El gobierno se comprometió ante representantes gremiales a buscar salidas al problema con una mesa de trabajo que integrará también al sector empresario, que es recibido en la Secretaría de Comercio.
Vaca Muerta ya explica por sí sola cerca de la mitad de la producción de gas y más de la mitad de la de petróleo en Argentina. A pesar de su crecimiento exponencial y su gran capacidad todavía de desarrollo a futuro tanto en el mediano como en el largo plazo, en los últimos meses la actividad se ve afectada por las dificultades que enfrentan las compañías que allí operan para hacerse con insumos importados.
Frente a este complejo escenario que encendió alarmas en los distintos actores que operan en la formación neuquina, autoridades del gobierno recibieron a los representantes de los trabajadores para analizar la delicada situación y comenzar a buscar una salida que permita destrabar las importaciones y así mantener el desarrollo y el empleo en la actividad hidrocarburífera.
Además, también está prevista para este miércoles una reunión del Subsecretario de Comercio Exterior, Germán Cervantes, con representantes de las cámaras empresariales agrupadas en la Federación de Empresas Energéticas de Neuquén (Fecene), que también serán integradas al nuevo espacio de diálogo.
Del encuentro celebrado ayer en la sede de la Aduana en la Ciudad de Buenos Aires participaron el secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Marcelo Rucci; y el secretario general de Catheda (Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines), Guillermo Pereyra;
Escucharon sus preocupaciones el propio subsecretario de Comercio Exterior, junto a Guillermo Michel, titular de Aduana y Flavia Royón, secretaria de Energía de la Nación.
En los últimos días los reclamos por las trabas a las importaciones comenzaron a oírse desde distintos sectores involucrados en la producción hidrocarburífera.
Durante el encuentro el gremio de petroleros privados expresó su preocupación por el impacto que están teniendo en el empleo y la reducción de las horas de trabajo las trabas a las importaciones de equipos e insumos clave.
“Queremos encontrar soluciones a este problema que nos afecta directamente, ya que pone a los trabajadores en riesgo de despidos o los deja con menor carga horaria, algo que no podemos permitir”, advirtió Rucci”.
Y recordó que “las obras de infraestructura que se están construyendo o ya están en funcionamiento, como el Gasoducto Néstor Kirchner o el Oleoducto a Chile (Otasa), requieren un aumento significativo en la cantidad de equipos, y esto no está sucediendo”.
En tanto esta tarde será el turno del sector empresario de hacer oír sus reclamos. En diálogo con las autoridades neuquinas las compañías ya advirtieron que «el Canal Verde de Vaca Muerta, dejó de funcionar».
El Canal Verde Vaca Muerta es un régimen especial que fue una de las primeras medidas que adoptó Sergio Massa apenas asumió al frente del ministerio de Economía y que consiste en un sistema de aprobaciones de importaciones más ágiles, destinado precisamente a no frenar la actividad de Vaca Muerta y que funcionó con éxito durante la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner.
Las compañías petroleras advirtieron que encontraron trabas para pagar por sus importaciones incluso con dólares propios.
En el encuentro de ayer con los líderes sindicales, los representantes del gobierno nacional se comprometieron a convocar a las empresas y todas las partes involucradas en la actividad que manifestaron tener problemas con la importación de insumos y equipamiento, y que fueron convocadas a exponerlos hoy en Comercio Exterior.
La preocupación en Vaca Muerta
El Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, advirtió días atrás que cada mes de paralización de la actividad podría resultar en la pérdida de hasta un millón de barriles de producción, lo que se traduce en una pérdida de aproximadamente 80 millones de dólares en divisas que no serían generadas por exportaciones no realizadas.
En este contexto, desde el gremio no descartaron un paro total ante la preocupante situación que atraviesa el sector.
“Estamos en estado de alerta”, había advertido Rucci poco antes de que llegara la convocatoria de las autoridades nacionales para comenzar a trabajar en conjunto.
En los últimos días los reclamos por las trabas a las importaciones se vienen apilando uno sobre otro.
Por caso, la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA) advirtió que las restricciones para acceder a dólares están provocando una crisis en el sector.
La FENA advirtió que de confirmarse el parate esto generaría a su vez una alteración en el abastecimiento de combustibles al mercado interno (estaciones de servicio) y a las generadoras eléctricas debido a que son estas mismas empresas las que tienen a su cargo el transporte fluvio marítimo de hidrocarburos -desde el sur a las diversas refinerías y desde allí a los puertos más importantes del país y usinas eléctricas-, y también a los servicios de las plataformas petroleras ubicadas en el Mar Argentino.
La advertencia de la FENA se sumó al reclamo, también la semana, pasada de DLS Archer (suspendió la modernización de un equipo de fractura en Vaca Muerta) y a la decisión de YPF de comenzar a buscar proveedores chinos para hacer uso de los yuanes del swap ante la falta de dólares.
La situación escaló ayer cuando la Dirección General de Aduanas (DGA) multó a DLS Archerpor 233 millones de pesos debido a irregularidades en una importación realizada en 2014 por la que no abonó impuestos por 3 millones de dólares.
La compañía, que había reclamado por las trabas a las importaciones públicamente, cuando informó que había suspendido la modernización de un equipo de fractura por la imposibilidad de conseguir repuestos, admitió que la imposición de la sanción es correcta y que se debió a un error que cometieron. Adelantaron además que abonarán la multa.
