La medida se oficializó este martes y se espera que se traslade a surtidores el sábado, con incrementos de entre 3,4% y 5% en la CABA y el GBA, en función de lo que también definan las petroleras.
En la mañana de este martes el Gobierno efectivizó el descongelamiento del impuesto a las naftas luego de que se prorrogara a fines de abril.
De este modo, se espera un aumento en las naftas a partir del 1° de junio, que podría llegar hasta el 5%, ya que se suman una reciente alza en biocombustibles para la mezca obligatoria y la devaluación mensual habilitada por el Gobierno y que las petroleras podrían aplicar, también, en función de las variaciones del precio del crudo en el mercado internacional.
La medida tiene lugar en medio de una fuerte caída en las ventas de combustibles, que se encuentran en niveles similares a los de la pandemia.
Las petroleras definirán si a al aumento del impuesto se le agregará a partir del sábado la devaluación mensual habilitada por el Gobierno, de 2%.
Esta actualización de los tributos correspondientes al cuarto trimestre calendario del 2023 y al primero de este año, se estableció mediante el Decreto 466/2024, publicado en el Boletín Oficial de este martes.
A cuánto se va el impuesto a las naftas
La normativa fijó el Impuesto a la Transferencia de Combustibles Líquidos (ICL) en $10,121 para la nafta y $8,245 para el gasoil, con un adicional de $4,464 para este último por el “incremento monto fijo actualizado del gravamen – tratamiento diferencial”. En tanto, el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) también se ajustará, agregando $0,619 a la nafta y $0,935 al gasoil.
En ese marco, se anticipa que el aumento de combustibles en las terminales de carga será de $10,74 por cada litro de nafta y de $9,18 para el gasoil, sin zonas diferenciales. Se trata de alzas que oscilan entre el 1 y el 1,5% y llevarán a la nafta súper de YPF en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) de los actuales $870 a unos $880,74.
Si bien se optó por el descongelamiento de los impuestos, el incremento es mucho menor al acumulado de los últimos tres meses del año pasado y el trimestre inicial del 2024.
De acuerdo a los datos del INDEC, para que los tributos vayan en tándem con la inflación el impuesto a la nafta debería haber sido de $70 por litro y de $45,50 para el gasoil.
El argumento para aplicar un ajuste menor, que en febrero ya se había postergado, es que resulta indispensable para garantizar la sostenibilidad fiscal y evitar un desbalance económico mayor.
“Con el fin de estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible, resulta razonable diferir parcialmente los efectos de los incrementos que resultarían aplicables a partir del 1° de junio de 2024 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil”, sostiene el decreto.
“Para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1° de julio de 2024, inclusive, deberá considerarse el incremento total en los montos de impuesto”, aclara el texto que lleva las firmas del presidente Milei, el ahora ex jefe de Gabinete Nicolás Posse y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Las petroleras definirán si a estos porcentajes de aumento, de entre 1% y 1,5%, se le agregará a partir del sábado la devaluación mensual habilitada por el Gobierno de 2% (crawling peg) y la variación del precio internacional del barril de crudo Brent, el de referencia para la Argentina y Vaca Muerta.
¿Qué pasará en surtidores?
A partir del próximo sábado, el descongelamiento de los impuestos significará subas de $10,74 por cada litro de nafta y de $9,18 para el gasoil.
De este modo, la nafta súper de YPF en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasará de los actuales $870 a unos $880,74 (suba del 1,23%), mientras que la nafta premium avanzará de $1.074 a $1.084,74, un 1% más.
Por su parte, el gasoil común grado 2 pasará de costar $918 a un valor de $928,18, un 1% adicional. Por último, el gasoil premium grado 3 avanzará de $1.167 a $1.176,18, un 0,80% extra.
Sin embargo, las petroleras evalúan agregar la devaluación mensual habilitada por el Gobierno de 2% mensual (crawling peg) y la variación del precio internacional del barril de crudo Brent.
Además, se debería incorporar un ajuste más por la suba del precio de los biocombustibles establecido semanas atrás por la Secretaría de Energía, con lo que la suba final podría llegar al 5%.