El directorio del puerto informó que otorgó una reserva de tierras a una planta de fertilizantes de la compañía de Marcelo Mindlin. Si se concreta, implicará un desembolso de U$S 1200 millones de dólares en el complejo.

Bahía Blanca está nuevamente en el foco de una importante inversión, tras la controversia con YPF. Esta vez, el gigante Pampa Energía, liderado por Marcelo Mindlin, ha reservado las tierras que previamente habían sido destinadas a la planta de GNL de YPF, con el objetivo de avanzar en la construcción de una importante planta de fertilizantes agrícolas.

La relación entre la empresa y la ciudad bonaerense viene de buenas experiencias, siendo la más reciente el proyecto de un parque eólico de 500 millones de dólares.

La inversión inicial anunciada para este nuvo proyecto de la compañia asciende a U$S1.200 millones, y se centrará en la producción de urea, un insumo crítico para el sector.

La planta tendrá una capacidad de producción de 1,5 millones de toneladas anuales de urea.

La confirmación de la reserva de tierras, que tendrá una duración inicial de seis meses con posibilidad de renovación por otro semestre, fue hecha oficial por el Directorio del Puerto de Bahía Blanca.

Este anuncio trajo consigo un aire de optimismo, particularmente después del revés sufrido por la ciudad tras la cancelación del ambicioso proyecto de GNL, finalmente trasladado a Río Negro.

La nueva planta de fertilizantes promete no solo reactivar la economía local, sino también posicionar a Bahía Blanca como un hub estratégico en la producción de urea.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, ya habían insinuado esta posibilidad en reuniones recientes.

Tras la oficialización, Susbielles valoró el rol del gobierno provincial en atraer inversiones de esta magnitud y destacó que el alineamiento entre la ciudad, la provincia y el puerto fue clave para concretar el acuerdo. «El tiempo siempre ordena», señaló el intendente.

El impacto de la planta en Bahía Blanca y el país

El proyecto de Pampa Energía representa una oportunidad estratégica no solo para Bahía Blanca, sino también para el país.

La planta tendrá una capacidad de producción de 1,5 millones de toneladas anuales de urea, un volumen significativo considerando que la actual producción nacional, encabezada por Profertil, no alcanza a cubrir la demanda interna.

Profertil, una empresa controlada por YPF y la canadiense Nutrien, cuenta con una instalación de este tipo en Ingeniero White que, a pesar de haber incrementado su eficiencia en 2022, alcanzando una producción de 1,4 millones de toneladas, aún es insuficiente para abastecer el mercado local.

Nutrien, al abandonar sus operaciones en Argentina este año, dejó en pausa los planes de expansión de Profertil, lo que otorga aún mayor relevancia al nuevo proyecto de Pampa Energía.

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El Consorcio de Gestión portuario del distrito de la Sexta Sección Electoral oficializó la entrega de reservas.

La inciativa, además, se enmarca en un escenario en que la producción de gas no para de crecer, lo que le otorga a Argentina una ventaja competitiva clave para la producción de fertilizantes nitrogenados.

Este recurso, vital para la agricultura, encuentra en Bahía Blanca una localización estratégica, ya que el puerto actúa como un nodo logístico central para la exportación y distribución de productos.

La posibilidad de transformar el gas en urea, no solo para abastecer el mercado interno sino también para la exportación, podría significar un punto de inflexión en la economía regional.

¿También el Grupo Techint?

Además del anuncio de Pampa Energía, se menciona la posibilidad de que el grupo Techint también esté evaluando la instalación de una planta de licuefacción de gas en Bahía Blanca, lo que subraya el atractivo que tiene la ciudad para este tipo de desarrollos industriales de gran escala.

En términos impositivos, la inversión de Pampa Energía califica para el Régimen de Incentivo de las Grandes Inversiones (RIGI), un esquema implementado este año que ofrece importantes beneficios fiscales y cambiarios para proyectos que superen los USD 200 millones.

El futuro de Bahía Blanca, tras el duro golpe que significó perder el proyecto de GNL de YPF, parece reconfigurarse rápidamente.

Parte de las tierras que la petrolera de bandera había reservado para su iniciativa, que finalmente trasladó a la provincia de Río Negro, ahora estarán destinadas a la construcción de esta nueva planta de fertilizantes.

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