El Gobierno porteño licita 74 unidades, entre ellas 15 articuladas. Aunque aún está definido su destino específico ni si operarán en líneas nuevas o existentes, se menciona que las usarían en el «corredor costero».

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lanzó una licitación para la adquisición de 74 colectivos eléctricos, en un intento por incorporar nuevas tecnologías en el transporte público urbano.

El proyecto prevé la compra de 59 unidades con capacidad para entre 70 y 85 pasajeros y 15 unidades articuladas, que podrán transportar más de 120 pasajeros.

Las especificaciones técnicas incluidas en los pliegos exigen que todos los vehículos tengan piso bajo, aire acondicionado y alimentación eléctrica, respondiendo a la demanda de opciones de movilidad más sostenibles.

En esta ocasión el proyecto está bajo la responsabilidad directa del Ministerio de Infraestructura de la Ciudad.

Para cubrir las necesidades de electricidad de estas unidades, se contempla la adquisición de 60 cargadores de batería, específicos para los dos tipos de vehículos licitados.

Sin embargo, no se menciona la construcción de ninguna infraestructura complementaria, dado que los colectivos eléctricos proyectados funcionan exclusivamente a batería y no requieren instalaciones adicionales, como podrían necesitar los tranvías.

A pesar de ello, el Gobierno porteño ha calificado estos vehículos como “tranvías eléctricos” y “trambuses” en sus comunicados oficiales, lo que ha generado cierta confusión en cuanto a la verdadera naturaleza de las unidades.

La licitación ha sido emitida por Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), aunque fuentes de la empresa han aclarado que su rol se limita a colaborar con el proceso, y han descartado que SBASE vaya a participar en la operación de estos colectivos eléctricos.

 Aunque la empresa tiene la capacidad de operar este tipo de vehículos, en esta ocasión el proyecto está bajo la responsabilidad directa del Ministerio de Infraestructura de la Ciudad.

Aún no está definido si estos nuevos colectivos formarán parte de recorridos ya existentes o si se crearán líneas nuevas para su funcionamiento en áreas específicas de jurisdicción local.

El corredor costero ha sido mencionado en documentos de la licitación como posible destino, pero no se han dado detalles adicionales.

Antecedentes de colectivos eléctricos en CABA

La incorporación de buses eléctricos no es un tema nuevo para Buenos Aires. En 2016, el ex Ministerio de Ambiente de la Nación lanzó una licitación para la compra de 400 colectivos eléctricos, una iniciativa que no llegó a concretarse.

Tres años después, en 2019, se desarrolló un proyecto piloto con ocho unidades en prueba para las líneas 12, 34, 39 y 59. Sin embargo, solo dos de estos vehículos, de origen chino, llegaron a circular en la línea 59 y fueron devueltos después de un año, luego de que la empresa operadora decidiera no adquirirlos, como reportó el sitio especializado Colectibondi.

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En 2019 se pusieron a prueba tres unidades para las líneas 12, 34, 39 y 59. Pero fueron devueltas.

Otras propuestas similares tampoco prosperaron en años recientes, dejando en claro las dificultades para avanzar en esta área. Actualmente, la Ciudad de Buenos Aires cuenta con un único colectivo eléctrico en funcionamiento, que opera en la línea 28.

Esta unidad, fabricada en Argentina, fue equipada con componentes eléctricos importados del Reino Unido y se presenta como un caso aislado, en contraste con otras ciudades de América Latina que han avanzado significativamente en la movilidad eléctrica.

Alternativas a GNC

En paralelo a la inserción de los colectivos eléctricos, se empezaron a evaluar unidades a GNC, que reducen significativamente las emisiones. Uno de ellos, circuló por Mendoza durante todo un año y presentó resultados muy promisorios.

Luego de que casi 500 mil personas por mes utilizaran los modelos Green Efficiency, desde STM concluyeron que el cambio es altamente positivo.

De acuerdo a la operadora, el uso de GNC implica un 38% de ahorro en el consumo de combustible y contribuye a reducir la contaminación ambiental y sonora, y el nivel de vibraciones.

“La idea de pensar en el GNC se produce a partir del cambio de matriz energética de Mendoza. STM es el testigo del Gobierno y es promotor de estas nuevas tecnologías, para que el resto del parque automotor opte y tenga elementos ciertos para emplearlo, y pueda ver que es un producto conveniente”, comentó Daniel Vilches, presidente del Directorio de STM.

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