Los sindicatos de la Mesa Nacional del Transporte reprogramaron la medida que estaba prevista para el 17 para que pueda participar la UTA, que faltó a la reunión y todavía no confirmó su participación.
En medio de la controversia con la administración de Javier Milei respecto a la posible privatización de Aerolíneas Argentinas y la reciente desregulación de los micros de media y larga distancia, la mayor parte de los sindicatos del sector confirmó un paro de transporte para el 30 de octubre.
La medida de fuerza afectará a la mayor parte de los servicios en el país, dejando trenes, aviones y barcos fuera de operación durante esa jornada, pero hay dudas respecto a la participación de los choferes de colectivos.
La decisión fue tomada en una asamblea de la Mesa Nacional del Transporte, recientemente creada, y en la que participaron los comités directivos y delegados de los sindicatos que conforman este espacio.
Sin embargo, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), encabezada por Roberto Fernández, estuvo ausente debido a que actualmente se encuentra en negociaciones salariales, lo que sugiere que podría no sumarse a la protesta.
El anuncio se realizó tras el encuentro de líderes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte (UGATT), en un espacio creado recientemente y unificó a los gremios de esas dos entidades, tras años de diferencias entre unos y otros.
Desde la UTA prefirieron no hacer conjeturas sobre el posible desenlace de las negociaciones paritarias, aunque señalaron que los empresarios están inquietos por el anuncio del Gobierno de desregular el transporte automotor de media y larga distancia, hecho público el domingo y efectivizado el lunes en el Boletín Oficial.
La reunión tuvo lugar en el Complejo Deportivo de la Federación de Peones de Taxis y contó con la presencia de organizaciones como Camioneros, los sindicatos de pilotos, aeronavegantes, La Fraternidad, Dragado y Balizamiento, junto con los marítimos del SOMU.
Además, se sumaron invitados como la Asociación Obrera de la Industria del Transporte Automotor (AOITA) de Córdoba y el Sindicato de Apuntadores Marítimos (SEAMARA).
El paro, originalmente programado para el 17 de octubre, fue aplazado debido a que la UTA, que representa a unos 40.000 choferes en todo el país, se encuentra en plena negociación de aumentos salariales, y está sujeta a una conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo.
Durante este período, ambas partes deben evitar cualquier acción que afecte las negociaciones.
Se espera que este jueves se realice una nueva audiencia entre el sindicato y los empresarios. Si las negociaciones no avanzan, la UTA no podrá convocar a huelga hasta que la conciliación obligatoria expire el 29 de octubre.
Este factor fue determinante para que algunos líderes de la Mesa Nacional del Transporte propusieran posponer la huelga al 30 de octubre, buscando asegurar la participación de los choferes de colectivos, cuya adhesión es clave para lograr una paralización total del sector. Pero por ahora no hay confirmaciones.
Colectivos, en duda ante el paro
A pesar de las tensiones, muchos integrantes de la Mesa Nacional del Transporte observaban con cautela a los dirigentes de la UTA, ya que mantienen una postura más abierta al diálogo.
Esta actitud, sumada a la conciliación obligatoria en la que están inmersos, hacía prever que no asistirían al plenario del martes en la Federación de Peones de Taxis, como efectivamente sucedió. Esto refuerza la sospecha de que no se sumarán a la huelga del 30 de octubre.
Desde el sindicato liderado por Roberto Fernández prefirieron no hacer conjeturas sobre el posible desenlace de las negociaciones paritarias, aunque señalaron que los empresarios están inquietos por el anuncio del Gobierno de desregular el transporte automotor de media y larga distancia, hecho público el domingo.
El paro de transporte fue impulsado principalmente por el ala más radical de la CGT, donde figuran Pablo Moyano (Camioneros), Pablo Biró (pilotos), Juan Pablo Brey (aeronavegantes) y Omar Maturano (ferroviarios).
Sin embargo, los sectores más dialoguistas llegaron a un entendimiento con el Gobierno la semana pasada, lo que ha generado esfuerzos para extender esa tregua al resto de los sindicatos involucrados.
Pilotos denuncian “campaña de demonización”
Luego del plenario, Pablo Biró, líder de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y reiterado blanco del Gobierno en los cruces por el conflicto en Aerolíneas Argentinas, ofreció una conferencia de prensa en la que arremetió contra el Ejecutivo, acusándolo de llevar adelante una “campaña de demonización”.
Biró denunció: «Lo que hicieron fue modificar el decreto del código aeronáutico para permitir el ingreso de aeronaves extranjeras sin restricciones. No hay un mecanismo de control, sino que lo que hacen es una derivación, un intento de quitarnos la representatividad dentro de Aerolíneas Argentinas».
Además, subrayó: «Estamos resistiendo a través del Poder Judicial y con acciones sindicales, pero no ha habido ningún acercamiento ni intento de diálogo. En su lugar, han impulsado una campaña de demonización publicando condiciones laborales que no existen”.
“No nos sorprende la falta de voluntad de negociar, dado que el conflicto comenzó cuando congelaron los salarios de los aeronáuticos, dejándonos un 80% por debajo de la inflación«, finalizó.