Los usuarios de EDENOR y EDESUR afrontarán una suba del 3,5% y recibirán facturas con lectura mensual, en lugar de bimestral como hasta ahora. El cambio busca alinear el consumo real con la facturación y preparar el sistema para la llegada de medidores inteligentes.
En paralelo a la suba del transporte público en el AMBA, noviembre arranca con un aumento de la luz. El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) oficializó un nuevo cuadro tarifario para las distribuidoras EDENOR y EDESUR, que rige desde el 1° de noviembre.
La medida, publicada en el Boletín Oficial, actualiza los valores que componen las facturas de los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) e introduce un cambio estructural en el modo de medición del consumo. Ambas disposiciones fueron adoptadas en cumplimiento de las directrices de la Secretaría de Energía en el marco de la emergencia energética.
El ENRE dispuso una modificación en la metodología de medición y facturación para los usuarios del segmento Tarifa 1.
Según las resoluciones, el incremento corresponde a la actualización del Costo Propio de Distribución (CPD), el componente que remunera la operación de las empresas distribuidoras. Para EDESUR, el ajuste representa una suba del 3,53% respecto de octubre, mientras que en EDENOR el aumento será del 3,6%.
Estos porcentajes se aplican sobre las tarifas base definidas por el organismo regulador y complementan los precios mayoristas establecidos por la Secretaría de Energía. El nuevo esquema tarifario se estructura en torno a tres precios regulados: el Precio de Referencia de la Potencia (POTREF), el Precio Estabilizado de la Energía (PEE) y el Precio Estacional de Transporte (PET).
Según lo dispuesto por el texto oficial, estos valores estarán vigentes hasta abril de 2026 y determinarán el costo de la energía que las distribuidoras compran en el mercado mayorista y luego trasladan a los usuarios finales. La Secretaría de Energía señaló que su actualización busca “continuar con la normalización de los precios relativos del sector energético”.

La segmentación de usuarios residenciales se mantiene sin modificaciones y continúa organizada en tres niveles: el Nivel 1, que no recibe subsidio; el Nivel 2, destinado a hogares de bajos ingresos; y el Nivel 3, que abarca a los sectores medios. Los usuarios de los dos últimos grupos seguirán accediendo a bonificaciones con límites de consumo.
En este sentido, el ENRE instruyó a las empresas a detallar en las facturas el “Subsidio Estado Nacional” y el “Costo del Mercado Eléctrico Mayorista”, con el objetivo de transparentar el costo real del servicio y el aporte del Estado.
El organismo también aprobó tarifas diferenciadas para clubes de barrio, entidades de bien público y usuarios que generan su propia energía e inyectan excedentes a la red.
A su vez, actualizó los valores aplicables en casos de interrupciones del servicio, denominados Costo de la Energía No Suministrada (CENS) y Costo de la Energía Suministrada en Malas Condiciones (CESMC), que operan como mecanismos compensatorios.
Aumento de la luz y nueva forma de medición en Edenor y Edesur
En paralelo, el ENRE dispuso una modificación en la metodología de medición y facturación para los usuarios del segmento Tarifa 1 – Pequeñas Demandas. A partir de ahora, las lecturas de los medidores pasarán a realizarse mensualmente, en reemplazo del esquema bimestral vigente desde 2016.
La resolución fue adoptada luego de que EDENOR y EDESUR presentaran una propuesta técnica para alinear el período de consumo con el de facturación. Las empresas argumentaron que la modalidad anterior generaba inconsistencias entre el consumo real y el monto facturado, lo que dificultaba la administración doméstica.

En su presentación, sostuvieron que “la adopción de un sistema de lectura mensual permitiría a los usuarios tener una señal más clara, transparente y oportuna de su consumo”. El ENRE analizó los informes técnicos, evaluó la viabilidad operativa de la migración y concluyó que el cambio resultaba compatible con los contratos de concesión vigentes.
El interventor del organismo, Néstor Marcelo Lamboglia, sostuvo que el ajuste “redundará en beneficios para los usuarios, al permitirles contar con una mayor previsibilidad a la hora de planificar su economía, atento a que se acortarán los plazos entre el consumo, la medición, la facturación y el pago”.
La Secretaría de Energía avaló la iniciativa, considerando que la transición hacia una lectura mensual facilitará una gestión más precisa del consumo eléctrico y reducirá los márgenes de error en la facturación.
Modernización de los sistemas
La resolución, además, se enmarca en un proceso más amplio de modernización tecnológica del sistema eléctrico. El ENRE advirtió que la lectura mensual es un paso previo necesario para la incorporación de medidores inteligentes, capaces de registrar el consumo en tiempo real y transmitir los datos de forma remota.
La digitalización del parque de medidores permitirá una administración más eficiente y un seguimiento más detallado de la demanda energética en el AMBA. En cuanto a la implementación, el organismo estableció un plazo de 30 días para que las distribuidoras presenten sus cronogramas de trabajo, metodología de lectura y nuevos modelos de facturación.
Durante la etapa de transición, coexistirán ambos esquemas —bimestral y mensual— y los ajustes que surjan de la migración deberán incluirse en las boletas bajo el concepto “Ajuste migración mensual”. El ENRE aclaró que este proceso no implica un aumento adicional de tarifas, sino un cambio administrativo destinado a reflejar con mayor precisión el consumo de los usuarios.



