El viernes llegan a Shanghai 10 tapones de blindaje para una central de energía nuclear. Crecen las expectativas por el potencial exportador del sector. El rol del reactor CAREM.

La embajada argentina en China informó este miércoles que, por primera vez, el país exportará componentes nucleares al gigante asiático.

Lo hará a través de la empresa Combustibles Nucleares Argentinos (Conuar), que acaba de concretar la venta de 10 tapones de blindaje para centrales nucleares chinas.

Los tapones de blindaje llegarán este viernes al puerto de Shanghái y se utilizarán en las Centrales Nucleares Qinshan 3-1 y 3-2, ubicadas en la provincia china de Zhejiang, y son similares a los suministrados por la misma empresa para la Central Nuclear Embalse de Córdoba.

«Tenemos un entramado de organismos y empresas como NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina), CNA, Conuar, Impsa, Invap y Nuclearis que tienen experiencia en el mercado internacional y están suficientemente maduras para competir en mercados con demandas altamente sofisticadas como el chino», aseguró el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja.

En paralelo, Invap impulsa la exportación de radioisótopos y promueve un proyecto para la provisión de un reactor experimental y una planta de radioisótopos a China.

Conuar se creó en 1982 a partir de la unión entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), dueña del 32,7%, y el Grupo Pérez Companc, propietario mayoritario con el otro 67,3%.

Con una trayectoria de 41 años en la producción de reactores, tubos y componentes nucleares y la concreción de exportaciones a 32 países, sus productos tienen aplicación en los sectores nuclear, aeroespacial, industria química y petroquímica.

Por otra parte, la embajada argentina resaltó que China ya trabaja con la empresa estatal argentina Nucleoeléctrica Argentina para hacer la extensión de vida de algunas centrales nucleares de tecnología Candu.

Carem Energía Nuclear
Aseguran que el proyecto del reactor nuclear Carem podría «generar una industria exportadora en torno a él».

Del mismo modo, Invap impulsa la exportación de radioisótopos y promueve un proyecto para la provisión de un reactor experimental y una planta de radioisótopos (producción de Mo-99) en ese país asiático.

La mayoría de este tipo de isótopos se producen artificialmente en reactores atómicos. La Comisión Nacional de Energía Atómica es pionera en la producción y distribución de radioisótopos utilizados en aplicaciones para la salud, que son producidos en las instalaciones del Centro Atómico Ezeiza desde hace más de 50 años.

El potencial exportador de la energía nuclear

El potencial exportador de la industria nuclear argentina tiene en el proyecto CAREM la oportunidad para convertirse en un actor de peso a nivel global.

La organización Fundar advirtió la semana pasada al dar a conocer su último informe que la industria de la energía nuclear de la Argentina tiene potencial para aspirar a la captura de parte del mercado mundial de los pequeños reactores modulares, en particular en América Latina. De esta manera, asegura, podría suplir en la región la importación de grandes centrales llave en mano.

En base a este análisis, la entidad advierte que se debería promover la conformación de un consorcio de empresas nacionales con “un agresivo perfil exportador”.

En el estudio, Fundar consideró que la industria nuclear tiene condiciones para convertirse en un actor de primera magnitud en el mercado de exportaciones de Argentina, contribuyendo con “productos de alto valor agregado al crecimiento de la economía del conocimiento, fundamentalmente de exportación de centrales nucleares pequeñas y modulares, competitivas en lo tecnológico y lo económico”.

El análisis tomó como referencia los avances en el desarrollo y construcción del proyecto Carem, un reactor SMR nacional, que cuenta en el país “con un conjunto de empresas e instituciones con las capacidades para desarrollar esta nueva industria”, entre las que citó a la CNEA, Invap, Impsa, Conuar, Nucleoeléctrica y el Grupo Techint, que cubriría la larga cadena de proveedores.

En ese marco, la organización propuso “declarar una moratoria de 5 años para la toma de decisiones respecto a la compra de centrales nucleares importadas” y en ese plazo si el Carem fuera económicamente viable, “no sería necesario importar un reactor ‘llave en mano’ y se podría «generar una industria exportadora en torno a él”.

En cuanto a la ventana de oportunidad, se señaló que “probablemente quede poco tiempo para actuar, antes que una variante de SMR, de las tantas propuestas en el mundo, prevalezca y tienda a monopolizar el mercado. Cuanto antes se asuma esta realidad, más rápido el sector podrá reaccionar y abocarse a aquello que, eventualmente, tenga futuro”.

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