Los parque eólicos marinos son mucho más eficientes que los terrestres a la hora de producir energía, pero su instalación y mantenimiento demandan una gran inversión. El debate actual se enfoca en el desarrollo tecnológico para que sean más rentables.

La industria de la energía eólica está en pleno crecimiento y tanto desde los sectores privados como públicos, se le presta cada vez más atención. En la actualidad, las innovaciones en el rubro están centradas en maximizar las utilidades de este recurso y en ese contexto, aparecen los parque eólicos off shore.

Las iniciativas a nivel mundial para la descarbonización y el aumento de la preocupación por parte de las empresas para reducir la huella ambiental en sus operaciones, ha colocado a las energías renovables en el centro de la escena. Entre ellas, una de las más limpias e inagotables es la eólica, su principal obstáculo radica en que, al depender del viento, en muchos lugares no puede garantizarse un suministro continuo.

Para muchos referentes del sector los costos que demandan las instalaciones off shore no justifican la inversión.

Sin embargo, el desarrollo de turbinas más eficientes y modernas, innovaciones en los modelos de los molinos, baterías con más almacenamiento y, últimamente, la instalación de los parques en el mar puede modificar esa tendencia. En particular, se destaca el emplazamiento de los molinos en el océano porque permite una producción mucho mayor y más regular.

Esto se debe a la ausencia de obstáculos naturales y artificiales que disminuyen la velocidad del viento. Además, los parque off shore utilizan aerogeneradores más grandes que los de tierra firme lo que permite incrementar aún más el rendimiento y, al estar a muchos kilómetros de la costa, decrece el impacto visual y acústico.

Obstáculos y desafíos de las instalaciones marítimas

Ante beneficios tan concretos surgen dificultades igual de concretas. Sucede que para muchos referentes del sector los costos que demandan las instalaciones off shore no justifican la inversión. En esa línea, se ubican las autoridades de uno de los pesos pesados de la industria, Next Era Energy, cuyas autoridades hicieron hincapié en las problemáticas de este tipo de parques, en el marco del CERAWeek.

Según John Ketchum, presidente ejecutivo de la firma estadounidense, el costo de instalación y mantenimiento de la infraestructura marítima, así como el elevado costo de transmisión de electricidad, impactan en el resultado económico de las compañías del sector.

En primera instancia, un proyecto de construcción de grandes dimensiones en el agua ya representa un desafío en si mismo, tanto por las complejidades que representa desde el punto de vista estructural, como un coste más elevado que las instalaciones terrestres.

CERAWeek, NextEra
El CEO de Next Era Energy, John Ketchum (derecha) en el encuentro CERAWeek.

Por otro lado, aparecen una serie de variables que ponen en peligro la operación, como la corrosión del equipamiento por el agua salada, la amenaza de huracanes, la disponibilidad de buques y el costo del montaje y mantenimiento de cables de transmisión submarinos. Estas cuestiones fragilizan la cadena de suministros y abren la posibilidad a disrupciones lo que aumenta aún más los costos.

Para el CEO de Next Era Energy, el foco debe estar en optimizar la capacidad de las baterías donde se almacena la energía, las cuales tienen una duración de cuatro horas. Esto desemboca en un mayor desafío para lograr que el sistema fluya cuando el viento es débil. Además, el ejecutivo marcó que anticipan innovaciones significativas en la industria en la próxima década, que abran más oportunidades para la energía eólica.

Construcción de un parque eólico off shore

Lo primero que debe determinarse a la hora de comenzar las obras es el emplazamiento marino donde se levarán a cabo. En general, los parques eólicos marinos con cimentaciones fijas se instalan lejos de la costa (aproximadamente 70 kilómetros) y en aguas no muy profundas, entre los 30 y 60 metros de calado.

Por otra parte, se deben tener en cuenta que la ubicación elegida no interfiera con rutas marítimas regulares, instalaciones estratégicas o espacios de interés ecológico. En total, el conjunto de un parque de aerogeneradores en el mar puede llegar a ocupar una superficie de más de 300 km². Aunque el interés en el sector lleva a que los parques sean cada vez más extensos y en aguas más profundas.

El siguiente desafío tiene que ver con la infraestructura de transporte de las piezas para el montaje. Sucede que traslado de elementos tan grandes y pesados por mar requiere de unas embarcaciones especializadas para operaciones eólicas marinas. Cabe señalar que, el hecho de que el transporte sea por mar en lugar de por ruta permite que las dimensiones de las piezas sean mayores.

Precisamente, debido a las dimensiones de los componentes que llegan al puerto de instalación de un parque eólico, estas piezas no siempre se llegan a almacenar en tierra firme, sino que pueden permanecer en almacenamiento flotante en barcazas. Además, para instalar pilotes, piezas de transición y turbinas, estos barcos extienden allí unas patas inferiores hasta apoyarse firmemente en el fondo marino y poder trabajar con la grúa que llevan incorporada en la colocación de los diferentes elementos.

De esta manera, la suma de infraestructura especializada y personal capacitado para estas operaciones supone enormes cantidades de inversión. A lo que debe agregársele el desarrollo de investigaciones que establezcan la seguridad medioambiental de la zona donde se realice la construcción.

Todas estas cuestiones implican un alto grado de riesgo a la hora de llevar adelante la instalación de los parque off shore, y provoca que muchos referentes del sector tengan sus reservas antes de emprender esta clase de proyectos y esperen desarrollos tecnológicos que disminuyan los costos.

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