El CEO de YPF Horacio Marín confirmó que a partir de 2026 la petrolera invertirá solo en Vaca Muerta y que, en consecuencia, venderá todos sus yacimientos convencionales. La medida marcará el fin de una era de un siglo con presencia de la compañía en toda provincia y localidad donde hubiera posibilidad de aprovechar los recursos hidrocarburíferos.
Pero más allá de la decisión estratégica de una compañía de centrarse en activos de menor riesgo y mayor rentabilidad como ofrece el no convencional neuquino, la ecuación a definir es qué sucederá con el resto de la actividad petrolera fuera de la cuenca neuquina, y el impacto social y económico en el resto de las provincias que tendrán que recrear un escenario productivo con nuevas empresas.
Además de las dificultades que está representando ese proceso de salida de algunas provincia, también entra en duda qué es lo que ocurrirá con las exploraciones no convencionales que YPF viene llevando adelante en los últimos años en las rocas generadoras fuera de Neuquén, por ejemplo el área D-129 en el Golfo de San Jorge, en Chubut, o Palermo Aike en la Austral, Santa Cruz.
Más allá de la decisión estratégica de una compañía de centrarse en activos de menor riesgo y mayor rentabilidad como ofrece el no convencional neuquino, la ecuación a definir es qué sucederá con el resto de la actividad petrolera fuera de la cuenca neuquina, y el impacto social y económico en el resto de las provincias
A ambos casos se suma el futuro de la petrolera nacional al frente de los bloques offshore que tiene adjudicados en sociedad con distintas petroleras globales, a lo cual Marin dejó entrever que seguirán similar proceso de desentendimiento con la búsqueda de petroleras globales con mayor expertise en ese tipo de operaciones marítimas.
Se espera que los detalles de todas esas definiciones se den a conocer en ocasión de la presentación de los lineamientos del Plan Quinquenal 2025-2029 que se realizará en abril, en Nueva York. Allí se anticipa que anunciará inversiones por encima de los US$5000 millones para este año, de los cuales la gran parte irá hacia el no convencional neuquino.
Pero el viraje comenzó a gestarse a poco de la llegada de la nueva gestión en la petrolera con el denominado 4×4, uno de cuyos pilares era la revisión estratégica de las operaciones fuera de Vaca Muerta, lo que tomó forma con el denominado Plan Andes por el cual se identificaron 55 áreas de 30 bloques en 11 clusters. en las que se decidió desinvertir en favor de terceras compañías o de los estados provinciales.

La experiencia ya había sido anticipada por la petrolera Vista, fundada y dirigida por el ex ypefiano Miguel Galuccio, en acuerdo con Aconcagua Energía que en casi dos años logró revitalizar las inversiones y la producción de las áreas adquiridas en Río Negro y en Neuquén. Otro tanto se espera de Tecpetrol en Chubut, aún en etapa preliminar de definición.
En conjunto, YPF dejará de contabilizar como propios 34.000 barriles de petróleo, casi 4 millones de metros cúbicos de gas, 1,6 millones de acres netos en producción y con acceso a infraestructura de transporte existente y en algunos casos con plantas de tratamiento.
De acuerdo al plan original, la empresa embolsaría US$800 millones por las ventas, pero las dificultades en el camino indican que lo recaudado será menor.
A la definición sobre las áreas convencionales se suma el futuro de la petrolera nacional al frente de los bloques offshore que tiene adjudicados en sociedad con distintas petroleras globales.
La profundización de ese sendero llegó con el Plan Andes II por el cual se abordaron las complejidades de la salida de las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, en donde el proceso se encontró con dificultades por los pasivos de las áreas, y la posición de gremios y gobiernos; y ahora se suma el anunció de desinversión en todo lo que reste del convencional, como bloque Manantiales Behr.
Las negociaciones de YPF con las provincias: las que avanzan y las que presentan más dificultades
Casi de inmediato, se espera para ese activo la formalización del proceso de desinversión en lo que es un yacimiento centenario emblemático para la compañía que en los últimos años relanzó con técnicas de recuperación terciaria para lograr récord histórico de producción de sus pozos ya maduros.
Al primer bimestre de este año estaban cerrados o en negociaciones avanzadas los acuerdos para los bloques en Llancanelo, Mendoza Norte y Sur, Neuquen Norte y Sur; Estación Fernández Oro y Señal Picada en Río Negro; El Trébol-Escalante, Cañadón Central y restinga Ali, en Chubut. Y se estima que en los próximos dos meses se dará por cerrado el resto de las negociaciones.

En Santa Cruz todo indica que la provincia aceptará a través de la empresa Fomicruz la reversión de las áreas para nuevamente relicitarlas, en procesos en los cuales ya se exploró el interés de empresas con conocimiento de la zona como lo son CGC de Corporación América, Patagonia Resources, Crown Point o Roch, entre otras.
En Tierra del Fuego, la gobernación reiteró el interés de poner en valor las áreas a través de la estatal Terra Ignis, la empresa energética provincial creada en 2017.
Se espera la formalización de YPF del proceso de desinversión en el campo convencional Manantiales Behr, un yacimiento centenario que en los últimos años la compañía relanzó con técnicas de recuperación terciaria para lograr récord histórico de producción de sus pozos ya maduros.
Hasta hoy su balance positivo explicaba que no hubiera sido incluida en el Plan Andes pero esa decisión significará la salida total de la compañía de Chubut en la que Manantiales Behr representa más del 20% de la producción total de crudo, además de representar el adiós final de la Cuenca San Jorge en general, cuna petrolera nacional.
Para reafirmar que ese es el nuevo rumbo, YPF acaba de comprometer inversiones por más de US$ 12.000 millones en las cuatro nuevas áreas que la provincia de Neuquén le acaba de adjudicar para el proceso de exploración y explotación en Vaca Muerta. Se trata de los bloques La Angostura Sur I y II, Narambuena y Aguada de la Arena que permitirán fortalecer la producción especialmente de petróleo con foco en la exportación.