Se da tras preocupantes resultados en las evaluaciones de entes internacionales y cuando la Administración Federal de Aviación de EEUU visita el país para otra auditoría. Refuerzan las competencias de la ANAC y definen sanciones y multas ante faltas.
En un intento por mantener su posición en la categoría 1 del Programa IASA (International Aviation Safety Audit), el Gobierno rtealizó importantes modificaciones en el Código Aeronáutico. La decisión, plasmada en el decreto 941/2024, publicado en el Boletín Oficial de este martes, busca reforzar las capacidades de la Autoridad Aeronáutica Nacional, dependiente de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC).
Los cambios se enmarcan en la visita de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) al país para evaluar los niveles locales de seguridad operacional. Si bien la Argentina actualmente se encuentra en la categoría más alta, los puntos bajos detectados en los últimos tiempos podrían llevar a una degradación.
Los cambios establecidos por el decreto buscan otorgar mayores facultades a la Autoridad Aeronáutica Nacional.
Según las fuentes oficiales, la FAA trabajará en territorio nacional por una semana para efectuar revisiones en los aeropuertos y las aerolíneas. Entre las principales áreas de análisis están el estado de las aeronaves, la capacitación del personal, los procedimientos de mantenimiento y las inspecciones de vuelo.
Estos aspectos son fundamentales para mantener la certificación internacional que permite a las aerolíneas operar en los Estados Unidos, un mercado esencial para varias compañías locales.
Ante las posibles irregularidades detectadas en los procedimientos de riesgo y la supervisión de las operaciones, el Gobierno argentino ha optado por tomar medidas preventivas.
“A partir de esta nueva reforma del Código Aeronáutico, que complementa a la primera, Argentina se encuentra alineada con los máximos estándares normativos, conforme las principales auditorías internacionales”, expreso el Secretario de Transporte, Franco Mogetta, en su cuenta oficial de X.
Las cambios más relevantes en el código aeronáutico
Los cambios establecidos por el decreto buscan otorgar mayores facultades a la Autoridad Aeronáutica Nacional. Esta entidad, según lo establece el nuevo marco normativo, podrá dictar todas las normas relacionadas con la seguridad operacional de la aviación civil y sistematizarlas.
Aunque algunas competencias específicas, como la investigación de accidentes aéreos, recaen en otros organismos, la ANAC tendrá un rol clave en la implementación de los anexos técnicos de los convenios internacionales.
Además, se le otorga la capacidad de otorgar exenciones en el cumplimiento de ciertos requisitos reglamentarios, siempre y cuando esté garantizada la seguridad operacional. Por otro lado, el organismo podrá delegar en terceros, tanto personas como empresas, las evaluaciones y certificaciones médicas aeronáuticas, la supervisión del estado de las aeronaves y la expedición de certificados de idoneidad para el personal.
Este último punto resulta crucial, dado que la FAA ha señalado en anteriores informes la importancia de una vigilancia constante sobre la capacitación y el estado psicofísico del personal aeronáutico. Asimismo, la Autoridad Aeronáutica Nacional podrá llevar a cabo inspecciones tanto en tierra como durante los vuelos, con el fin de verificar que los estándares de seguridad se mantengan en todo momento.
Posibles sanciones y suspensiones
Otra atribución importante es la capacidad de detener o prohibir la circulación de aeronaves que no cumplan con las normativas vigentes. Esto incluye la posibilidad de suspender actividades del personal cuando se detecten incumplimientos en los procedimientos o se considere que hay una pérdida de capacidad técnica.
Además, se han introducido cambios en el régimen sancionador. El nuevo Código Aeronáutico permitirá reducir las sanciones hasta en un 50% si el infractor reconoce su responsabilidad y accede a un sistema de pago anticipado.
La categoría 1, que la Argentina ostenta actualmente, se concede a aquellos países que cuentan con regulaciones eficaces para supervisar la seguridad de las aerolíneas, en línea con los estándares de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Este estatus no solo garantiza que las aerolíneas puedan operar en destinos internacionales clave, sino que también es una señal de confianza para los pasajeros y las empresas que dependen del transporte aéreo.