Acaba de presentar ante Energía un estudio preliminar sobre una estrategia que, en la previa de este verano, había sido descartada por su alto costo. Para la estatal sigue siendo una opción válida ante el ya irremediable freno a las inversiones en el sistema, que complicará el suministro también en 2026 y 2027.
Los dos cortes de luz masivos que paralizaron buena parte del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) esta semana dejaron en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico en la región de mayor consumo energético del país.
Por eso, las gestiones para reforzar el suministro no solo apuntaron a anticiparse -sin mucho éxito- a la crisis actual con la importación de energía, sino también a prevenir problemas en los próximos años, ante una capacidad de generación que seguirá sin cambios significativos al menos para el verano próximo.
En este contexto, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) presentó a la Secretaría de Energía un estudio preliminar con una propuesta de emergencia concreta: instalar un buque generador eléctrico en el Puerto de Buenos Aires para sumar 500 MW y aliviar la demanda en los picos de consumo.
En Argentina, la energía generada por las Powerships en el Puerto de Buenos Aires se distribuiría a través de las centrales eléctricas de Dock Sud —operada desde 2023 por YPF Luz— y Central Costanera, en manos de la empresa Central Puerto.
La iniciativa ya había sido evaluada a fines del año pasado, en la previa del verano, pero fue descartada por su alto costo.
Sin embargo, ante la falta de alternativas de corto plazo, las autoridades técnicas de Cammesa insisten en retomar el proyecto como una solución viable para evitar cortes masivos en los veranos de 2026 y 2027, dado que ninguna obra de generación o transporte de gran escala podría completarse antes de esas fechas.
El informe plantea una generación offshore de 500 MW a partir de dos unidades flotantes de la empresa turca Karpowership, actualmente la única capaz de ofrecer disponibilidad inmediata para un contrato con Argentina por 24 meses.
El modelo es similar al del buque regasificador que opera en la terminal de Escobar, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Esta unidad inyecta gas natural en la red a partir de GNL importado para abastecer la demanda en los picos de consumo invernal, un esquema que podría replicarse para enfrentar los desafíos del sistema eléctrico en el verano.
Darle aire a un sistema al límite
Para las autoridades de Cammesa, aunque este verano transcurrió sin mayores complicaciones gracias a un clima más benigno de lo esperado en diciembre y buena parte de enero —con menos días de calor extremo—, el sistema sigue operando al límite.
La empresa Karpowership, parte del grupo turco Karadeniz Energy, lleva más de dos décadas desarrollando proyectos energéticos y es el mayor exportador privado de electricidad de Turquía.

Actualmente, opera una flota de 40 Powerships, regasificadores y barcos transformadores, con una capacidad instalada de más de 7.000 MW en distintas partes del mundo.
Brasil ya adoptó un esquema similar en la bahía de Sepetiba, al sur de Río de Janeiro, donde desde 2022 Karpowership opera con cuatro unidades flotantes y un FSRU (Unidad de Regasificación y Almacenamiento Flotante), generando 560 MW de electricidad.
En Argentina, la energía generada por las Powerships se distribuiría a través de las centrales eléctricas de Dock Sud—operada desde 2023 por YPF Luz—y Central Costanera, en manos de la empresa Central Puerto.
Desde allí, se inyectaría directamente al nodo crítico de distribución del AMBA, reforzando el suministro en la región de mayor consumo del país.
Otras medidas para aliviar el sistema
Ante la crisis del sistema eléctrico, la opción más concreta sigue siendo la llegada de al menos un buque generador de Karpowership.
En paralelo, también se evalúa un contrato de importación de energía desde Brasil por 1.000 MW, una medida recomendada por Cammesa pero resistida por las autoridades económicas.
Estas alternativas surgen en un escenario donde, al menos por los próximos dos o tres años, no se prevé que haya nuevas centrales de generación operando.

Aunque el Gobierno nacional planea lanzar una nueva licitación en los próximos meses, cualquier nueva infraestructura no estaría operativa antes de 2027 o 2028.
El panorama se complejizó aún más tras la decisión del gobierno de derogar, a mediados del año pasado, la adjudicación de los proyectos de Abastecimiento de Confiabilidad de Generación Térmica (TerConf).
Este plan, aprobado en noviembre de 2023, contemplaba inversiones por unos 4.000 millones de dólares para sumar 3.000 MW al sistema, con el objetivo de mejorar el suministro eléctrico para 1,3 millones de hogares.
En cambio, el Gobierno apuesta a avanzar en el proyecto AMBA I, una obra de transmisión eléctrica que contempla la construcción de una nueva Estación Transformadora y más de 500 kilómetros de tendido de alta y extra alta tensión.