La reacción del mercado se produjo luego de anuncios de alto voltaje político desde Estados Unidos, que impactaron en las expectativas de oferta global y reordenaron el tablero para los exportadores bajo sanción, en un año marcado por fuertes retrocesos en las cotizaciones.
El mercado internacional del petróleo mostró este miércoles una recuperación significativa, con el Brent superando nuevamente la línea de los 60 dólares por barril, tras varias ruedas de retrocesos.
El movimiento estuvo directamente vinculado a la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de avanzar con un bloqueo total a los buques que transporten crudo desde y hacia Venezuela, una medida que volvió a introducir ruido geopolítico en un escenario ya tensionado por la debilidad de la demanda y la sobreoferta global.
Más allá del rebote puntual, el balance anual sigue siendo negativo: en lo que va de 2025, el Brent y el WTI acumulan caídas del orden del 19%, reflejo de un mercado que todavía busca señales claras de equilibrio.
El Brent, referencia clave para Europa, llegó a cotizar en torno a los 60,38 dólares, con una suba superior al 2%, mientras que el WTI estadounidense se movió en la zona de los 56,6 dólares, también con avances cercanos al 3%.
Más allá del rebote puntual, el balance anual sigue siendo negativo: en lo que va de 2025, ambas variedades acumulan caídas del orden del 19%, reflejo de un mercado que todavía busca señales claras de equilibrio.
Un rebote técnico en un contexto frágil
La recuperación del precio respondió más a un shock político que a cambios estructurales en los fundamentos del mercado.
La advertencia de un bloqueo “completo y total” sobre la operatoria petrolera venezolana fue interpretada por los operadores como una potencial restricción adicional de oferta, aunque el impacto real todavía está por verse.
Desde la Casa Blanca, Trump aseguró que Venezuela se encuentra rodeada por una presencia naval sin precedentes y que las medidas se profundizarán si Caracas no “devuelve” activos energéticos que, según su visión, pertenecen a Estados Unidos.
El discurso elevó la tensión diplomática y reforzó la percepción de riesgo sobre los flujos de crudo provenientes del país sudamericano, aun cuando su peso en el comercio global se encuentra limitado por las sanciones vigentes.
Este tipo de episodios suele generar movimientos de corto plazo en los precios, especialmente en mercados sensibles a cualquier alteración del suministro.
Sin embargo, analistas coinciden en que el rebote no alcanza para revertir la tendencia bajista que domina al petróleo desde comienzos de año, en un contexto de crecimiento económico moderado y con inventarios todavía holgados.
Venezuela endurece su discurso
La respuesta venezolana no tardó en llegar. La vicepresidenta Delcy Rodríguez afirmó públicamente que el país no permitirá que se apropien de sus recursos energéticos y dejó en claro que cualquier nación interesada en acceder a su petróleo o gas deberá hacerlo mediante pagos efectivos.

“Si quieren petróleo, lo tienen que pagar”, advirtió durante un acto con trabajadores del sector, transmitido por la televisión estatal.
Rodríguez sostuvo que Venezuela no entregará “ni una molécula” de hidrocarburos sin una transacción que considere legítima y justa.
En ese marco, respaldó la decisión del presidente Nicolás Maduro de suspender acuerdos energéticos con Trinidad y Tobago, tras acusar a ese país de haber colaborado en un operativo militar estadounidense contra un buque con crudo venezolano.
El mensaje oficial apuntó a reforzar la soberanía sobre los recursos naturales, pero también dejó en evidencia el endurecimiento de una estrategia comercial cada vez más condicionada por el cerco financiero y logístico.
La combinación de sanciones, controles y mayores exigencias contractuales complica la inserción del crudo venezolano en los mercados internacionales.
PDVSA, con barcos de petróleo inmovilizados
En paralelo al impacto político, la situación operativa de la estatal PDVSA atraviesa uno de sus momentos más delicados.
De acuerdo con operadores del mercado y fuentes citadas por Reuters, más de 11 millones de barriles permanecen actualmente cargados en buques sin destino definido, tras la reciente incautación de un navío por parte de Estados Unidos.
El escenario se agrava por la evolución del mercado asiático. China, principal destino del petróleo venezolano bajo sanción, muestra signos de saturación, lo que intensifica la competencia entre proveedores y debilita la demanda.


