La OLADE, organismo que reúne a los países productores de energía de Latinoamérica y el Caribe, señaló “la adopción de un modelo extractivo federal” como impulsor del segmento en Argentina. Contrastes con Chile y Bolivia, los otros dos integrantes del “Triángulo del Litio”.

De acuerdo con la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), en 2023 la producción de litio en Argentina alcanzó cifras récord, experimentando un incremento superior al 30% en comparación con el año anterior. La organización atribuyó este notable aumento a la descentralización en la gestión de los recursos.

Andrés Rebolledo Smitmans, Secretario Ejecutivo del organismo que reúne a los países productores de energía de Latinamérica y el Caribe resaltó que en el país «la descentralización en la gestión de los recursos ha incentivado un desarrollo dinámico y adaptado a las particularidades de cada región, potenciando el crecimiento económico y la creación de empleos».

El litio de Argentina, Bolivia y Chile se concentra en la región conocida como el «Triángulo del Litio», que guarda aproximadamente el 60% de las reservas mundiales de este recurso, posicionándose como un pilar estratégico para el futuro energético global.

Según Smitmans, «el país ha adoptado un modelo extractivo federal, donde cada provincia tiene autonomía para negociar licencias, costos e inversiones relacionadas con la producción de litio«, lo que permitió un notable crecimiento en el sector minero y ha atraído inversiones de diversas empresas privadas.

Las reservas de litio en Argentina, Bolivia y Chile se concentran en la región conocida como el «Triángulo del Litio», que alberga aproximadamente el 60% de las reservas mundiales de este recurso, posicionándose como un pilar estratégico para el futuro energético global.

Actualmente, Argentina ocupa el cuarto lugar entre los mayores productores de litio a nivel mundial.

Además, OLADE señaló que otros países de la región, como México y Brasil, también poseen un gran potencial en la extracción de litio, aunque en estos casos se trata de extracción de roca.

Con la demanda global de litio en constante aumento, impulsada por la revolución en almacenamiento energético y electromovilidad, América Latina y el Caribe se están posicionando como actores cruciales en este contexto.

Según Smitmans, «la capacidad para gestionar sus abundantes recursos de litio no solo determinará su posición en el mercado internacional, sino también su capacidad para impulsar un desarrollo sostenible y equitativo a nivel local».

El análisis publicado en el sitio oficial de la OLADE, se difundió en momentos en que en la Argentina se definen cuestiones clave para el sector minero, especialmente en relación a las regalías que cobran las provincias a las empresas y a el régimen RIGI para incentivar las inversiones, a partir del tratamiento de la Ley Bases en el Senado de la Nación.

Las otras puntas del “Triángulo del Litio”

El informe de la OLADE destaca también el rol de otros países de la región como líderes en la producción de litio y en la implementación de modelos de transición, con Chile como un ejemplo prominente.

Como segundo productor mundial de litio, el vecino trasandino ha desempeñado un papel crucial en el mercado global. No obstante, según la OLADE, el país está en proceso de transformar su modelo extractivo, moviéndose de una estructura privada hacia una cooperación público-privada.

Este cambio, analizan en el organismo, «busca no solo diversificar las fuentes de inversión y gestión, sino también asegurar una mejor distribución de los beneficios derivados de la explotación del litio».

Y valora que la transición hacia un modelo mixto está promoviendo una mayor participación estatal en sectores estratégicos, sin desalentar la inversión privada.

Salares, Atacama, Litio
El salar de Atacama en Chile es el mayor yacimiento de salmuera de litio del mundo.

Por otro lado, Bolivia posee las mayores reservas explotables de litio del mundo y aún tiene un gran potencial para incrementar su producción.

El desarrollo de la industria extractiva de litio en Bolivia se está llevando a cabo bajo un modelo estatal, reflejando una estrategia dirigida a mantener el control y los beneficios del recurso dentro del país.

Esta elección busca asegurar que los ingresos generados por la explotación del litio se traduzcan en desarrollo social y económico interno.

La OLADE concluye que, en ese escenario, «el desafío para Bolivia radica en desarrollar la infraestructura y la capacidad técnica necesaria para sostener una producción competitiva en el mercado global».

Las limitaciones en infraestructura, concluye el análisis, son el principal obstáculo para la producción de litio no sólo en ese país, sino en toda la región.

Los números del litio en Argentina

Durante el año pasado, la producción de litio en Argentina se consolidó como el segmento más destacado en la actividad minera y en toda la economía nacional, mostrando un crecimiento continuo que impulsó todos los indicadores económicos.

Según datos de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), la oferta de litio para los próximos años parece asegurada gracias a los proyectos en curso.

Actualmente, Argentina cuenta con cuatro proyectos de litio en producción y dos de los seis que están en construcción están a punto de sumarse a ellos. Además, hay cuatro proyectos en etapa de factibilidad, seis en prefactibilidad y más de 20 en fase de exploración avanzada.

La minería es una industria que genera un superávit en divisas para Argentina, con un aporte tributario de 342 mil millones de pesos. Es importante destacar que el 80% de las compras de bienes y servicios se realizan a proveedores nacionales.

Se proyecta un aumento significativo en las exportaciones mineras para 2032, pasando de los actuales 4.000 millones de dólares anuales a más de 12.000 millones.

Asimismo, se espera que los empleos directos en la industria aumenten de 100.000 a más de 180.000, y las inversiones crezcan de 1.800 millones de dólares a más de 3.000 millones.

En el ranking de exportaciones globales en América Latina, Argentina se sitúa actualmente detrás de Chile, con 53.000 millones de dólares, y Perú, con 42.000 millones de dólares.

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