La Secretaría de Energía impulsa un esquema que busca compensar a grandes usuarios que activen sus propios equipos de respaldo, bajando la demanda y liberando oferta en la red. En una segunda etapa podrían extenderlo a hogares.
Con el verano y el consabido riesgo de cortes de luz más cerca, el Gobierno avanza con un mecanismo que aputna a fomentar que grandes usuarios residenciales y consumidores comerciales reduzcan su demanda eléctrica en momentos críticos a cambio de una compensación económica.
La iniciativa forma parte del plan oficial de contingencia para enfrentar los riesgos de cortes de luz durante el verano, según anticipó la secretaria de Energía, María Tettamanti, en la 46ª Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
“Estamos esperando una demanda de potencia máxima levemente superior a la del año pasado. Estamos pensando en 30.700 megawatts de potencia. De eso, un tercio son aires acondicionados”, precisó María Tettamanti.
La funcionaria explicó que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la región del Litoral atraviesan situaciones críticas en los picos de calor, lo que exige actuar sobre dos frentes: la oferta y el comportamiento de los usuarios.
“Estamos esperando una demanda de potencia máxima levemente superior a la del año pasado. Estamos pensando en 30.700 megawatts de potencia. De eso, un tercio son aires acondicionados”, precisó. Este diagnóstico refuerza la urgencia de intervenir con nuevas herramientas.
Cortes de luz, generación y gestión de la demanda
La estrategia oficial se apoya en dos pilares: fomentar inversiones en generación y transporte, y gestionar la demanda mediante incentivos y señales de precio. “Tenemos que empezar a transitar un camino más lento pero que es el de la gestión de demanda”, subrayó Tettamanti.
También destacó la necesidad de incorporar tecnologías que “permitan dar esas señales de precio para ser más eficiente en el consumo y no tener una infraestructura ridículamente grande para abastecer cinco o diez horas en todo el año”.
Debido a la falta de medidores inteligentes en los hogares, la medida se implementará primero sobre clientes comerciales y grandes usuarios que ya cuentan con sistemas de medición avanzados.
“Ahora en el corto plazo, como no tenemos instalados medidores inteligentes a nivel residencial, pero sí hay buenos medidores a nivel de todo, hasta de los comercios, estamos trabajando y va a salir prontamente una nueva resolución”, adelantó la secretaria.
Antecedentes y ampliación del programa
En 2024, la Secretaría de Energía había lanzado un mecanismo similar a través de la Resolución 294/2024, impulsada por Eduardo Rodríguez Chirilo. Esa norma permitió a los Grandes Usuarios Mayores (GUMAS) del Mercado Eléctrico Mayorista acceder a beneficios económicos a cambio de reducir consumo en momentos críticos, con los procedimientos detallados en anexos oficiales.

Ahora, la nueva resolución busca ampliar ese esquema para incluir comercios, shoppings y otras empresas, e incluso, en una segunda etapa, hogares.
El dispositivo se apoyará en equipos auxiliares o grupos electrógenos propios, integrados a un sistema de subastas: los usuarios ofertarán el monto que esperan cobrar por entregar energía en momentos de máxima demanda, mientras siguen recibiendo un cargo fijo, en una mecánica similar a la de un seguro.
“Estamos creando un ámbito de incentivos para empezar a gestionar la demanda con ese universo de clientes”, señaló Tettamanti. Quienes participen podrán activar sus equipos de respaldo y aportar electricidad extra en los picos de consumo; la remuneración dependerá del monto ofertado.
Medidores inteligentes y eficiencia del sistema
La Secretaría de Energía advierte que este abordaje será más efectivo en la medida en que se extienda la instalación de medidores inteligentes en los hogares, un proceso que el Gobierno proyecta a largo plazo.
“La instalación de medidores inteligentes a nivel residencial es lo que va a permitir eficientizar la inversión en infraestructura y, por lo tanto, hacer lo más bajos posibles las tarifas, porque las tarifas son bajas solamente cuando los costos son bajos. No hay magia ahí”, remarcó Tettamanti.
Sobre el futuro del mecanismo, la funcionaria señaló que la administración pretende “ampliar el universo” de usuarios incluidos, para que puedan transformar su rol en el mercado eléctrico. Esto no solo permitiría evitar interrupciones masivas, sino también repensar la estructura de costos del sistema.
El enfoque oficial equipara este reto con lo que ocurre en el sector gasífero. Según describió la secretaria, la “gran capacidad de gasoductos para alimentar una demanda de gas muy estacional, muy fuerte en invierno y que en verano desaparece” se parece al desafío eléctrico en los picos de calor.
De ahí la importancia de acompañar las inversiones en infraestructura con esquemas de precios diferenciados y criterios de eficiencia.