Ya funcionan las más grandes, que tienen contratos “en firme”, pero otras con acuerdos interrumpibles demorarán más en reabrir. La mayoría está en el AMBA y el interior bonaerense. El clima dio un respiro, pero subsisten algunos riesgos.

La descarga de un buque de gas natural licuado en el puerto de Escobar finalmente alivió la situación que generó desabastecimiento de gas el último miércoles, aunque todavía no benefició a todas las estaciones de GNC que, por la crisis, se habían quedado sin suministro.

En la mañana de hoy, según trascendió, eran unos 200 puntos de carga en todo el país los que todavía esperaban para poder reabrir.

Además, se informó que las estaciones de servicio que tienen contratos interrumpibles, y que ya habían sufrido problemas la semana anterior, demorarán un tiempo más que las grandes en volver a recibir gas.

En total, hay unas cien estasciones de este tipo, la mayoría en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el interior de la provincia, explicaron fuentes del sector estacionero.

Los usuarios con contratos «en firme», que pagan más caro el gas para asegurarse abastecimiento continuo, comenzaron a recuperarlo desde la madrugada, cuando empezó a resolverse una situación que, entre otras consecuencias, en la última tarde y la noche del martes generó dificultades para conseguir taxi en las calles porteñas, ya que por el desabastecimiento muchos evitaron circular.

Desde temprano, este jueves se reanudó la inyección de gas natural en cantidades suficientes para restablecer los servicios ininterrumpibles

Desde temprano se reanudó la inyección de gas natural en cantidades suficientes para restablecer los servicios ininterrumpibles, y a las 7 de la mañana de este jueves se había alcanzado el 50% de la provisión habitual en algunas zonas del país, según hicieron saber algunas distribuidoras.

«Para llevar tranquilidad a todos los argentinos: se liberarán totalmente los cortes a industrias y estaciones de GNC firme a partir de las 00 horas. Esta mañana informamos que la situación se normalizará a lo largo del día y a partir del jueves no habrá faltantes«, había anticipado el secretario de Energía, Eduardo Rodriguez Chirillo, en la noche del miércoles en su cuenta de X.

Las importaciones de gas

Por ahora, la situación ha retrocedido a niveles de «pre-emergencia», estado definido por el Enargas sobre el final de la semana pasada, antes de que la crisis se intensificara.

En ese momento, la demanda de hogares y comercios había alcanzado cerca de 80 millones de metros cúbicos diarios, casi el doble de los 45 millones habituales para esta época del año, debido a un temprano descenso de temperaturas.

Problemas técnicos en dos plantas compresoras de Transportadora Gas del Norte (TGN) en San Luis y Córdoba; sumados a al rechazo del pago que hizo Petrobras por un barco de GNL que debía descargar en el puerto de Escobar, precipitaron la crisis del martes.

Ahora, el Gobierno confía en que las futuras importaciones del fluido como la que se trabó imprevistamente, aliviarán la situación en las próximas semanas.

Eduardo Rodríguez Chirillo, secretario de Energía
Eduardo Rodríguez Chirillo, secretario de Energía de la Nación.

Además, en las últimas horas el clima dio un respiro tras la intensa ola de frío que afectó al país, aunque subsiste la preocupación por la segunda semana de junio, cuando se espera una nueva caída de las temperaturas.

Los riesgos que subsisten

Aunque el abastecimiento tiende a normalizarse, la Secretaría de Energía busca evitar dos riesgos latentes.

El primero es que la escasez de gas afecte a las usinas que utilizan el fluido para generar electricidad, lo que podría derivar en cortes programados de suministro eléctrico.

Para prevenir esto, Energía le pidió a Cammesa que utilice el transporte de gas solo hasta el mínimo técnico y recurra a combustibles líquidos para mantener la demanda eléctrica.

«Si en 10 días la temperatura bajará a 10 grados y no llegaran varios barcos, volveremos a estar en una situación similar«, advirtió el presidente de la cámara de GNC, Oscar Olivero.

El segundo riesgo, que tanto el Gobierno como las distribuidoras han descartado, es la posibilidad de cortes en el suministro de gas residencial, considerados «ininterrumpibles».

Esta «pre-emergencia» se declaró oficialmente en un contexto de temperaturas más bajas de lo previsto para esta época del año, una planificación de suministro alineada con la política de Gobierno por ahorrar en importaciones y obras para mantener el superávit fiscal.

En tanto, el ex presidente de Energía Argentina SA, Agustín Gerez, responsabilizó al Gobierno nacional por la crisis de falta de gas , y afirmó que los recortes en la obra pública llevaron a un retraso en obras clave, lo que «le costó a todos los argentinos 600 millones de dólares» en importaciones de energía.

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