Un informe de la UBA y el Conicet revela que la ayuda del Estado subió al 61% promedio del valor de las facturas de electricidad y se redujo apenas dos punrtos en las del gas.

A pocos días del cierre de inscripciones para el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), un reciente informe del Instituto de Investigaciones Económicas y Políticas (IIEP) de la UBA-Conicet destacó que los recientes aumentos en las tarifas aprobados en agosto no han conseguido reducir significativamente el gasto en subsidios energéticos, especialmente en el sector eléctrico.

El estudio revela que luego de los incrementos tarifarios el Estado sigue cubriendo en promedio el 61% del costo total en el sector eléctrico, una proporción considerable.

Además, el análisis muestra un retroceso en la cobertura eléctrica entre las tres categorías de ingresos: N1 (altos ingresos), N2 (ingresos medios) y N3 (ingresos bajos).

Por ejemplo, los usuarios de altos ingresos (N1) que en julio cubrían el 80% del costo de abastecimiento, en agosto solo pagan el 77%. Los de ingresos medios (N2) pasan del 35% al 34%, y los de ingresos bajos (N3) ven una reducción del 23% al 22%.

Los usuarios de altos ingresos (N1) pasan de cubrir el 50% del costo de abastecimiento al 55%, mientras que los de ingresos medios (N2) aumentan su cobertura del 18% al 20%, y los de ingresos bajos (N3) del 23% al 25%.

El IIEP atribuye esta situación a que los aumentos autorizados se concentraron en los costos de transporte y distribución eléctrica, sectores que no reciben subsidios del Estado. Esto generó un nuevo retraso en el segmento de generación, que sigue dependiendo de la ayuda estatal a los usuarios.

Por otro lado, en el sector del gas natural, los ajustes tarifarios se realizaron en línea con la evolución del dólar, lo que produjo una ligera mejora que contribuye a la reducción de los gastos públicos.

En este contexto, los usuarios de altos ingresos (N1) pasan de cubrir el 50% del costo de abastecimiento al 55%, mientras que los de ingresos medios (N2) aumentan su cobertura del 18% al 20%, y los de ingresos bajos (N3) del 23% al 25%.

Subsidios: el acumulado en 7 meses

En lo que va de 2024, sin embargo, el gasto en los subsidios a la energía registraron una caída significativa del 40% en términos reales. Este descenso se refleja principalmente en la reducción de los gastos de Cammesa (-29%), Enarsa (-50%) y el Plan Gas (-48%).

Pero el informe señala que en el mismo período, esta dinámica contribuyó a un incremento de la deuda flotante del Estado Nacional en 130.369 millones de pesos en términos nominales para 2024. Se trata de un «dibujo» contable utilizado habitualmente por todos los gobiernos para que cierren los números -por ejemplo- ante las auditorias del FMI.

Lo cierto es que al cierre de julio de 2024, los subsidios energéticos representaron el 12,5% del gasto primario del Estado, lo que supone una mejora de un punto porcentual respecto al 2023, pero a la vez marca un retroceso de igual magnitud en comparación con el promedio anual del período 2018-2023, que era del 11,5%. Básicamente, no hay un cambio sustantivo.

El plazo para anotarse en el RASE

Por otro lado, el Gobierno confirmó a fines de julio la extensión de la fecha para anotarse en el RASE, el registro de usuarios que establece quiénes reciben ayuda del Estado en su factura energética, y así evitar perder el subsidio de la luz y el gas.

La Secretaría de Energía busca «depurar» el RASE con un minucioso cruce de datos, en línea con el objetivo oficial de reducir lo más que se pueda el gasto del Estado, por lo que alrededor de 1,7 millón de usuarios residenciales deben reinscribirse en el padrón.

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En el sector del gas natural se produjo una ligera mejora que contribuye a la reducción de los gastos públicos.

De esta manera, se extendió hasta el 4 de septiembre la inscripción al RASE (el primer plazo se había fijado el 4 de julio), para acceder y/o mantener los beneficios en el precio de los servicios de energía residenciales.

Este registro es crucial para la segmentación de tarifas que define el reparto de la ayuda estatal, permitiendo a la Secretaría de Energía actualizar sus bases de datos y categorizar a los usuarios según sus ingresos y patrimonios en tres categorías: sectores altos, medios y bajos o vulnerables.

Se trata de una herramienta que, tras la postergación de la puesta en funcionamiento de una nueva Canasta Energética, la gestión energética define como crucial para cumplir su objetivo de «focalizar adecuadamente la ayuda del Estado».

Cómo completar el formulario en el RASE

Los hogares que quieran solicitar los subsidios para evitar un mayor impacto en sus facturas deberán completar el formulario en el RASE a través de la web oficial de la Secretaría de Energía de la Nación y cumplir con los criterios de inclusión.

Además, los usuarios tienen la opción de actualizar voluntariamente los datos proporcionados al momento de la inscripción.

También pueden inscribirse los usuarios que perciben una jubilación, pensión y/o son beneficiarias de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo, Progresar y Potenciar Trabajo.

Se deberá completar una solicitud por hogar, y sólo podrán completar el formulario personas mayores de 18 años, sean o no titulares del servicio, solicitando el subsidio para un medidor de gas de un único domicilio.

En caso de no poder completar la solicitud digital, hay que acercarse a la oficina de ANSES más cercana, sacando turno previo en su sitio web. La inscripción desde las oficinas de ANSES se realizará sin importar el número con el que termina el DNI.

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