Las fuentes limpias generaron más electricidad que ese combustible fósil de altas amisiones durante el primer semestre de 2025. El impulso solar fue determinante en un cambio estructural que marca un nuevo hito en la transición energética global.

Por primera vez desde que existen registros, la energía renovable superó a la generación con carbón. Sucedió en el primer semestre de 2025. Y el dato, presentado por la organización Ember en su informe Global Electricity Mid-Year Insights 2025, confirma un cambio estructural en el sistema energético global.

El documento revela que la generación eléctrica proveniente de fuentes solares y eólicas no solo cubrieron la totalidad del incremento de la demanda mundial durante los primeros seis meses del año, sino que lo superaron ampliamente.

En apenas cuatro años, la cuota solar se ha más que duplicado, impulsada por la caída de costos tecnológicos, el aumento de inversiones y una fuerte expansión de capacidad instalada.

Mientras la demanda global aumentó un 2,6% (equivalente a 369 teravatios hora, TWh), la generación solar creció un 31% (más de 306 TWh) y la eólica un 7,7% (97 TWh). En conjunto, aportaron más energía nueva de la que el mundo necesitó, desplazando parcialmente a los combustibles fósiles, cuya producción cayó un 0,3%.

Como resultado, las energías renovables pasaron a representar el 34,3% de la generación eléctrica mundial, mientras que el carbón descendió al 33,1%, su nivel más bajo en décadas. Solo un año antes, la relación era inversa.

El crecimiento imparable de la energía solar

La energía solar fue la principal responsable del salto renovable. Su expansión global cubrió por sí sola el 83% del incremento total de la demanda eléctrica. En comparación con el mismo periodo de 2024, su generación aumentó un 31%, alcanzando una participación del 8,8% en el mix global, frente al 6,9% del año anterior.

En apenas cuatro años, la cuota solar se ha más que duplicado, impulsada por la caída de costos tecnológicos, el aumento de inversiones y una fuerte expansión de capacidad instalada.

China se consolidó como epicentro del crecimiento, concentrando el 55% de la nueva generación solar mundial. Le siguieron Estados Unidos (14%), la Unión Europea (12%), India (5,6%) y Brasil (3,2%).

Actualmente, cuatro países ya obtienen más del 25% de su electricidad del sol, y al menos 29 superan el umbral del 10%, frente a las 22 naciones que lo lograban hace un año y las apenas 11 registradas en 2021.

El crecimiento eólico fue más moderado —un 7,7% interanual—, pero se mantuvo como un componente clave en la reducción del uso de carbón.

En total, las energías renovables (solar, eólica, hidroeléctrica, nuclear y bioenergía) generaron 5.072 TWh, mientras que el carbón aportó 4.896 TWh. Aunque la diferencia es estrecha, marca un cambio de era: la electricidad global depende hoy más del viento y del sol que del carbón.

China e India esta vez hicieron los deberes

El avance renovable no fue uniforme entre las principales potencias. En China, las fuentes limpias crecieron lo suficiente como para cubrir todo el aumento de la demanda eléctrica, lo que permitió reducir la generación con carbón en un 2% y disminuir las emisiones de dióxido de carbono en 46 millones de toneladas (1,7% menos).

En India, la menor intensidad de las olas de calor redujo el consumo eléctrico, mientras la solar y la eólica alcanzaron récords de expansión. Esa combinación llevó a una baja del 3,1% en el uso de carbón y a una reducción del 3,6% en las emisiones del sector energético.

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Las energías renovables pasaron a representar el 34,3% de la generación eléctrica mundial, mientras que el carbón descendió al 33,1%, su nivel más bajo en décadas.

En contraste, Estados Unidos y la Unión Europea enfrentaron dificultades climáticas y económicas que afectaron su balance energético.

En EE.UU, la demanda eléctrica creció impulsada por la expansión de centros de datos y la industria, pero las renovables no alcanzaron a acompañar ese ritmo. La generación solar subió un 30%, pero la eólica apenas un 2%, lo que derivó en un repunte del 17% en el uso de carbón y un incremento del 4,3% en las emisiones.

En Europa, la combinación de sequía y vientos débiles redujo la generación hidroeléctrica y eólica. Aunque la solar creció un 24%, la falta de viento y agua llevó a un mayor uso de gas y, en menor medida, de carbón, generando un aumento del 4,8% en las emisiones del bloque.

Una tendencia estructural hacia la energía renovable

A escala global, las emisiones del sector eléctrico se estabilizaron y mostraron una leve reducción de 12 millones de toneladas de CO₂, equivalente a un 0,2%, pese al aumento del consumo. Ember estima que sin el aporte solar y eólico, las emisiones habrían subido en 236 millones de toneladas, casi el total de las emisiones del continente africano en el mismo periodo.

El impulso solar también se refleja en la expansión récord de capacidad instalada: durante el primer semestre de 2025 se sumaron 380 gigavatios (GW) de nueva potencia solar, un 64% más que en igual período de 2024.

China lideró nuevamente con el 67% de las nuevas instalaciones, impulsada por proyectos previos a la entrada en vigor de nuevas normas tarifarias.

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