El gobierno aumentó los montos del tributo para julio, y aplicará otra corrección en agosto. Además, retoma el esquema de actualizaciones trimestrales que se había dejado atrás. Se espera un nuevo aumento en surtidores.

El Gobierno nacional oficializó un nuevo ajuste parcial del impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que tendrá impacto en los precios de las naftas y el gasoil en los próximos días. En tanto, todavía no se especificó el porcentaje final del aumento en surtidores, que dependerá principalmente de lo que determine YPF.

El Decreto 441/2025 publicado en el Boletín Oficial estableció los nuevos valores para los gravámenes a los hidrocarburos que regirán desde el 1° de julio y anticipa una nueva actualización a partir del 1° de agosto.

La medida busca “amortiguar el impacto sobre los precios de los combustibles”.

En el caso de las naftas, se aplicará un incremento de $6,620 por litro correspondiente al ICL y una suba de $0,405 por litro en concepto del IDC.

Para el gasoil, los valores serán de $5,346 por litro por el gravamen general, $2,895 por litro en la alícuota diferencial que rige en zonas como la Patagonia y ciertas áreas del interior, y $0,609 por litro por el impuesto al carbono.

Este esquema forma parte de la política de recomposición de los ingresos fiscales vinculados al consumo de combustibles. No obstante, el Gobierno –nuevamente- decidió diferir una porción significativa de los incrementos pendientes, correspondientes a trimestres anteriores.

Según el texto oficial, las actualizaciones correspondientes al segundo, tercer y cuarto trimestre de 2024, así como las del primer trimestre de 2025, comenzarán a aplicarse recién a partir del 1° de agosto. La medida busca “amortiguar el impacto sobre los precios de los combustibles”, reconociendo su efecto inmediato en los niveles de inflación.

El Ejecutivo aclaró que, conforme al marco normativo vigente, los montos del ICL e IDC deben actualizarse en enero, abril, julio y octubre de cada año, siguiendo la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que publica el INDEC. La acumulación de actualizaciones no aplicadas generó un rezago que, según estimaciones oficiales, provocó pérdidas fiscales por unos 225 millones de dólares.

Incertidumbre en el mercado de combustibles

El comportamiento del mercado será clave en las próximas semanas. Tras haber aumentado un 5% los precios a mediados de junio por el alza internacional del crudo vinculada al conflicto entre Israel e Irán, las petroleras Axion, Shell y Puma aún no dieron marcha atrás pese a la baja posterior del Brent.

Axion, Shell, Combustibles, Autodespacho, CABA
Axion, Shell y Puma aún no dieron marcha atrás con la suba del 5%.

En ese contexto, los nuevos impuestos podrían dar lugar a nuevos ajustes en surtidor, salvo que el impacto se absorba parcialmente en márgenes comerciales. YPF, que concentra el 55% del mercado de combustibles, optó por no sumarse a aquel aumento.

La empresa estatal, en cambio, se encuentra implementando herramientas tecnológicas para optimizar su red de comercialización.

La semana pasada, inauguró en su sede de Puerto Madero la Sala Real Time Intelligence Center (RTIC), una plataforma que monitorea en tiempo real toda la cadena de valor del negocio de combustibles, desde la salida de los camiones en las refinerías hasta la venta en estaciones de servicio.

La sala opera como un centro de comando con capacidad para procesar datos sobre logística, demanda, inventarios y operaciones comerciales, permitiendo una gestión más eficiente y ágil.

«Lo que antes era una operación segmentada y con reportes diferidos, hoy se consolida en una visión integral y dinámica del negocio», explicaron fuentes de la compañía durante la presentación oficial del sistema.

Una de las funcionalidades clave del nuevo centro es la implementación progresiva del “micro pricing”, una estrategia de precios dinámicos que ajusta los valores en función del momento del día y del flujo de demanda. En horarios de menor circulación, por ejemplo, durante la madrugada, las estaciones podrían ofrecer tarifas más bajas para distribuir mejor la afluencia de vehículos y mejorar la eficiencia del servicio.

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