En la Cumbre del Cambio Climático se intensificó la presión para que los grandes países abandonen la fuente de energía que explica el 41% de las emisiones de CO2 a la atmósfera. De qué se trata iniciativa “No new coal”.
La consigna «No más carbón» marcó el eje de la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán. La iniciativa, impulsada por la Unión Europea y otros 25 países, no contó con el respaldo de los principales emisores de CO2: China, Estados Unidos e India, cuya ausencia fue notoria.
En la recta final de la cumbre, la presidencia azerí lidera negociaciones en torno a cinco textos clave, incluyendo debates sobre una nueva meta de financiación climática. Sin embargo, aún persiste la incertidumbre sobre el monto total que se comprometerá para abordar la crisis climática.
En China, el carbón representa más del 50% de su matriz energética. A pesar de sus avances en energías renovables, el país tiene en cartera al menos 18 proyectos de nuevas centrales térmicas.
Pese al acuerdo alcanzado en la COP26 de Glasgow para lograr una «reducción progresiva» del uso de carbón, este combustible sigue siendo el mayor responsable de las emisiones globales de CO2.
Representa el 41% del total y, aunque su crecimiento fue moderado (0,2%) frente al petróleo (0,9%) y el gas (2,4%), continúa siendo un problema central.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, solicitó sin éxito en la cumbre que las naciones del G20 adelanten sus objetivos de neutralidad de carbono de 2050 a «2040 o 2045».
Mientras tanto, el carbón sigue siendo dominante en China, donde representa más del 50% de su matriz energética. A pesar de sus avances en energías renovables, el país tiene en cartera al menos 18 proyectos de nuevas centrales térmicas.
En India, las emisiones de CO2 relacionadas con el carbón crecieron un 10%, agravando la crisis ambiental en Delhi, donde la contaminación alcanzó niveles alarmantes. Las escuelas debieron cerrar esta semana debido a partículas en suspensión hasta 60 veces superiores a lo recomendado por la OMS.
La iniciativa “No new coal”, surgida en la cumbre, busca presionar a los gigantes asiáticos para detener la construcción de nuevas plantas de carbón.
El llamado también insta a que las próximas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), previstas para 2025, excluyan cualquier proyecto relacionado con este combustible, a menos que incluyan tecnologías de mitigación o captura de CO2.
Manifestaciones en contra del carbón
“El uso del carbón sigue aumentando en el mundo y representa una de las mayores amenazas para limitar el calentamiento global a 1,5 grados”, advirtió Ed Miliband, secretario de Energía y Cambio Climático del Reino Unido.
Según el funcionario, la iniciativa lanzada en la COP29 es una advertencia clara a los países: “no más nuevos proyectos de carbón en sus planes para la COP30 en Brasil”.
El Reino Unido, bajo el liderazgo de su gobierno laborista, marcó un hito al cerrar este año su última central de carbón en Ratcliffe-on-Soar, consolidándose como el primer país del G7 en eliminar por completo esta fuente de energía.
“Hace 140 años, fuimos los primeros en inaugurar una central eléctrica de carbón en plena revolución industrial”, recordó Miliband.
“Hoy, somos los primeros del G7 en dejar atrás el carbón como parte de nuestro plan para convertirnos en una superpotencia de energías renovables”, añadió.
La iniciativa también cuenta con el respaldo de Australia, el sexto mayor productor de carbón a nivel mundial.
Por su parte, el comisario de la Unión Europea para la Acción Climática, Wopke Hoekstra, enfatizó la importancia de pasar de las promesas a las acciones, pese al peso que el carbón aún tiene en el mix energético de varios países de Europa del Este.
“Una gran mayoría de países ha decidido dar la espalda al carbón y optar por fuentes de energía fiables, asequibles y limpias. Y, sin embargo, el uso del carbón sigue en aumento”, señaló Hoekstra, quien anteriormente trabajó en la industria petrolera.
El factor China e India
En la COP29, las presiones sobre China e India no cesan y ahora provienen también de otras voces dentro del evento.
El ministro de Medio Ambiente de Nigeria, Balarabe Abbas Lawal, cuestionó el estatus de ambos países en el contexto de las negociaciones climáticas.
“Los dos países más poblados del mundo no pueden considerarse ya en la misma categoría de países en desarrollo que las naciones africanas”, afirmó desde Bakú. Además, insistió en que, debido a su rápido desarrollo, “China e India deberían comprometerse a contribuir a la financiación climática”.
El debate sobre financiación climática sigue siendo uno de los principales puntos de tensión, y la falta de consenso subraya las profundas diferencias entre las naciones desarrolladas y las emergentes en cuanto a responsabilidades y compromisos en la lucha contra el cambio climático.