El CEO de Phoenix Global Resources afirmó que el avance de las exploraciones en las zonas consideradas «de frontera» en la formación podrían agregar «hasta 2.000 kilómetros cuadrados». El impulso del bloque exploratorio Confluencia Norte, en Río Negro.
Vaca Muerta podría ampliar su superficie productiva hasta en un 10%. Así lo sostuvo Pablo Bizzotto, CEO de Phoenix Global Resources, quien destacó que las exploraciones en las zonas consideradas “de frontera” han arrojado resultados tan positivos que la zona productiva de la formación shale podría crecer “hasta 2.000 kilómetros cuadrados”.
Actualmente, Vaca Muerta abarca 20.000 kilómetros cuadrados en distintas ventanas productivas de petróleo negro, petróleo volátil, gas condensado y gas.
Según Bizzotto, “se podrían sumar unos 1.000 kilómetros cuadrados dentro de un escenario probable, y hasta 2.000 si consideramos toda la franja de 25 a 30 grados API como prospectiva”.
Si bien Vaca Muerta abarca una superficie total de 36.000 kilómetros cuadrados y atraviesa cuatro provincias, no toda esta extensión es apta para la producción de gas y petróleo. Hasta ahora, se consideraba que solo 20.000 kilómetros cuadrados eran realmente productivos.
Durante su exposición en el ciclo Vaca Muerta Insights, el ex vicepresidente de Upstream No Convencional de YPF detalló que esta expansión implicaría un crecimiento del área desarrollable de entre un 5% y un 10%.
Para que esto ocurra, explicó, sería clave que la calidad del reservorio y el gradiente de presión poral se mantengan en niveles similares a los de las zonas que ya están en producción.
La incidencia de los bloques de Río Negro
Buena parte de este avance se debe al desempeño de Phoenix Global Resources en el bloque exploratorio Confluencia Norte, en Río Negro.
Allí, los tres pozos perforados han registrado una producción acumulada de 600.000 barriles en apenas cinco meses de operación, consolidando el potencial de esta zona para sumar más superficie productiva a Vaca Muerta.
Bizzotto también destacó que estos pozos rompieron con un paradigma en Vaca Muerta y en el shale en general.
La producción obtenida corresponde a un crudo de 27 grados API (según la clasificación del Instituto Americano del Petróleo), es decir, un petróleo más pesado de lo que se creía posible en una formación shale, donde el límite estimado estaba en los 30 grados.

Además, explicó que estos pozos muestran un declino menor al esperado, lo que mejora las proyecciones iniciales. Y adelantó que el próximo mes Vaca Muerta seguirá expandiéndose con la perforación de un nuevo grupo de pozos en Río Negro.
Las expectativas en Confluencia Norte y Sur
En concreto, se trata del primer pad de pozos en el bloque Confluencia Sur, ubicado junto a Confluencia Norte. Allí, la compañía planea perforar cuatro nuevos pozos, con un nivel de incertidumbre menor al que tenían en el bloque vecino, que ya demostró ser exitoso.
Si bien Vaca Muerta abarca una superficie total de 36.000 kilómetros cuadrados y atraviesa cuatro provincias—Neuquén, Río Negro, Mendoza y La Pampa—, no toda esta extensión es apta para la producción de gas y petróleo. Hasta ahora, se consideraba que solo 20.000 kilómetros cuadrados eran realmente productivos. Sin embargo, los nuevos resultados en áreas de frontera podrían cambiar esa estimación.
Río Negro inició a mediados de diciembre la etapa de producción no convencional en Vaca Muerta de la mano de la iniciativa de Phoenix Global Resources.
Las primeras conclusiones son inmejorables. El proyecto, ubicado en el bloque Confluencia Norte, no solo marcó la entrada de la provincia en el ámbito de la explotación de shale, sino que ya aporta el 20% de la producción petrolera potencial.
La compañía obtuvo los primeros resultados del pad de tres pozos exploratorios que se convertirán en los más rentables del distrito patagónico. La operación en el yacimiento fue destacada por sus innovadoras técnicas de perforación y fractura hidráulica, empleadas para su estimulación.
Cada uno de estos pozos cuenta con ramas laterales que se extienden a lo largo de 3.000 metros, lo que permite que la perforación total alcance los 6.300 metros bajo tierra.
En total, el proceso incluyó 135 etapas y requirió la inyección de aproximadamente 10.000 toneladas de arena por pozo, un enfoque de alta intensidad que optimizó la producción y que también se nutre de los conocimientos ya adquiridos en la vecina Neuquén.
Los resultados iniciales superaron las expectativas, con una producción de 4.000 barriles de petróleo por día, lo que representa casi una quinta parte de la producción total de Río Negro.
Esta cifra posiciona a Confluencia Norte como la principal área productora de la provincia, desplazando a Señal Picada – Cerro Bayo, que hasta ahora era el epicentro de la actividad petrolera rionegrina.