Las navieras ya no estarán limitadas a cargar el mínimo indispensable para llegar al siguiente puerto internacional. Buscan ordenar la operatoria, reducir distorsiones logísticas y alinear al país con las prácticas habituales del comercio internacional.

La logística marítima argentina acaba de sumar un cambio relevante que, aunque técnico, tiene implicancias concretas para el comercio exterior, la provisión de combustibles y la competitividad del sistema portuario.

El Gobierno nacional resolvió eliminar la prohibición que impedía a los buques que cargaban mercadería en puertos locales abastecerse de combustible en el país, una restricción que obligaba a adquirir únicamente el volumen mínimo indispensable para alcanzar el siguiente puerto internacional.

La limitación apuntaba a garantizar el recurso para la operatoria nacional ante eventual escasez y a poder administrar desde el Estado la disponibilidad de un insumo estratégico.

La nueva resolución elimina los límites y habilita nuevamente el abastecimiento pleno de combustibles y suministros a buques y aeronaves que participan del comercio internacional, siempre bajo un esquema de control y registración más claro y homogéneo.

La medida fue formalizada a través de la Resolución 5797/25 de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), publicada en el Boletín Oficial, y se presenta como un paso más dentro del proceso de desregulación y simplificación normativa que impulsa el Ejecutivo en sectores estratégicos como la energía, el transporte y el comercio exterior.

Hasta ahora, la normativa vigente generaba una situación atípica en comparación con los estándares internacionales.

Los buques que operaban en puertos argentinos se veían forzados a limitar la carga de combustible, lo que en la práctica derivaba en estrategias defensivas por parte de las navieras: arribar con los tanques completos desde otros países para evitar tener que abastecerse localmente.

Para quienes cuestionaban la regulación, es dinámica, lejos de ser neutral, introducía múltiples distorsiones. Por un lado, encarecía la operatoria logística y restaba competitividad a los puertos nacionales.

Por otro, sostenían que implicaba mayores riesgos ambientales, especialmente en vías navegables interiores como el Paraná, al incrementarse el volumen de combustible transportado sin necesidad operativa real y sólo porque no podrían abastacerse.

La nueva resolución apunta a eliminar esas anomalías y habilita nuevamente el abastecimiento pleno de combustibles y suministros a buques y aeronaves que participan del comercio internacional, siempre bajo un esquema de control y registración.

El rol de las “declaraciones de rancho”

Uno de los ejes centrales de la normativa es la actualización y ordenamiento del régimen de “declaraciones de rancho”, el instrumento que regula la carga de mercadería destinada al consumo o uso durante el viaje.

A partir de ahora, se establecen procedimientos uniformes para registrar estas operaciones, tanto en el caso de medios de transporte de bandera nacional como extranjera.

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El Gobierno nacional resolvió eliminar la prohibición que impedía a los buques que cargaban mercadería en puertos locales abastecerse de combustible en el país.

La resolución dispone que todas las solicitudes deberán canalizarse a través del Sistema Informático MALVINA (SIM), utilizando subregímenes específicos diseñados para este tipo de operatoria.

Además, los operadores deberán ajustarse a los lineamientos técnicos detallados en el “Manual para el Registro de Operaciones de Rancho de combustibles y suministros”, disponible en el micrositio de Operadores de Comercio Exterior de ARCA.

El objetivo oficial es doble: por un lado, facilitar y dar previsibilidad a una actividad clave para la logística internacional; por otro, reforzar los mecanismos de control aduanero y fiscal, evitando discrecionalidades o interpretaciones contradictorias que, en el pasado, generaron fricciones y sobrecostos.

Una señal para la energía y el comercio exterior

Desde el Gobierno destacan que la eliminación de esta restricción se inscribe en una estrategia más amplia de normalización económica y alineamiento con prácticas habituales del comercio global.

En ese sentido, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, subrayó que la prohibición vigente hasta ahora era una herencia de años de controles cambiarios y regulaciones que terminaron afectando la eficiencia productiva.

Según explicó, la imposibilidad de abastecerse de combustible en el país no solo afectaba a las navieras, sino que también destruía oportunidades de negocio para proveedores locales de energía y servicios portuarios.

Para el ecosistema de transporte, energía y comercio exterior, la eliminación de esta prohibición representa algo más que un cambio administrativo. Es una corrección largamente reclamada, ya que desde el sector señalan que reduce ineficiencias, mejora la seguridad operativa y recupera negocios que se habían desplazado fuera del país por razones puramente regulatorias.

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