Como el precio minorista del gasoil quedó por debajo del mayorista, buscan evitar un cruce entre los canales de comercialización y que se dispare la demanda en los surtidores al público.

El rubro de los combustibles transita un 2023 complejo en el aspecto económico y en ese contexto, agosto fue un mes de nuevas turbulencias.

Con la devaluación del 22% consumada a mediados de mes, post PASO, la mayoría de las refinadoras incrementó en un 25% el precio mayorista del gasoil.

Posteriormente, el Gobierno y las petroleras que operan en el país llegaron a un acuerdo para congelar los valores minoristas de los surtidores hasta noviembre, tras consensuar una suba del 12,5%.

De esta manera, el precio del canal mayorista que históricamente es más barato y no tiene regulaciones, ahora corre por encima de su contraparte de retail.

La demanda mayorista durante los meses de agosto y septiembre es baja ya que el campo está recién encarando un proceso de siembra.

Actualmente, el litro de gasoil grado 2 (común) o Premium en el canal mayorista puede oscilar entre los 360 y los 400 pesos. En el minorista, en cambio, el gasoil común se puede conseguir a un monto que ronda los 310 pesos por litro en las bocas de expendio del Conurbano bonaerense.

Con los valores cruzados aparece el riesgo de que suceda lo mismo con los canales de comercialización. Es decir, que los clientes que componen el segmento mayorista, ya sea productores agropecuarios o industriales adquieran su combustible en las operadoras minoristas y sobreexijan los puntos de carga.

Para evitar el desbalance las refinadoras empezaron a cuotificar la venta de gasoil en las estaciones de servicio. Esto implica un monitoreo del consumo de cada instalación para evitar que se dispare y -explican- provoque desabastecimiento, además de menor demanda en el canal mayorista, donde manejan un precio más rentable.

Cabe señalar que la demanda mayorista durante los meses de agosto y septiembre se ve disminuida ya que el campo está en proceso de siembra. La reactivación se espera recién a partir del último bimestre del año, con una fuerte tendencia al alza ante el inicio de la cosecha gruesa esperada para fines del primer trimestre de 2024. Aunque para entonces, el congelamiento habrá quedado muy lejos.

Combustibles, inflación y aumento salarial

Tras un extenso período de negociaciones entre estacioneros y empleados, las partes llegaron a un acuerdo. Se fundamenta en una cláusula de revisión del pacto inicial suscrito en febrero que establece un aumento progresivo del 30%, el cual fue computado en su totalidad sobre los haberes básicos correspondientes al mes de marzo de 2023.

Naftas y gasoil, inflación, abastecimiento
La suba en el retail fue inferior que la aplicada en el segmento mayorista, canal donde compran productores agropecuarios y clientes industriales.

La renovada estructura salarial contempla una mejora del 45%, distribuida en tres tramos consecutivos de 15% a partir del próximo mes de septiembre.

Este aumento será abonado como no remunerativo y no acumulativo dadas las complejas circunstancias que transita el sector, aunque si se tendrá en cuenta para los adicionales del CCT, SAC, aportes y contribuciones al Sindicato y Obra Social y se incorporará al básico en enero de 2024.

En cuanto al bono de 60.000 pesos fijado por el gobierno, las partes establecieron el otorgamiento de una suma fija de 30.000, que se abonará durante el transcurso del mes próximo, en tanto que el resto será absorbido por la suba paritaria.

De cara a lo que resta del año, el objetivo será analizar la evolución de los salarios en relación a los índices de inflación y la dinámica propia del sector en ese período. Con este acuerdo, las partes involucradas han logrado establecer una base sólida para el mejoramiento de las condiciones laborales y salariales de los trabajadores de Estaciones de Servicio.

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