Luego de un primer año de gestión en el cual el Gobierno nacional logró avanzar en una corrección importante de las atrasadas tarifas de los servicios de gas y electricidad, la premisa es reforzar el umbral alcanzado e ir en busca de una normalización centrada en el marco regulatorio y devolver al sector las condiciones de inversión junto a un nuevo esquema macroeconómico.
En ese sentido, se anticipa que en 2025 se desplegará el proceso de aplicación de una nueva Revisión Tarifaria Integral (RTI) o Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT), como quiera llamársele, y a la par la eliminación del actual esquema de segmentación que en la práctica actuó como una transición para no desproteger a los sectores de la sociedad con distintas capacidades de pago.
La secretaria de Energía, Maria Tettamanti, expresó que “la idea es ir a una tarifa focalizada, lo más parecido a una tarifa social, en la que las personas que no necesitan ayuda del Estado ahora pagarán el costo de la energía”, en busca de un esquema que fomente la eficiencia en el uso, que haya un bloque mínimo subsidiado y, a partir de ahí, que se empiece a manifestar en la tarifa el costo real de la producción, el transporte y la distribución.
Al participar en el Energy Day que organizó el portal Econojournal, Tettamanti reconoció que el nuevo paso -que es de definición inminente- busca la “reformulación del programa de segmentación” de subsidios, para lo cual se va a fijar un período de transición de unos pocos meses, hasta abril, para después ir a una tarifa focalizada y que cambie lo que hasta hoy existe.
En 2025 se desplegará el proceso de aplicación de una nueva Revisión Tarifaria Integral (RTI) o Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT), y a la par la eliminación del actual esquema de segmentación que en la práctica actuó como una transición para no desproteger a los sectores de la sociedad con distintas capacidades de pago.
“Es necesario diferenciar ese bloque subsidiado que refleje un promedio anual en todo país y que hay que trabajar para que refleje un poco mejor las diferencias de necesidad de consumo de las familias en las distintas geografías argentinas”, precisó la funcionaria que lleva poco más de un mes en el cargo tras la salida de Eduardo Chirillo.
En el mismo sentido, la Secretaria planteó entendiendo a la inflación como “un fenómeno exclusivamente monetario” el futuro aumento de tarifas que se decida “no debe representar que aumente la inflación aunque sí va a aumentar el costo de la canasta básica y va a tener un impacto social y político que no se puede desconocer, no tanto en términos económicos e inflacionarios”.
“La revisión hay que hacerla y fijar con qué ritmo se puede hacer, si de una sola vez o en dos o tres pasos como la RTI de 2017”, definió Tettamanti al admitir que de una u otra manera está “muy claro a dónde hay que llegar” en el proceso de eliminación de subsidios.
Así deben ser las nuevas tarifas de luz y gas, según la Secretaría de Energía
El objetivo es que las tarifas tienen que estar determinadas de acuerdo a los principios de la ley, cubrir los costos, la amortización para que las empresa inviertan y tener una rentabilidad justa y razonable como marca la ley y ratificó la Corte Suprema.
Para Tettamanti, no se puede desconocer en ese camino las dificultades que plantea la macroeconomía, por lo que desde el sector energético aseguró que no se hará algo que vaya en contra de la sustentabilidad de este sistema.
Pero sí marcó necesario avanzar en esa dirección porque “el sector va a invertir no sólo si ve que las reglas son buenas sino que esto sea perdurable que es lo que no sucedió en el pasado por lo que es bueno ir un poco mas despacio pero llegar ahí”.
Sobre el proceso de readecuación señaló que debe salir de un cálculo que respete una metodología que fijaron los entes, pero no debería ser difícil encaminar esta situación hacia la “tarifa justa y razonable que marca la ley”, tras reconocer que el salto tarifario dado este año se dio sin los problemas del pasado, algo que atribuyó a que “la sociedad entendió que lo que no se paga por un lado se paga por el otro».
«Si bien las tarifas son mas altas la contracara es bajar el déficit fiscal y bajar la inflación, que es el peor de los impuestos que ataca el bolsillo”.
“La revisión hay que hacerla y fijar con qué ritmo se puede hacer, si de una sola vez o en dos o tres pasos como la RTI de 2017”, definió Tettamanti al admitir que de una u otra manera está “muy claro a dónde hay que llegar”.
Finalmente, la funcionaria argumentó que “la industria sufrió en los últimos años una descapitalización enorme”, es un sector que debería haber atraído muchísimas inversiones y crecimiento por todo su potencial pero no sucedió.
“En la Argentina no se invierte primero por un error en las políticas macroeconómicas que este gobierno está dando en la tecla por primera vez en años y en segundo lugar el tema de las políticas microeconómicas donde todos los empresarios antes de invertir estuvieron pensando cuándo el gobierno en su desesperación por corregir ciertas variables macro y por obtener algún rédito político de corto plazo le iba a meter la mano en el bolsillo y cambiar la regla del juego”.
A la par de esa búsqueda de cambiar la lógica y generar la previsibilidad que el privado demanda para invertir, el objetivo de gestión será “que las inversiones sean eficientes para que los costos sean lo más bajo posibles en la producción de energía y con la vuelta a un ámbito de competencia en las cadenas del sector liberar las fuerzas productivas y encauzar el sector en el marco de la institucionalidad”.