El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Ilan Goldfajn, anticipó que a partir de 2026 se ampliarán las líneas de crédito para el país, incluyendo recursos para proyectos públicos y privados.
En medio de la alta repercusión que tuvo el respaldo financiero de la administración de Donald Trump al gobierno de Javier Milei en plena campaña electoral, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció la semana pasada que incrementará su nivel de financiamiento a la Argentina desde 2026, con prioridad en proyectos de infraestructura, energía y minerales críticos, según confirmó su presidente, Ilan Goldfajn, en diálogo con Bloomberg Línea.
La medida forma parte del programa trianual de hasta USD 10.000 millones, que combina líneas de crédito soberano y fondos destinados a inversión privada.
“Estamos trabajando con recursos y proyectos que tienen que acelerar el crecimiento del país. El desafío es combinar la estabilidad macroeconómica con la inversión en sectores estratégicos como el litio y la energía”, explicó Goldfajn.
Durante 2025, el organismo consolidará una programación más robusta de proyectos, luego de un año en el que aprobó operaciones por USD 4.000 millones para el país.
“El año que viene tendremos una programación significativamente más amplia que la de este año. Estamos trabajando en proyectos que aceleren el crecimiento”, sostuvo Goldfajn.
Del total del paquete financiero, USD 7.000 millones se canalizarán mediante préstamos públicos, mientras que USD 3.000 millones se destinarán a través de BID Invest, la rama orientada al sector privado.
En su primer año, en el país el programa ejecutó USD 3.000 millones en financiamiento soberano y USD 1.000 millones para inversiones privadas, cumpliendo las metas iniciales.
La agenda de cooperación del BID con la administración Milei
La agenda de cooperación con la administración de Javier Milei comenzó con proyectos de eficiencia del gasto público, reforma fiscal y reducción de subsidios.
Sin embargo, la nueva etapa buscará orientar recursos hacia iniciativas productivas con impacto estructural; entre ellas, el desarrollo de infraestructura y la cadena de litio, esencial para la transición energética global.

“Estamos trabajando con recursos y proyectos que tienen que acelerar el crecimiento del país. El desafío es combinar la estabilidad macroeconómica con la inversión en sectores estratégicos como el litio y la energía”, explicó Goldfajn.
Este respaldo se complementa con otros mecanismos de apoyo financiero internacional que el Gobierno argentino negocia con distintos organismos y países.
Auge de la minería y récords de exportación
El desempeño del sector minero argentino contribuye al interés por canalizar inversión. Entre enero y septiembre de 2025, las exportaciones mineras alcanzaron USD 4.213 millones, un incremento interanual del 32,9% y un nuevo récord histórico para el país.
El crecimiento se vio impulsado por la expansión de la producción de litio y un repunte en la extracción de oro, que había caído un 30% en agosto.
Además, los valores del oro alcanzaron niveles históricos, lo que fortaleció el balance publicado por la Secretaría de Minería.
En septiembre, el volumen total exportado del sector fue de USD 557 millones, representando el 7,3% de las ventas externas del mes y el 6,7% del acumulado anual. En comparación con los últimos 15 años, el desempeño de 2025 se ubica un 52% por encima del promedio, superando incluso el récord anterior de 2011, cuando las exportaciones sumaron USD 3.620 millones.
El crecimiento de las exportaciones se concentra en los minerales metalíferos, que representaron el 82,7% del total entre enero y septiembre.
Dentro de este grupo, el oro se mantuvo como el principal producto con USD 2.911 millones, seguido de la plata con USD 510 millones. La mejora no solo responde a los precios internacionales, sino también a un aumento sostenido en los volúmenes despachados.
Perspectivas y proyecciones
El sector minero proyecta cerrar 2025 con un nuevo récord anual, con exportaciones que podrían superar los USD 5.100 millones e incluso alcanzar USD 5.600 millones si se mantienen los precios internacionales.
Este contexto favorable refuerza la estrategia del BID de canalizar financiamiento hacia actividades con impacto productivo y estratégico, especialmente aquellas vinculadas a energía, minerales críticos e infraestructura.