El gobierno aprobó la Resolución 353/2025 que habilita a la SA que integra a PAE, Golar, YPF y otras operadoras a despachar envíos de gas licuado hasta 2058. El permiso está condicionados por la construcción de un gasoducto de 470 kilómetros entre Neuquén y Río Negro.
La Secretaría de Energía oficializó mediante la Resolución 353/2025 la autorización para que Southern Energy S.A. pueda exportar GNL durante los próximos 30 años.
La licencia al consorcio que reúne PAE y la noruega Golar con otras productoras de gas como YPF, Pampa y Harbour Energy contempla un volumen diario de hasta 548.900 MMBTU y un total acumulado de 5.464 millones de MMBTU, que comenzarán a despacharse a partir de septiembre de 2028. La condición central del permiso es la construcción de un gasoducto de 470 kilómetros que unirá la cuenca neuquina con la costa rionegrina.
La resolución impone a la compañía la obligación de cumplir con reportes periódicos.
La decisión se apoya en el marco normativo aprobado por la Ley 27.742, que introdujo cambios significativos en la legislación del gas natural y abrió la puerta a nuevas actividades, como la producción y almacenamiento de GNL.
En ese contexto, el artículo 3° bis de la Ley 24.076 garantiza a los exportadores que cuenten con la infraestructura adecuada la posibilidad de operar “en forma continuada y sin interrupciones ni restricciones”. La empresa ya contaba con una autorización previa otorgada en abril a través de la Resolución 165/2025, válida entre 2027 y 2057.
El nuevo certificado amplía ese horizonte temporal hasta agosto de 2058, eleva los volúmenes permitidos y suma la instalación de una segunda unidad flotante de licuefacción, denominada MKII, lo que permitirá diversificar la capacidad de procesamiento y exportación.
Las condiciones del permiso
Los aspectos técnicos del plan incluyen un gasoducto de 36 pulgadas de diámetro que se extenderá desde Tratayén, en Neuquén, hasta San Antonio, en Río Negro. Tendrá capacidad para transportar 28 millones de metros cúbicos de gas por día y se prevé que entre en funcionamiento en mayo de 2028.
La resolución publicada en el Boletín Oficial detalla además que la empresa podrá manejar una Cantidad Máxima Anual (CMA) de 191.241.750 MMBTU. El emprendimiento fue declarado estratégico en el marco del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), tras la adhesión oficializada por el Ministerio de Economía en abril.
Ese estatus le otorga estabilidad tributaria, beneficios aduaneros y condiciones cambiarias favorables durante las tres décadas de vigencia, con el objetivo de ofrecer previsibilidad a potenciales inversores y socios internacionales.
De acuerdo con los informes técnicos de la Secretaría de Energía, la producción de la cuenca neuquina es suficiente para cubrir holgadamente los compromisos asumidos, ya que el gas disponible supera en más de veinte veces los volúmenes comprometidos para exportación.

Aun así, la norma aclara que, si el gasoducto no estuviera listo en la fecha prevista, Southern Energy deberá contratar capacidad en el sistema de transporte existente bajo su propio riesgo operativo y financiero.
La resolución también impone a la compañía la obligación de cumplir con reportes periódicos, mantenimiento de disponibilidad y demás requisitos establecidos en la Resolución 145/2025, que regula los procedimientos de exportación de GNL. Este marco busca asegurar la transparencia de las operaciones y la coordinación con el mercado interno.
GNL, ingreso de divisas y mercado interno
Desde el plano económico, los especialistas señalan que un flujo sostenido de ventas externas de gas licuado podría aportar divisas de manera regular, fortaleciendo la balanza comercial.
No obstante, también advierten sobre la necesidad de compatibilizar las obligaciones de exportación con la cobertura de la demanda doméstica en momentos críticos, como los picos invernales, lo que coloca a la infraestructura en el centro del desafío.
Si las inversiones avanzan según el cronograma previsto, Argentina dispondrá a partir de 2028 de al menos dos plantas flotantes de licuefacción vinculadas por un gasoducto específico para exportación.
Con ello, el país daría un paso hacia la consolidación de un polo regional de GNL y pondría en marcha uno de los proyectos energéticos de mayor envergadura de las últimas décadas, con la incógnita de cómo evolucionarán las condiciones macroeconómicas para sostener su desarrollo.