Ciertas características de este tipo de vehículos ponen en entredicho la idea de que son sensiblemente más caros que los tradicionales, más allá de la evidencia en los precios de venta. Cuáles son.
La venta de autos eléctricos avanza en la Argentina y en el mundo, sin embargo, no al ritmo que se esperaba. Hay varias razones que pueden explicar este menor crecimiento. En la Argentina, en particular, la falta de una adecuada infraestructura de carga es uno de los grandes obstáculos. Otro, es el precio de los autos eléctricos, más caros en comparación con uno impulsado por energías fósiles.
Sin embargo, hay ciertos “ahorros ocultos” a la hora de adquirir un auto eléctrico, que a la larga pueden poner en entredicho esta máxima según la cual se tratan de vehículos más caros.
Por ejemplo, un vehículo eléctrico tiene costos de mantenimiento mucho más bajos en comparación a uno tradicional.
En un vehículo eléctrico, las temperaturas, las vibraciones y los elementos en movimiento se reducen a la mínima expresión. La batería es quizás el punto más débil por su degradación y vida útil.
Si se lo compara con auto con motor de combustión, el mantenimiento de un vehículo eléctrico es menor. En el de combustión el motor tiene una infinidad de piezas y accesorios que tarde o temprano, requieren cambio, además a esto se suman los mantenimientos periódicos.
En el de combustión es necesario, por ejemplo, cambiar el aceite y filtros cada cierta cantidad de kilómetros para evitar daños mayores a medida que estos van perdiendo sus propiedades originales. Así el motor, puede seguir trabajando en las mejores condiciones posibles. A esto se suman piezas como bujías, inyectores, correas, bobinas ente otros elementos.
Con los vehículos eléctricos todo esto no existe ya que no tienen elementos de desgaste y su sistema de propulsión, es una tecnología más que probada, que no requiere mantenimiento.
Al mismo tiempo, en un vehículo eléctrico, las temperaturas, las vibraciones y los elementos en movimiento se reducen a la mínima expresión. La batería es quizás el punto más débil por su degradación y vida útil.
En tanto, el resto de mecánica que conforma un vehículo eléctrico es el mismo al de uno de combustión, por eso el cuidado y mantenimiento de la transmisión, suspensión, sistemas de dirección y luces, entre otros, siguen siendo iguales.
El sistema de frenos en un vehículo eléctrico también requiere menos mantenimiento que en uno de combustión. Esto se debe al sistema de frenada regenerativa con el que cuentan, lo cual alarga la vida útil de discos y pastillas de forma notable.
Tal como ocurre en un vehículo de combustión, el eléctrico también requiere revisiones de mantenimiento programadas por parte de sus fabricantes. En estas instancias se revisan el correcto aislamiento de todas las conexiones eléctricas, especialmente la de la batería de alto voltaje.
Para ello, es necesario equipamiento específico y un técnico especializado.
A esto se suma que el costo de la electricidad es inferior al costo del combustible. El costo de utilización del auto eléctrico dependerá de su consumo y del precio de la energía eléctrica utilizada para su recarga.
Pero, a igualdad de uso, un vehículo naftero o diésel consume aproximadamente tres veces más energía que un vehículo eléctrico. Y esto se debe a la eficiencia de un motor eléctrico, en el que el 90% de la energía de la batería se transforma en movimiento.
En un motor a combustión la eficiencia es significativamente más baja (30%) con grandes pérdidas en forma de calor.
Asimismo, en algunos países y distritos, quienes adquieren un auto eléctrico se benefician de distintas exenciones impositivas pensadas para incentivar la compra de esta tecnología.
Otras ventajas de los autos eléctricos
Además del ahorro en mantenimiento, un auto eléctrico ofrece ventajas de otro orden. Uno de los motivos que justifican inclinarse por un vehículo eléctrico por sobre uno a combustión es precisamente que es más ecológico: no emite dióxido de carbono; ni humos; ni partículas resultantes de la combustión.
Conducir un auto de estas características es además una experiencia sumamente agradable, ya que desaparecen casi por completo los ruidos, las vibraciones y los cambios de marcha y permite disfrutar de una dinámica con aceleraciones perfectas.
Como resultado de esta insonorización generalizada, se puede disfrutar más de la dinámica del auto, que se logra también gracias a una conducción sencilla que se destaca, a diferencia de un auto a combustión, por el torque, que es instantáneo con sólo pisar el acelerador y mantenerlo allí.
Es decir, a igualdad de torque entre un térmico y un eléctrico, este último saldrá más rápido de un semáforo en rojo y será más dinámico para adelantarse a otro vehículo en una ruta o autopista.