De la mano de las tendencias para descarbonizar, el mercado de GNL está en alza y tiene un horizonte prometedor. Con el gasoducto Néstor Kirchner a punto de entrar en operaciones, alcanzar la capacidad de licuefacción se torna fundamental para exportar gas más allá de la región.

La matriz productiva de la Argentina ya no es hegemonía del sector agropecuario y los hidrocarburos ganan terreno respaldados por las producciones de Vaca Muerta. Además, con el proyecto de Ley del GNL en el Congreso y el Gasoducto Néstor Kirchner a punto de inaugurarse, las exportaciones gasíferas están cada vez más cerca.

Con ese contexto, el director de Desarrollo de Negocios de Tecpetrol, Ricardo Ferreiro, disertó sobre la potencialidad del GNL en el Foro Empresarial de la Unión Europea. Allí, adelantó que el mercado de gas mundial va a duplicarse, pero se torna fundamental que el país pueda licuar el no convencional del yacimiento insignia de Neuquén.

En esa línea, Ferreiro señaló que el país tiene una oportunidad única de poner en valor el gas como energía de transición. El panorama mundial acompaña, ya que la disminución de las emisiones se ha vuelto un objetivo prioritario para gran parte del sector público internacional, y para una porción cada vez más creciente del privado.

El GNL está incluido en la gran mayoría de las iniciativas orientadas a descarbonizar, por lo que la demanda se está incrementando. “Hay un posible escenario de que Argentina sea exportador de 30, 70, y hasta 80 millones de toneladas de GNL al año, que el mundo lo va a necesitar porque vamos a pasar de una demanda global de 400 a 800 millones de toneladas anuales”, destacó el directivo.

Tecpetrol, gas, Foro Empresarial
La exposición tuvo lugar en el Hotel Alvear Icon de la Ciudad de Buenos Aires.

Ferreriro destacó el rol de Vaca Muerta como proveedor del gas a licuar por ser “una roca absolutamente competitiva en términos de productividad y reservas”.

Sin embargo, advirtió que la infraestructura actual tiene sus limitaciones, “la dependencia vía gasoducto ha demostrado que es muy compleja en el mundo, mientras que el GNL permite otra flexibilidad”, subrayó. Hasta el momento, la gestión más avanzada para sumar una planta de licuefacción es la que YPF lleva adelante con la malaya Petronas.

Hasta el momento, el obstáculo que trababa la inversión de la petrolera asiática era la falta de un marco regulatorio. Pero con la presentación del proyecto de Ley, no habría impedimentos para que avance la iniciativa de construir una planta en Bahía Blanca.

«Creemos que este proyecto es fundamental, pero el mercado regional es muy chico para el gas que tiene Vaca Muerta. Lo que da vuelta la Argentina es poder hacer una planta de 25 millones de toneladas de GNL y llevar el gas al mundo», habían adelantado autoridades de YPF la semana pasada.

El GNL está incluido en la gran mayoría de las iniciativas orientadas a descarbonizar, por lo que la demanda se está incrementando.

Por otra parte, durante su disertación Ferreiro mencionó que también habrá un rol destacado para el gas argentino en el mercado del hidrógeno bajo en carbono, que no será hegemonizado solamente por el producido a partir de electrólisis de origen renovable, es decir, al que se lo denomina como hidrógeno verde.

En este caso, además de la posibilidad de exportar hidrógeno azul, también existe la chance de que esa producción de hidrógeno se realice en el continente europeo para poder sortear las dificultades de transporte que se observan en la actualidad. “Se está estudiando la posibilidad de transportar el gas de forma licuada, hacer el proceso de hidrógeno en el puerto de Rotterdam y regresar el dióxido de carbono para reinyectarlo en el yacimiento. Eso dio un costo muy competitivo”, concluyó.

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