En el marco de la II Conferencia Internacional Argentina Cobre, el presidente de Belgrano Cargas y Logística S.A., Alejandro Núñez, lanzó una invitación directa a las principales compañías mineras que operan en San Juan y otras provincias cupríferas a participar activamente en la transformación del sistema ferroviario nacional.

El mensaje fue claro: la minería, especialmente el cobre, será un actor clave en el futuro logístico del país, y su involucramiento en el proceso de privatización del tren de cargas será determinante.

El evento, que reunió a autoridades, empresas y especialistas del sector, fue el escenario elegido para presentar la estrategia oficial del Gobierno nacional: avanzar antes de fin de año con un proceso de licitación que permitirá concesionar por separado distintos componentes del sistema ferroviario.

El objetivo, según Núñez, es dejar atrás un modelo estatal deficitario y tecnológicamente rezagado, y reemplazarlo por un esquema mixto basado en eficiencia, inversión privada y competencia.

La iniciativa fue bien recibida por los mineros, quienes afirmaron que el auge del cobre atrae inversiones privadas al Belgrano Cargas

El reciente decreto que oficializa la privatización del Belgrano Cargas reavivó el interés de inversores en hacerse cargo de la operación del servicio ferroviario que recorre San Juan.

Según referentes de la Cámara Minera local, la perspectiva de una minería del cobre en expansión genera un escenario de oportunidades logísticas que podrían transformar radicalmente el sistema de transporte en la provincia.

El Belgrano Cargas hoy funciona, pero no es eficiente. Y para lo que se viene en San Juan, vamos a necesitar un servicio que cumpla con estándares internacionales

Raúl Cabanay, vicepresidente de la Cámara Minera de San Juan y empresario calero, confirmó que hay grupos privados analizando seriamente la posibilidad de operar el ramal ferroviario. “Sabemos que técnicos y especialistas de consultoras vinculadas al sector están haciendo estudios de viabilidad. No se conoce públicamente qué empresas están detrás, pero el interés es real y sostenido”, aseguró.

La privatización, con un nuevo modelo de gestión

La privatización del Belgrano Cargas fue formalizada por decreto presidencial a comienzos de febrero, tras haberse anunciado inicialmente en octubre del año pasado.

Se trata del primer servicio ferroviario que pasará a manos privadas bajo el nuevo modelo impulsado por el gobierno de Javier Milei, aunque no se descarta que otros ramales sigan el mismo camino.

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Las mercaderías agrícolas representan más de la mitad del total de carga transportada por la empresa.

Para Cabanay, este cambio es positivo: “El Belgrano Cargas hoy funciona, pero no es eficiente. Y para lo que se viene en San Juan, vamos a necesitar un servicio que cumpla con estándares internacionales”.

En su opinión, la incorporación de capital privado no solo permitirá mejorar el servicio actual, sino que además incentivará un crecimiento de la carga movilizada, más allá del sector minero.

Uno de los factores que alimenta el interés empresarial es la perspectiva de contratos a largo plazo con las mineras del cobre. “Quien invierta sabe que tendrá una demanda sostenida durante décadas. Esa previsibilidad es clave para garantizar que el tren se mantenga operativo y rentable en el tiempo”, indicó Cabanay.

Un ramal estratégico, hoy subutilizado

San Juan cuenta con una única conexión ferroviaria activa: el ramal del Belgrano Cargas que atraviesa la provincia de norte a sur desde Albardón y conecta con los puertos del Atlántico.

Actualmente, se utiliza en su mayor parte para transportar piedra caliza, con un flujo mensual estimado en más de 50.000 toneladas rumbo al Puerto de Buenos Aires.

Sin embargo, distintos actores del sector advierten que el potencial de este ramal es mucho mayor, especialmente si se atienden ciertas limitaciones tecnológicas.

Según Cabanay, “con vagones herméticos y algunas mejoras de infraestructura, podríamos duplicar la carga mensual de cal”, pasando de 5.000 a 10.000 toneladas solo en ese rubro. Además, señaló que un servicio más eficiente permitiría incorporar a otros sectores productivos locales al circuito logístico ferroviario.

El cobre como impulsor del cambio

El principal atractivo para los futuros concesionarios no reside únicamente en los volúmenes actuales de cal, sino en lo que está por venir con la minería del cobre. Proyectos como Vicuña (ex Josemaría), El Pachón, Altar, Lunahuasi o Los Azules anticipan una transformación logística sin precedentes en San Juan.

