Salió de Asunción, recaló en Montevideo y luego tocó Francia para terminar en Portugal, donde la droga fue incautada. Había un alerta para que lo vigilaran de cerca. Investigan qué pasó.

La Policía de Portugal llevó a cabo en los últimos dos meses dos operativos en el marco de la operación Tártaro, que resultaron en la incautación de 6.500 kilos de cocaína. Más de la mitad de este cargamento fue descubierto el 30 de agosto, oculto en un contenedor que transportaba harina de soja.

El envío había partido desde Paraguay luego de pasar todos los controles de rigor y, cuando hizo escala en el puerto de Montevideo, fue sometido a un control con escáner. De modo que ahora, se investiga de qué manera sortearon esa vigilancia, si hubo funcionarios comprometidos o si la cocaína subió a la embarcación después, en el trayecto hacia Europa.

Óscar Orué, responsable de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) de Paraguay, confirmó que el cargamento superó todos las verificacines de carga en los dos países.

La Dirección Nacional de Aduanas de Uruguay ya inició una investigación para esclarecer los controles realizados al contenedor, que llegó al país catalogado como «canal rojo», lo que significa que tenía un nivel de riesgo y exigía una inspección exhaustiva.

Orué insistió en que «esa carga en particular salió de un puerto paraguayo, y se realizaron todas las verificaciones y controles correspondientes». Subrayó que, durante esos controles, no se detectó ninguna contaminación en el cargamento.

Sin embargo, las autoridades no descartan que la droga haya sido introducida en algún punto del trayecto hacia Portugal, dado que ya tenían sospechas sobre la operación ilegal.

Si los 6.500 kilos de cocaína hubieran llegado a los canales de distribución ilegal, habrían generado al menos 65 millones de dosis individuales, con un valor estimado de 195 millones de dólares en el mercado, se informó en Portugal.

Además de la droga, la Policía portuguesa incautó vehículos de alta gama y diversos documentos relacionados con la operación, según informaron en un comunicado oficial.

Aunque el gobierno del país europeo no especificó el origen exacto de la droga, se mencionó que el contenedor salió de Paraguay en julio y pasó por Montevideo antes de viajar a Europa en un buque de la naviera MSC.

Alerta de “Canal Rojo”

El buque que transportaba los 6.500 kilos de cocaína partió de Asunción el 3 de junio, llegó a Montevideo, donde permaneció del 11 al 15 de ese mes, y finalmente arribó a Portugal el 15 de agosto. Antes de llegar a su destino final, el cargamento también hizo escala en Le Havre, Francia, del 4 al 10 de agosto, y en Sines, Portugal.

La Dirección Nacional de Aduanas de Uruguay ya inició una investigación para esclarecer los controles realizados al contenedor, que llegó al país catalogado como «canal rojo», lo que significa que tenía un nivel de riesgo que exigía una inspección exhaustiva.

Óscar Orué, responsable de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) de Paraguay
Óscar Orué, responsable de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) de Paraguay.

A pesar de ello, el escáner no detectó ningún elemento ilícito, por lo que las autoridades permitieron que continuara su trayecto hacia Portugal.

Roberto Valdivieso, presidente del sindicato de funcionarios aduaneros de Uruguay, enfatizó la importancia de verificar si el protocolo se cumplió correctamente durante el control del contenedor.

«Debemos esperar el resultado de la investigación. El sindicato aboga por que se respeten todas las garantías, pero si se comprueba que algún funcionario estuvo involucrado, se tomarán las medidas correspondientes«, afirmó.

Este caso recuerda a la incautación de 10 toneladas de cocaína en Hamburgo, Alemania, en julio de 2023.

En ese incidente, los contenedores también habían salido de Paraguay en barcazas que supuestamente transportaban sésamo. Tras llegar a Uruguay el 23 de mayo, estuvieron en el puerto hasta el 2 de junio, antes de continuar su viaje a través de seis puertos brasileños, uno africano y dos europeos hasta su destino final.

A raíz de esa incautación, las aduanas de Uruguay y Paraguay firmaron un acuerdo de cooperación para mejorar los controles de seguridad en sus terminales.

Como parte del acuerdo, ambos organismos se comprometieron a utilizar las imágenes de los escáneres de cargas en Paraguay para mejorar el control de las barcazas que llegan al puerto de Montevideo, donde se transfieren a buques más grandes que luego viajan a Europa.

Además, el gobierno uruguayo adquirió tres nuevos escáneres para aumentar la capacidad de monitoreo de contenedores en su puerto. Estos dispositivos, que aún están en proceso de instalación, permitirán ampliar el control al 75% de las cargas que pasan por Montevideo.

Un viaje sospechoso sin cocaína en los scanners

Óscar Orué confirmó que las imágenes del control realizado a la carga en Paraguay fueron enviadas a Uruguay, donde también se realizó un escaneo.

En ambos casos, no se detectaron indicios de que la carga estuviera contaminada con la cocaína incautada en Portugal.

Además, explicó que cuando la carga fue escaneada en Paraguay, surgieron sospechas de una posible contaminación, lo que la clasificó como «canal rojo». Debido a esto, los contenedores fueron abiertos y sometidos a un control más exhaustivo en el lugar.

«Contamos con el acta de los funcionarios que participaron en el control, donde todos están plenamente identificados», aseguró Orué.

Sin embargo, no descarta la posibilidad de que la carga haya sido alterada en Uruguay o durante el trayecto hacia Portugal.

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