El cambio hacia alternativas de combustible más limpios y sostenibles se ha vuelto crítico a medida que los países y las industrias trabajan para combatir el cambio climático, y la adopción del diésel renovable es una parte clave del esfuerzo por lograr opciones energéticas con bajas emisiones de carbono.

El diésel renovable, también conocido como R100 o aceite vegetal tratado con hidrógeno (HVO), es un sustituto inmediato del diésel, y como tal representa un avance significativo en la tecnología de combustible sostenible.  

El HVO se procesa mediante hidrogenación para crear una alternativa de combustión más limpia al diésel tradicional que funciona con los motores existentes.

El hidrotratamiento trabaja sobre grasas, aceites y materias primas comunes con hidrógeno a alta presión y temperatura en presencia de un catalizador para crear diésel renovable. Este proceso crea un combustible de alta calidad que es químicamente similar al diésel tradicional, pero con una huella de carbono mucho menor.

El diésel renovable se puede utilizar como un sustituto inmediato del diésel tradicional sin necesidad de mezcla. A medida que las flotas de transporte intensifican sus esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, el diésel renovable incrementa su papel clave, por lo que su creciente disponibilidad es una señal positiva para los operadores de flotas que buscan cambiar a opciones de combustible más sostenibles.

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La refinería de Raizen producirá diésel vegetal.

A medida que la industria del transporte trabaja hacia la descarbonización, el diésel renovable se destaca como una solución eficiente y sostenible.

Cómo se logra la certificación internacional del diésel renovable

La Argentina tiene una importante tradición en biocombustibles, pero no deja de considerarse un hito que la empresa Raízen –licenciataria de la marca Shell en el país- obtuviera la certificación internacional para producir diésel de origen renovable, dando un paso clave en la descarbonización de su cadena de valor

Su refinería ubicada en el conurbano bonaerense logró la certificación ISCC, International Sustainability & Carbon Certification, como planta coprocesadora. Esta certificación reconoce la inclusión de materias primas de origen vegetal en su proceso productivo, permitiendo la elaboración de diésel de origen renovable mediante el coprocesamiento de aceite de soja.

El ISCC es un esquema de certificación global alineado con la Directiva de Energías Renovables (RED II) de la Unión Europea y el Reino Unido. Este esquema asegura la trazabilidad del proceso y proporciona el cálculo de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Este nuevo proceso productivo, que se lleva a cabo en la planta de hidrotratamiento de la refinería, en Dock Sud, ya se encuentra operando de manera sostenida. La certificación lograda confirmó una reducción de emisiones de hasta un 80,4% en el ciclo de vida del diésel de origen vegetal, en comparación con el mismo volumen de diésel de origen fósil.

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Descarbonizar el combustible, un objetivo clave.

Las certificaciones de acuerdo con los estándares ISCC se aplican a los sectores de energía, alimentos, y aplicaciones industriales, con el objetivo de certificar productos y materiales sostenibles.

De hecho, la palabra clave detrás de las certificaciones ISCC es sostenibilidad, la que consiste en proteger los bosques, los suelos con alto contenido de carbono y la biodiversidad, fomentar la utilización de residuos, promover la circularidad y aumentar la trazabilidad.

ISCC es un sistema aprobado por la Comisión Europea para la certificación de combustibles y producción de electricidad sostenibles, según los requisitos y criterios de sostenibilidad para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) definidos por la Directiva Europea de Energías Renovables.

El diésel renovable, en sus distintas denominaciones, está listo para usarse en motores diésel de las flotas de transporte, en lugar del diésel tradicional para reducir los gases de efecto invernadero y las emisiones de carbono.

El producto suele mezclarse con diésel tradicional y se ofrece en mezclas de R-30, R-50 o R-100 (sin mezclar), favorecido por reducción de emisiones de CO2 del 24 al 85% en comparación con el diésel tradicional, dependiendo de su mezcla.

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