“Es imposible pensar que todo ese volumen de concentrado de cobre se traslade por camión hasta los puertos del Atlántico. La ecuación logística requiere del tren, explicó Cabanay.

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La minería de cobre, todavía en frase previa a la producción, cambiaría el escenario logístico de San Juan.

De hecho, Vicuña ya contemplaba en su diseño original transportar el concentrado en camiones hasta Albardón y desde allí usar el Belgrano Cargas hasta Santa Fe o el Puerto de Buenos Aires.

Aunque la mayoría de estos proyectos comenzarán su fase productiva hacia 2029, el momento de planificar la logística es ahora. “Los plazos de inversión en infraestructura requieren previsibilidad, y el ferrocarril es una apuesta segura si los contratos logran garantizar continuidad y carga a largo plazo”, agregó.

En el caso de Los Azules, cuya producción se centrará en placas de cobre ya industrializadas, el volumen de transporte será menor, pero igualmente relevante dentro de un esquema de operación sostenido.

Desde el sector minero, aseguran que el Belgrano Cargas puede convertirse en el eje logístico del nuevo ciclo productivo del cobre argentino, pero también en un servicio que acompañe el desarrollo regional, generando condiciones para que otros sectores —industria, agroindustria, pymes— puedan acceder a una logística más competitiva.

Una red ferroviaria con bajo rendimiento

Durante su exposición, Núñez no eludió el diagnóstico crítico.

Explicó que el actual sistema de cargas ferroviarias en Argentina funciona con una productividad extremadamente baja: se transportan entre 24 y 25 millones de toneladas al año en una red de más de 7.600 kilómetros de vías, lo que implica una carga promedio muy por debajo de los estándares internacionales.

“Tenemos una de las densidades de carga ferroviaria más bajas del continente, y eso hace inviable cualquier mantenimiento sostenible del sistema”, subrayó.

Como contraste, citó el caso de Chile, donde la red ferroviaria es mucho más reducida —equivalente al 10% de la longitud de la red argentina— pero logra movilizar volúmenes similares de carga gracias a una mayor eficiencia, fundamentalmente impulsada por la minería metálica.

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El Estado nacional mantendrá la propiedad de las vías y abrirá el juego a todos los operadores privados.

“Chile logró densificar su logística con menos infraestructura y más minería. En Argentina podríamos replicar ese camino con el cobre”, señaló.

Un modelo de privatización segmentada y con acceso abierto

A diferencia de privatizaciones ferroviarias anteriores, el nuevo esquema no propone una concesión integral a un único operador, sino una desverticalización funcional del sistema. Según explicó Núñez, se dividirán las responsabilidades en tres grandes bloques:

  • Infraestructura y mantenimiento de vías
  • Operación comercial de los trenes
  • Mantenimiento del material rodante y los talleres

Este modelo permitirá que diferentes actores —públicos o privados— puedan participar en cada eslabón, según su especialidad, generando competencia e incentivos cruzados.

Además, se aplicará plenamente el régimen de «open access», que habilita a cualquier operador ferroviario habilitado a circular por la red existente, pagando un canon o peaje por su uso.

Es imposible pensar que todo ese volumen de concentrado de cobre se traslade por camión hasta los puertos del Atlántico. La ecuación logística requiere del tren”, explicó Cabanay.

«El objetivo es dinamizar el sistema y romper con el monopolio operativo. El nuevo esquema permitirá sumar capacidades, atraer inversiones y bajar los costos logísticos, algo fundamental para que los productos argentinos —mineros, agroindustriales o industriales— puedan competir en los mercados globales«, expresó Núñez.

El rol esperado de las mineras

El titular de Belgrano Cargas fue explícito al pedir el involucramiento de las compañías mineras, aunque aclaró que no se espera que estas construyan vías férreas: “Lo que necesitamos es que acompañen el proceso, que compartan sus proyecciones logísticas, que participen en las mesas de planificación, y que ayuden a atraer operadores de clase mundial con capacidad técnica y financiera”.

En otras palabras, se trata de construir un modelo de corresponsabilidad público-privada, en el cual las mineras, que serán los principales usuarios del sistema, participen desde el inicio en su diseño. “Con el empuje y el compromiso de ustedes, podemos presentar una mejor oferta o, incluso, convencer a un operador internacional de que Argentina es una apuesta viable y rentable”, aseguró Núñez ante un auditorio repleto de ejecutivos y funcionarios.

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