La falta de incentivos preocupa a las empresas, que esperaban un nuevo marco jurídico y el avance de distintas medidas para potenciar su desarrollo.
La agenda energética internacional se dirige hacia una transición que reduzca las emisiones generadas a partir del uso de energías renovables. Con el objetivo de frenar el cambio climático, una gran cantidad de países, incluyendo Argentina, se comprometieron en 2015 en París, a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
A partir de entonces, la inversión en proyectos energéticos de origen renovable se multiplicó, los avances tecnológicos se aceleraron, lo que redujo el costo productivo del sector, y, en líneas generales, se consolidó el negocio de la sustentabilidad.
En la Argentina, las renovables están al alza y cerraron un 2023 de crecimiento sostenido con la participación mayoritaria de los segmentos eólicos y solares. En agosto de este año se batió la marca histórica de generación por fuentes limpias, 1.909,1 GWh (gigavatio/hora), de acuerdo con los datos brindados por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA).
De ese total, el 75,6% (1.441,8 GWh) se produjo en parque eólicos, mientras que el solar significó un 13,4% (256,3 GWh). La participación restante se divide entre Pequeños Aprovechamientos Hidroeléctricos que representaron el 4,8%, iniciativas de biomasa (4%) y a través de biogás (2,2%).
Según informó el gobierno de Mendoza, se sumarán seis nuevos parques fotovoltaicos que inyectarán 450 MW de energía solar a la red nacional.
Por otro lado, la generación de energías renovables abastecieron en el promedio anual, cerca del 14% de la demanda del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), con el pico más alto del año registrado también en agosto cuando alcanzó el 16,2%. Sin embargo, la participación es variable y el avance se ha desacelerado significativamente si se analizan los últimos 6 años.
En 2017, la participación renovable en el abastecimiento eléctrico representaba el 2%, porcentaje que saltó a 13% para 2021. El crecimiento comenzó a estancarse y del máximo alcanzado en octubre, el año pasado cerró con un 13,9%.
Cabe señalar que la matriz energética argentina debe alcanzar un abastecimiento eléctrico de origen de energías renovables del 20% para el 2025. Esta meta se enmarca dentro de la Ley N° 27.191 del Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica, sancionada en octubre de 2015, y que conforma la normativa principal del sector.
Para impulsar una mayor participación la Secretaría de Energía llevó a cabo en julio pasado la adjudicación conocida como “RenMDI”.
La convocatoria dejó como resultado un conjunto de 98 proyectos ganadores que podrán celebrar contratos de abastecimiento de energía eléctrica generada por fuentes renovables con la administradora mayorista CAMMESA por un total de 620 MW. De estas iniciativas ya hay algunas en marcha y otras registran distintos grados de avance.
Dentro de las energías renovables, la eólica tiene fuerte presencia en la Patagonia, principalmente Chubut, y otras provincias como Mendoza; mientras que los parques solares apuntan a Buenos Aires, San Juan y algunos distritos del norte.
Potencia incorporada en el 2023 por las energías renovables
Según datos de la Secretaría de Energía correspondientes al tercer trimestre del año, tres de las iniciativas adjudicadas en el RenMDI recibieron la habilitación comercial y aportarán 74,6 MW (megawatts) de potencia al Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
En la provincia de Buenos Aires se inauguraron dos parques eólicos: Vivoratá, que se encuentra en Mar Chiquita y puede generar hasta 18 Mw; y Buena Ventura, ubicado en el partido de Adolfo Gonzáles Chaves, con una capacidad instalada de 51,6 MW. La tercera iniciativa concretada fue la puesta en marcha de la Central Térmica a Biogás de Relleno Sanitario San Martín Norte III G.C en González Catán, con una generación de 5 Mw.
Se trata de un crecimiento a nivel federal, que tiene a Chubut, San Juan y Buenos Aires como puntas de lanza, pero alcanza a otras provincias que también suman sus iniciativas para potenciar, en muchos casos, otras industrias.
En tanto, entre abril y junio de este 2023, se incorporaron siete proyectos de generación renovable que añadieron 173,12 MW de potencia instalada al SADI. Las iniciativas se divideorn en cuatro provincias, entre las que se destaca San Juan, que habilitó el Parque Solar Zonda I (68,11MW) y el Parque Solar Zonda I-B (31,89 MW). Además, en Buenos Aires comenzó a operar el Parque Eólico Pampa Energía III (27 MW) y el Parque Eólico El Mataco III (18 MW).
Por su parte, en Córdoba se inauguró el Parque Solar Cura Brochero (17 MW) y se amplió en 8 MW la potencia del Parque Solar Cura Brochero. Por último, la nueva Central Térmica a Biogás de Relleno Sanitario San Martín Norte III D I proveyó 3,12 MW.
