta manera, al finalizar la revisión quinquenal de tarifas, el total de inversiones del ciclo podría superar los 4.800 millones de dólares.

El proceso de revisión que realiza el Enargas de la gestión de empresas como Metrogas, Naturgy, Camuzzi, Ecogas, Gasnor, Gasnea y Litoral Gas, cuyas jurisdicciones cubren todo el país, va a sentar un nuevo punto de partida para todo el sistema de gas natural, permitiendo proyectar nuevos objetivos para los próximos 20 años que deberán ser de expansión para un servicio más amplio en una meta de universalización inédita.

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