Las perspectivas siguen siendo sólidas basadas en las continuas compras de los bancos centrales, el papel del metal como cobertura contra la inflación y la inversión de mayor riesgo en inteligencia artificial. Qué valor se espera para este año.
Las perspectivas para el oro en 2025 se mantienen firmes, impulsadas por varios factores clave: las continuas compras de los bancos centrales, su rol como cobertura contra la inflación y el creciente interés en inversiones más arriesgadas, como la inteligencia artificial.
Así lo afirma BMO Capital Markets en su último informe titulado «Prolongando la era dorada del oro: cinco temas clave para 2025».
Sin embargo, BMO advierte que el principal desafío para el metal precioso podría ser una reducción del riesgo geopolítico, lo que disminuiría su atractivo como refugio seguro.
El panorama para el precio del oro en 2025 genera optimismo entre los analistas: podría alcanzar el récord de US$ 3.000/oz durante este año.
A pesar de ello, las políticas inflacionarias que incluyen el aumento de aranceles y un mayor gasto gubernamental, promovidas por la administración entrante de Donald Trump, podrían fortalecer la posición del oro como activo de protección frente a la inflación.
Según el análisis, los bancos centrales continuarán incrementando sus reservas de oro, dando continuidad a la tendencia observada en 2024 hacia la desdolarización.
En el tercer trimestre de 2024, las tenencias de oro representaron un récord del 18% de las reservas totales, según el Consejo Mundial del Oro.
Además, desde el cuarto trimestre de 2022, las compras trimestrales de oro por parte de los bancos centrales han promediado más de 1.000 toneladas, manteniendo este ritmo por cuatro trimestres consecutivos.
El informe destaca: “La amenaza de inflación y el hecho de que el índice del dólar opere significativamente por encima de su promedio histórico es suficiente para que los bancos centrales se muestren cautelosos respecto a una sobreponderación en bonos del Tesoro”.
Además, agrega que “cuando esta situación se combina con el riesgo potencial de un impago, derivado de un déficit estadounidense persistente en un contexto de tipos de interés elevados, es razonable esperar que la desdolarización de las reservas de los bancos centrales continúe hasta 2025”.
Con un ojo en la performance de la Inteligencia artificial
Por otro lado, BMO advierte que existen varios obstáculos que podrían frenar el avance de la inteligencia artificial (IA) frente a las expectativas actuales.
El principal desafío es la insuficiencia en el suministro de energía necesario para respaldar los centros de datos requeridos, particularmente a medida que la IA demanda más recursos energéticos por la creciente complejidad de sus tareas.
Algunas empresas están explorando soluciones como la reapertura de plantas nucleares o la inversión en tecnologías emergentes, como pequeños reactores modulares (SMR, por sus siglas en inglés), que tienen una capacidad energética de hasta 300 megavatios por unidad.
Aunque algunos de estos proyectos avanzarán, es probable que muchas compañías deban reducir sus ambiciosos planes de expansión para los centros de datos.
BMO señala que esta situación podría desencadenar dos efectos, ambos con implicancias positivas para el oro.
“El primero sería que los inversores comiencen a descontar un déficit estadounidense más grande a medida que disminuyen las expectativas de crecimiento del PIB en Estados Unidos, lo que podría reducir los rendimientos de los bonos al buscar los inversores un refugio más seguro para su capital”, explica el informe.
“El segundo efecto sería una venta masiva más amplia de acciones estadounidenses, especialmente en el sector tecnológico, lo que podría revertir las históricas entradas de capital hacia Estados Unidos y debilitar al dólar, particularmente si los rendimientos permanecen bajos”.
Qué pasará con el valor del oro
El panorama para el precio del oro en 2025 genera optimismo entre los analistas, especialmente tras un 2024 que dejó una ganancia histórica cercana al 30%. Este desempeño ha situado al metal precioso en una trayectoria que podría llevarlo a alcanzar el récord de US$ 3.000/oz durante este año.
El 30 de octubre de 2024, el oro marcó un máximo histórico de US$ 2.790/oz, impulsado por las crecientes tensiones geopolíticas en Europa del Este y Medio Oriente.
Ahora, el inicio de un segundo mandato presidencial del republicano Donald Trump añade nuevas presiones que podrían seguir favoreciendo la cotización del metal, extendiendo también un efecto positivo hacia la plata.
“Yo creo que el oro sí tiene el potencial para romper el máximo histórico de US$ 2.790/oz que alcanzó el año pasado y, si es posible, puede inclusive alcanzar un nuevo máximo histórico de US$ 3.000/oz”, comentó Ana Azuara, especialista en mercados de commodities de Grupo Financiero Base.
Por su parte, Goldman Sachs Research proyectó que el oro podría superar los US$ 3.000/oz para fines de 2025, luego de haber quebrado varios récords consecutivos durante 2024.