En cuanto al primer trimestre del año, en el trascurso de enero, febrero y marzo se incorporaron al SADI 80 MW a partir de cinco iniciativas a gran escala repartidas entre San Juan y Buenos Aires. En la provincia cuyana se habilitaron tres emprendimientos fotovoltaicos: el Parque Solar Sierras de Ullum (58 MW), el Parque Solar Sierras de Ullum –B (20 MW) y el Parque Solar Cañada Honda IV (0,71 MW). Mientras que en los partidos bonaerenses se incorporaron los 1,42MW de la Central Térmica a Biogás Bio-Eittor Energy y 0,61 MW de la Central Térmica a Biogás Bio De Souz.
Próximas inversiones de energías renovables
Según informó el gobierno de Mendoza, se sumarán seis nuevos parques fotovoltaicos que inyectarán 450 MW de energía solar a la red nacional. En total, las inversiones acumulan más de 450 millones de dólares y las iniciativas ya fueron aprobadas por el Mercado a Término de Energías Renovables de Cammesa.
Por su parte, la provincial Emesa planificó el desarrollo de la Planta Solar Anchoris, la cual será operada por Genneia, la principal generadora del país dentro del segmento renovable. Aún no se brindaron muchos detalles sobre el proyecto, pero se estima una capacidad de 115 MW, que por el acuerdo con Cammesa se inyectarán en su totalidad a la red.
Esta instalación significa la primera incursión de Genneia en Mendoza, donde también encabeza las dos iniciativas restantes. La compañía proyecta una segunda instalación en Los Molles, donde utilizará tecnología de Trina Solar y Huawei. Se espera que esta planta entre en operaciones comerciales en la primera mitad de 2025, con un costo de 90 millones de dólares.
Por último, Genneia planea una planta adicional en San Rafael, que alcanzará los 100 MW. Estos proyectos se sumarán al parque de energías renovables de la región, ampliando significativamente su capacidad.
Hidrógeno: un segmento con limitaciones, pero con potencial
Dentro del entramado de energías renovables, los especialistas coinciden que el desarrollo de hidrógeno verde es clave para alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050. De hecho, el Consejo Mundial de la Energía calculó que para ese año Europa deberá importar 30 millones de toneladas de hidrógeno al año, que significaría entre el 10% y el 15% de la matriz energética del viejo continente. Este gas se impone como una fuente de combustible limpia que reemplazaría a las fuentes fósiles.
El problema es que en la naturaleza el hidrógeno no aparece aislado. El principal método de separación es por electrólisis de agua, pero hacerlo a escala industrial, envasarlo, transportarlo y usarlo como combustible exige resolver enormes desafíos tecnológicos.
Para eso se precisan inversiones, pero la falta de un marco jurídico que las incentiva es el mayor obstáculo de la Argentina. Para solucionarlo, el Gobierno envió en mayo al Congreso su proyecto de ley de “Promoción del Hidrógeno de Bajas Emisiones de Carbono y Otros Gases de Efecto Invernadero” y el 12 de septiembre pasado publicó su “Estrategia Nacional del Hidrógeno”.
La norma, de 50 artículos, crea una “Agencia Nacional del Hidrógeno” (AgenHidro) y un “Consejo Federal del Hidrógeno”, a sumarse en tareas de supervisión y regulación a la ya existentes Secretarías de Energía, que funciona como autoridad de aplicación.
Entre los beneficios otorgados a las empresas interesadas, se destacan las retenciones a tasa 0 durante los primeros 10 años de vigencia de la ley para el hidrógeno verde o rosa y 1,5% para el azul, alícuotas que a partir del undécimo año se elevan a 1,5% para los tipos verde o rosa y 3% para el azul y a 3% y 4,5%, respectivamente, después del vigésimo año.
Sin embargo, la iniciativa fue recibida con algunos reparos desde el sector, en relación a las exigencias en la integración nacional. Según, establece el régimen, para gozar de los beneficios se deberá cumplir con un requisito de integración nacional del 35% durante los primeros cinco años en el caso del hidrógeno verde, del 45% en el siguiente decenio y del 50% mientras tenga vigencia la ley, que aún espera por ser tratada y aprobada por el Congreso.
El marco jurídico es clave para el avance de las inversiones acordadas en la Argentina. La más importante es la de la australiana Fortescue, que en 2021 anunció una desembolsos por 8.400 millones de dólares en Sierra Grande, Río Negro. El proyecto nunca superó la etapa de pre factibilidad y se encuentra en stand by mientras la compañía atraviesa una crisis tras una serie de renuncias en el consejo directivo durante septiembre pasado.
El segundo proyecto más ambicioso es encabezado por YPF (y su subsidiaria YPF Luz), que llegó a un acuerdo de entendimiento con Posco, una de las principales productoras surcoreanas de acero a escala mundial.
El convenio se enmarca como un «Green Hydrogen Business Cooperation», que contempla la posibilidad de impulsar el desarrollo de energías renovables e inversiones en el país, incluyendo una planta de producción de hidrógeno verde.
De todas maneras, los proyectos de H2 verde no logran avanzar debido al riesgo que implica la economía argentina, que se suma al poco desarrollo que el país tiene en el sector, a pesar de contar con condiciones climáticas y geográficas favorables, pero principalmente, por la ausencia de un esquema de incentivos que aguarda ser debatido en Diputados y que debe afinar algunos puntos antes de lograr consenso.
