La planta UTE GNA II, con una capacidad de 1,7 GW, se suma a GNA I para formar un complejo de 3 GW en el puerto de Açu, en Río de Janeiro. Demandó una inversión de 7.000 millones de reales y opera con tecnología de ciclo combinado.
En Brasil fue inaugurada la central termoeléctrica UTE GNA II, ubicada en el puerto de Açu, en Río de Janeiro, que marca un antes y un después en la industria de gas local. Se trata de la mayor planta de su tipo en América Latina, con una capacidad instalada de 1,7 gigavatios, lo que representa un nuevo hito para el sistema energético del país.
La obra forma parte del Nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (Novo PAC), lanzado en 2023, que contempla inversiones por más de 340 mil millones de dólares en infraestructura en un plazo de tres años. El acto fue encabezado por el presidente Lula da Silva y el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira.
El diseño de la planta contempla una configuración de ciclo combinado, con tres turbinas de gas y una de vapor.
La construcción de la UTE GNA II demandó una inversión total de 7.000 millones de reales, de los cuales 3.900 millones fueron financiados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). La nueva central está integrada a la terminal de regasificación de gas natural licuado del puerto, y se suma a la planta GNA I, ya en operación.
En conjunto, ambas instalaciones alcanzan una potencia instalada de 3 gigavatios, suficientes para abastecer el consumo eléctrico de aproximadamente 14 millones de hogares.
Durante el acto de presentación, el presidente Lula da Silva anunció nuevas medidas sociales vinculadas al acceso a la energía. “A partir de ahora, en este país, quienes consuman hasta 80 kWh de energía no pagarán nada por la electricidad. Y quienes consuman hasta 120 kWh solo pagarán la diferencia. Vamos a garantizar que 17 millones de las familias más pobres tengan gas gratuito para poder cocinar”, señaló el mandatario en su discurso ante trabajadores y autoridades locales.
Por su parte, el ministro Silveira hizo hincapié en el impacto económico y laboral de la obra. “Se generaron 10 mil empleos directos solo en la construcción de esta nueva central. Eso sin contar los dos programas de capacitación profesional ofrecidos: ya se capacitaron 750 trabajadores, y el 25% de las plazas del último programa se destinaron a mujeres”, informó.
Mayor eficiencia, menos impacto ambiental
El diseño de la planta contempla una configuración de ciclo combinado, con tres turbinas de gas y una de vapor, lo que permite maximizar la eficiencia del proceso de generación. Según datos del gobierno brasileño, cerca del 35% de la capacidad instalada se produce sin consumo adicional de gas, gracias a una eficiencia térmica superior al 60%.
Además, la instalación fue concebida para operar con hasta un 50% de hidrógeno en reemplazo del gas natural, lo que podría representar una vía progresiva hacia una matriz energética más sostenible.

Uno de los aspectos destacados del proyecto es el uso de agua marina para sus procesos industriales. «Casi el 100% del agua utilizada proviene del mar, lo que contribuye a la preservación de los recursos hídricos», detalló un comunicado oficial difundido por el Ejecutivo. Este componente fue subrayado como parte del compromiso del país con prácticas de menor impacto ambiental dentro del sector energético.
Lo que sigue en Brasil
En paralelo a la inauguración, se anunció una carta de intención firmada entre el Ministerio de Minas y Energía y la empresa Gás Natural Açu (GNA), operadora del complejo, para avanzar en nuevos desarrollos energéticos.
El documento prevé inversiones de hasta 20.000 millones de reales en proyectos estratégicos relacionados con el gas natural y la energía, tanto para generación como para infraestructura asociada. Estas nuevas iniciativas se enmarcan dentro del Plan Nacional Integrado de Infraestructuras de Gas Natural, impulsado por el programa Gas para Emplear.
El objetivo es potenciar el uso del gas como recurso clave en la transición energética brasileña y consolidar al Puerto de Açu como un polo energético estratégico. “Este es un paso importante para transformar el litoral norte de Río de Janeiro en un corredor energético de referencia”, indicó Emmanuel Delfonse, director general de GNA.